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MIAMI, Estados Unidos. – Durante una sesión de trabajo del Parlamento cubano este lunes, la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, negó que en el país hubieran “mendigos”. “En Cuba no hay mendigos”, declaró Feitó, antes de asegurar que quienes parecen serlo “están disfrazados” y han elegido “una forma de vida fácil”.
En su intervención ante los diputados, la ministra explicó que el Consejo de Ministros había aprobado recientemente el Acuerdo 10.068, que perfecciona la política iniciada hace más de una década para manejar la situación de los llamados deambulantes.
“Normalmente llamamos conducta deambulante a cualquier cosa. Por ejemplo, cuando hay una persona que está en la calle limpiando parabrisas… eso no es un deambulante, eso es alguien que ha buscado una forma de vida fácil en un semáforo”, señaló.
Feitó también descartó que las personas que rebuscan en la basura lo hagan por hambre o necesidad. “Esas personas… no están buscando comida en los basureros, eso tampoco es verdad, esos son patrones que nos tratan de imponer”, dijo.
“Esas personas están recuperando materias primas, y lo que son… son ilegales del trabajo por cuenta propia en la recuperación de materias primas que están violando el fisco porque están ejerciendo una actividad económica”, agregó.
Según la ministra, el fenómeno de la indigencia no responde a fallos del sistema económico ni a la profundización de la crisis en la Isla, sino a “conductas negativas” individuales. “Tenemos que llamar a las cosas por su nombre, y tenemos todos que combatir todas estas conductas negativas”, afirmó. También rechazó cualquier gesto de solidaridad ciudadana con estas personas, señalando que dar dinero en la calle “está deformando”. “Hay que combatirlo, no podemos permitir estas conductas”, enfatizó.
El discurso de Feitó coincide con acciones recientes del gobierno de Matanzas, donde la gobernadora Marieta Poey Zamora ordenó en abril pasado la creación de “grupos multisectoriales” para localizar, controlar y trasladar a personas en situación de calle hacia centros especiales. “Se eliminarán también a quienes hostigan al turismo y penalizarán el empleo de niños y adolescentes”, afirmó la funcionaria en una directiva oficial, sin aludir a las causas estructurales de la pobreza ni a la creciente exclusión social.
El plan aprobado por el Consejo de Ministros ordena a los gobiernos municipales identificar y trasladar a estas personas a los centros mencionados, bajo criterios que han sido cuestionados por organizaciones defensoras de derechos humanos. La política también incluye acciones para “contener” la presencia de niños en situación de calle, y medidas punitivas contra el “asedio” a turistas.
La visión del Gobierno, compartida por la ministra Feitó, reduce la indigencia a una desviación conductual. En junio de 2024, la propia titular del Ministerio de Trabajo definió la “conducta deambulante” como un “trastorno del comportamiento humano multicausal”, caracterizado por “inestabilidad, falta de autocuidado y de proyecto de vida favorable”, omitiendo cualquier referencia a factores como el desempleo, el colapso del sistema de salud mental, o las pensiones insuficientes.
Actualmente, según datos oficiales, existen nueve “Centros de Protección Social” en el país, con más de 3.700 personas atendidas. El 87% son hombres, el 50% tiene entre 41 y 59 años, y el 24% presenta algún trastorno psiquiátrico. El 38% no tiene un domicilio al cual regresar. Pese a este panorama, las nuevas políticas no contemplan soluciones estructurales ni reconocen la gravedad del fenómeno social.
La estrategia oficial parece orientada a limpiar las calles y ocultar la pobreza ante los ojos del turismo y la opinión pública. La insistencia en negar la existencia de mendicidad en Cuba contrasta con las denuncias ciudadanas y reportes independientes que alertan sobre el aumento del número de personas sin hogar, la precariedad alimentaria y el deterioro general de las condiciones de vida.
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