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Investigar, impulsar y formar: el trío para combatir el cáncer

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El urólogo argentino Kowalyszyn Rubén Darío insta a los gobiernos a invertir en políticas públicas con estos fines.

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El urólogo argentino Kowalyszyn Rubén Darío insta a los gobiernos a invertir en políticas públicas con estos fines. También considera crucial que la población no sienta temor ante el cáncer, que busque información para conocer los factores de riesgo, los síntomas y cómo emplear los mecanismos de prevención y educación.

El cáncer de próstata, en la actualidad, es una de las enfermedades más preocupantes en la población masculina, sin embargo, para República Dominicana, el cáncer de mama es más común.

Pese a que en los últimos años, el cáncer prostático ha ganado importancia, afectando a pacientes de distintos estratos sociales, ya que sin distinción alguna, esta enfermedad es silenciosa, pero invade agresivamente.

La próstata es un órgano único del hombre que se encuentra en el sistema reproductor masculino y que es fundamental para la salud sexual y la reproducción humana, ubicado debajo de la vejiga, y que con el paso de los años envejece, dado que a partir de los 50 años marca la incidencia “y se mantiene hasta los 90 años”.

Así lo explicó el urólogo argentino, Kowalyszyn Rubén Darío, quien en una entrevista especial para LISTÍN DIARIO abordó algunos temas importantes como el envejecimiento y la alimentación: “Es un órgano muy pequeño y que esta enfermedad tiene una gran incidencia, a su vez, con la edad. Cuanto más envejecemos los hombres, mayor es la probabilidad de desarrollar cáncer prostático”.

Los argumentos del miembro de la Asociación de Oncológica Argentina, fueron defendidos desde autopsias practicadas a hombres adultos mayores, quienes fallecieron sin indicio alguno, mientras que, el cáncer se escondía en esos cuerpos vetustos, además, del deterioro de los genes.

Rubén Darío aclaró que uno de los principales factores de riesgo es la edad o el envejecimiento y entre otros, la calidad de vida por medio de la alimentación, el sobrepeso (la obesidad), la poca actividad física y no consumir suficientes frutas y verduras.

“Esto aumenta el riesgo de sufrir cáncer”. Hay otros factores de riesgo menos comunes y hasta puestos en duda, como la actividad sexual, explica el profesional.

Entre la sintomatología más reconocida destacan la metástasis (dolor óseo o síntomas locales como en la pelvis o alteraciones), hematuria (sangre en la orina).

“Respecto al cáncer de próstata, no es bueno esperar los síntomas, lo más probable es esperar enfermedades y la ciencia va muy avanzada, hay que prevenir antes de que aparezcan. Hay que tomar medidas de prevención primaria y secundaria”, alentó el experto.

Recomendó la visita al urólogo a partir de los 50 años, como parte de medidas preventivas de segundo orden, con el Antígeno Prostático Específico (PSA) y el examen urológico que permite diagnosticar a tiempo el cáncer prostático, “la recomendación es asistir al urólogo”.

“Este es un tema muy debatido, ya que ningún estudio ha demostrado que realizarlo de forma masiva, cura gente por medio del PSA. No hay una recomendación global de un screening. Se debe ir a una consulta acompañado de un examen prostática y una ecografía prostática. Si el PSA da positivo, ese paciente podría beneficiarse. Pues, hay cáncer prostático que se comporta de manera diferente”, explicó.

En caso de que el PSA esté elevado, es necesario realizar una resonancia multiparamétrica para determinar a qué paciente se debe realizar una biopsia: “Hay pacientes que presentan un aumento en el PSA y es debido a una prostatitis y otros trastornos de la próstata que no son, necesariamente, cáncer”.

El urólogo aclaró que la biopsia determina si el cáncer es de bajo o alto riesgo, es decir, si será un cáncer agresivo y que se desarrollará lentamente, es cuando se inicia la vigilancia constante sobre el paciente diagnosticado.

El cáncer puede comenzar en la próstata e ir hacia los ganglios o a través de la sangre, pudiendo extenderse a otro lugar: “A los órganos sólidos o hacia los huesos, que es el lugar más común del cáncer prostático. Lo primero que se hace después del PSA y la biopsia es saber si el cáncer está en la próstata o en otro lugar y en función de esto es el diagnóstico”.

Radioterapia, bloqueo androgénico o cirugías son algunas de las formas para combatir el cáncer. En caso de que el diagnóstico sea positivo, el tratamiento será más prolongado.

El tacto rectal es el primer paso hacia la prevención, ya que se ha convertido en mito el hecho de que la hombría masculina se pierde con este chequeo: “Este mito en Latinoamérica está muy marcado y por años recomendamos al hombre que vaya al urólogo, no es una cosa tan seria, es sencillo, no es incómodo y realícense el PSA”.

“El denominador común es que no tenemos estadísticas como Europa y Estados Unidos. El primer problema que tenemos es que las estadísticas en la región no son las más confiables en Latinoamérica. Los latinoamericanos vamos y venimos y no tenemos políticas que se mantengan en el tiempo porque es importante mantener los datos”, aclaró el urólogo.

Expresó que los datos estadísticos latinoamericanos son elaborados dependiendo de la inversión pública o estatal: “Hay datos en el Registro de Enfermedad del Cáncer que muestran 83 casos por cada 100 mil hombres por año y en el resto de Latinoamérica estamos por ese número (40 a 90) casos por cada 100 mil habitantes por año”.

El cáncer de próstata es más frecuente en República Dominicana que el de mama, en Argentina. Dependiendo de la ubicación geográfica o país, “la incidencia cambia y tiene que ver con factores socioambientales y grupos étnicos y raciales (europeos, indígenas, negros). Un denominador común es que diagnosticamos tardíamente el cáncer de próstata, que ya se ha extendido a los ganglios o a la próstata o a los huesos”.

“En República Dominicana, alrededor de cuatro mil pacientes anuales se enferman de cáncer de próstata y dos mil, anualmente, fallecen. Es un dato bastante alarmante. Fallece la mitad de los que se enferman. En los países más ricos, la relación es 80/20 no 50/50”, alertó.

Reveló que en sus años de experiencia médica ha tenido pacientes con cáncer de próstata agresivo entre los 40 y menores o cercanos a los 50 años, “algunos de esos cánceres tienen que ver con mutaciones genómicas y que hoy tenemos tratamientos más agresivos que no teníamos porque el gen está alterado”.

“Antes tratábamos todos los cánceres por igual, hoy contamos con fármacos para cada tipo, especialmente. Esos fármacos son inhibidores porque inhiben una enzima que actúa en la reparación del Ácido Desoxirribonucleico (ADN) de las células y están siendo efectivos en los tumores más agresivos, lo cual es una novedad”, alentó el experto.

En Latinoamérica, las políticas públicas son más escasas, según afirmó Rubén Darío, y es necesario incrementar esa prevención en políticas públicas sobre el cáncer: “El control del cáncer es más que un programa. Es tratar de pensar cómo se enferma la población y cómo se debe actuar para hacer prevención primaria, secundaria y terciaria”.

“Los países latinoamericanos tienen una deuda con sus habitantes y es generar políticas públicas en prevención de cáncer basadas en un buen registro e intervenciones sencillas y masivas que tienen que ver con una mamografía, un Papanicolau, un PSA, y con cosas sencillas se resuelven y evitar que los pobres lleguen con enfermedades metastásicas”, enfatizó el investigador.

Como investigador en el área de la urología, admitió que siempre instan a los gobiernos a enfocarse en medidas preventivas que permitan conocer la realidad clínica de la población y en cada país, con mayor acceso desde la educación y la promoción: “Políticas públicas que fomenten una mayor investigación en los cánceres más frecuentes en nuestra región geográfica”, alentó el miembro de asociaciones médicas contra el cáncer en Argentina.

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