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El hijo mayor de Chávez, Julio César Chávez Jr., fue arrestado por agentes migratorios estadounidenses frente a su hogar en Los Ángeles el miércoles. En un recinto deportivo en la capital sinaloense, la concurrencia era escasa al inicio de la cartelera, con jóvenes boxeadores amateurs usando protectores faciales y lanzando golpes. Afuera, una estatua de bronce de Julio César Chávez en pantalones de boxeo, con un guante alzado.
El evento del viernes fue organizado por un hermano de Chávez, con el anuncio de que “La Leyenda” sería un invitado especial. Sin embargo, Chávez no apareció. Había sido una semana difícil para la familia.
El primogénito de Chávez, Julio César Chávez Jr., fue arrestado por agentes de inmigración de Estados Unidos afuera de su domicilio en Los Ángeles el miércoles, acusado de sobrepasar la duración de su visa y de mentir en una solicitud para obtener la tarjeta de residencia permanente, conocida como “green card”.
Pero lo más trascendental aquí en Culiacán es que el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos también señaló que había una orden de aprehensión activa en México por presunto tráfico de armas y drogas, y sugirió vínculos con el Cártel de Sinaloa. La agencia informó que se iniciaría un proceso de deportación expedita.
El nombre de Julio César Chávez en Culiacán es comparable a mencionar a Diego Maradona en Argentina. La gente se detiene y comienzan las pláticas.
Chávez es el ídolo de la ciudad y motivo de orgullo, conocido simplemente como “La Leyenda”. Transitó de un barrio humilde junto a las vías del tren a los más altos niveles de fama en el boxeo y se convirtió en un héroe nacional.
Pero cuando las preguntas apuntan al hijo mayor de Chávez y al Cártel de Sinaloa, la conversación termina y las miradas se desvían.
Hubo un tiempo en que muchos en Culiacán hablaban del cártel que lleva el nombre de su estado, tal vez con eufemismos, pero sin ocultarlo porque su control era absoluto, y por lo tanto vivían en gran medida en paz.
Pero desde que estalló una sangrienta disputa entre facciones del cártel el año pasado, tras el secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada y su traslado a Estados Unidos por uno de los hijos del ex líder Joaquín “El Chapo” Guzmán, es más prudente evitar cualquier mención.
En las gradas del recinto el viernes por la noche, el arresto del hijo de “La Leyenda” estaba en la mente de muchos, pero se discutía en voz baja.
Óscar Arrieta, reportero deportivo de Culiacán, cubre boxeo y dijo que la detención de Chávez Jr. había tenido un gran impacto en Culiacán, en gran medida por la forma “cruda” en que las autoridades estadounidenses lo vincularon con el crimen organizado.
Las autoridades estadounidenses no detallaron los presuntos nexos entre Chávez Jr. y el cártel, aparte de mencionar que se casó con una ciudadana estadounidense, madre de una nieta de “El Chapo”.
Se cuestionó por qué, si había una orden de arresto mexicana desde 2023, no se había realizado ningún esfuerzo por capturarlo. Era una figura muy pública, activa en las redes sociales y durante los últimos seis meses o más, preparándose para una pelea muy promocionada en California.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró el viernes que Chávez Jr. había residido principalmente en Estados Unidos desde la emisión de la orden de arresto.
“Tal vez de exponer en cierto modo al gobierno mexicano, pero sin duda alguna impactado mucho más, porque normalmente el deporte no se mezcla con otra cosa, mucho menos con el crimen organizado”, comentó Arrieta.
Los gimnasios de boxeo de Culiacán habían permanecido mayormente tranquilos desde el anuncio de la detención de Chávez Jr. el jueves, en preparación para el evento del viernes.
Ya se había llevado a cabo el pesaje para las peleas del viernes y la mayoría de los boxeadores no estaban presentes.
En uno que estaba principalmente descubierto, adolescentes se vendaban firmemente las muñecas, saltaban y se movían, haciendo sombra en un círculo.
Jorge Romero es un exfutbolista profesional que entrenó con otro hermano de Chávez. Ahora es entrenador en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Romero dijo que conoce a Chávez Jr., lo considera “una excelente persona, es un gran ser humano” que realmente se había enfocado en su entrenamiento antes de su combate en California hace apenas una semana. Expresó su apoyo incondicional.
Las interrogantes sobre los vínculos entre Chávez Jr. y el crimen organizado, dijo Romero, eran “demasiado delicadas” para abordar. Pero en general, afirmó que el boxeo y el cártel seguían caminos separados en Culiacán.
“No tenemos que ver nada con el crimen organizado”, señaló. “Todo lo contrario, es un deporte muy limpio, muy sano, eh, desde mi punto de vista”.
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