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CHICAGO — Varios jueces federales de tribunales de inmigración que fueron removidos por el Gobierno del presidente republicano, Donald Trump, están presentando apelaciones y otras acciones legales. También están haciendo declaraciones públicas críticas sobre la situación, de manera inusualmente abierta.
Hasta el momento, más de 50 jueces migratorios han sido despedidos durante la segunda presidencia de Trump, desde magistrados de alto nivel hasta recién nombrados, de los que fueron echados.
Varios han alzado su voz en contra, al considerar ilegales sus despidos, o han querido explicar por qué creen que fueron sacados de sus puestos; citando como posibles razones discriminación de género, que sus fallos supuestamente no gustaron a la Administración federal o que permitieron a líderes demócratas visitar los tribunales migratorios.
Los jueces migratorios son una pieza clave del sistema para las deportaciones que Trump tanto ha promovido desde su campaña presidencial, y de por sí hay menos jueces de los que se necesitan para revisar todos los casos pendientes ante tribunales, según investigaciones de agencias del Gobierno. Por lo que a varios les ha parecido extraño que en ese contexto haya despidos.
“Mi trabajo me era importante, y era muy buena haciéndolo”, dijo Jennifer Peyton en entrevista. Peyton fue nombrada jueza supervisora en 2016 para un tribunal migratorio de Chicago, hasta que la despidieron a inicios de julio sin darle justificación.
[El Gobierno de Trump ordena a los jueces desestimar casos de inmigración para acelerar arrestos y deportaciones]“Recibí una carta con tres oraciones que no explicaban ninguna razón por la cual fui despedida”, comentó Peyton.
Peyton comentó que ser jueza migratoria en el tribunal de Chicago, donde ayudaba a entrenar, asesorar y supervisar a otros magistrados, era su trabajo soñado.
La exjueza indicó que siempre recibió calificaciones excelentes en las evaluaciones sobre su desempeño, y que nunca enfrentó acciones disciplinarias. Por lo que está preparando una apelación contra su despido mediante la Junta de Protección del Sistema de Mérito (MSPB, por su sigla en inglés), una agencia independiente de arbitraje para revisar posibles despidos injustificados de funcionarios federales. Trump ha sido crítico de la MSPB.
Peyton cree que la verdadera razón detrás de su despido es que permitió al senador demócrata por Illinois, Dick Durbin, hacer un recorrido en junio por el tribunal de Chicago en medio de denuncias de que las audiencias en tales cortes estarían siendo usadas como mecanismo para arrestar incluso a gente migrante que quiere cumplir con la ley al pie de la letra.
“¿Por qué la Administración Trump querría despedir a una jueza apartidista y con experiencia como Peyton? […] Su despido abrupto es un abuso de poder por parte del Gobierno federal para castigar a una jueza sin sesgo político simplemente por hacer su trabajo”, acusó Durbin en un comunicado.
Los tribunales de inmigración estadounidenses, donde por falta de jueces y cantidad de asuntos pendientes hay un atraso de aproximadamente 3.5 millones de casos, han atraído la atención del Gobierno de Trump cuando intenta aplicar de manera cada vez más estricta las leyes migratorias.
Además de los despidos, ha habido renuncias y jubilaciones anticipadas, tal que 106 jueces han dejado sus puestos desde enero, según un reporte del gremio que representa a estos magistrados, la Federación Internacional de Ingenieros Profesionales y Técnicos.
Actualmente hay alrededor de 600 jueces de inmigración. El servicio de investigaciones del Congreso estimaba desde 2023 que en realidad serían necesarios al menos 700 más.
[Acusan a dos trabajadores de salud, ciudadanos de EE.UU., de impedir el arresto de un hondureño en California]“Los que quedan se sienten amenazados y con incertidumbre sobre su futuro”, dijo Matt Biggs, presidente del sindicato.
Carla Espinoza, jueza de inmigración de Chicago desde 2023, fue despedida este julio — y recibió el aviso al mismo tiempo que estaba presentando un veredicto. En el aviso solamente le dijeron que terminaba su periodo de prueba de dos años en la Oficina Ejecutiva para la Revisión de Casos de Inmigración.
“Estoy personalmente comprometida con mi carrera. No somos nombramientos políticos”, dijo a la AP. “Tengo derecho a saber cuál fue el motivo”.
[Miembros de la Guardia Nacional harán de jueces en ‘Alligator Alcatraz’ para intentar acelerar deportaciones]Espinoza cree que los despidos de jueces migratorios han sido sobre todo de letradas mujeres y de grupos demográficos minoritarios como personas con apellidos hispanos, como el suyo. “Existe un patrón muy fuerte de factores discriminatorios”, afirmó.
Planea emprender acciones legales ante la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo, agencia que Trump ha intentado cambiar para que investigue contrataciones antidiscriminación hechas mediante políticas de diversidad y equidad.
Espinoza piensa que otra razón detrás de su abrupto despido pudiera ser que falló a favor de liberar a un inmigrante mexicano que fue acusado falsamente de mandar una carta amenazante dirigida a Trump.
Ramón Morales Reyes fue acusado por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, de escribir la carta, pero esas acusaciones se desmoronaron porque las autoridades en Wisconsin determinaron que Morales Reyes en realidad había sido incriminado por un hombre que lo había agredido en el pasado.
Espinoza dijo que en medio de deliberar sobre ese caso se sintió presionada por las declaraciones de Noem y la cobertura mediática del caso, sobre todo porque las aseveraciones erróneas sobre la presunta culpabilidad de Morales Reyes nunca fueron corregidas por funcionarios del Gobierno de Trump.
“Es difícil silenciar tanto ruido y simplemente hacer tu trabajo de manera justa cuando hay tantas distracciones”, dijo. “Creo que lo hice. Y defiendo mi decisión como justa al liberar a un individuo que, en mi opinión, fue victimizado dos veces”.
La Oficina Ejecutiva para la Revisión de Casos de Inmigración, que forma parte del Departamento de Justicia y supervisa los tribunales de inmigración, no quiso hacer comentarios al ser contactada para declarar sobre los despidos.
Peyton no está segura de que trabajar como jueza de inmigración todavía pueda ser el trabajo soñado que alguna vez lo fue para ella.
“Es importante que todas las personas que viven en este país sepan lo que sucede en nuestros tribunales de inmigración”, señaló. “El Departamento de Justicia al que me uní en 2016 no es el mismo de ahora”.
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