Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Washington, EE. UU. – El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha manifestado su preocupación por el empleo de instrumentos de vigilancia basados en inteligencia artificial (IA) por parte de varios países, con el fin de rastrear y hostigar a los defensores de los derechos de los pueblos indígenas. Esta denuncia contrasta con la posición del expresidente Donald Trump, quien insinuó que Estados Unidos posee la capacidad y el deber de liderar la revolución de la IA.
Türk criticó que las comunidades indígenas son marginadas de las decisiones políticas clave sobre el desarrollo de la IA. En simultáneo,
“Las industrias mineras y extractivas, la deforestación y la agricultura a gran escala explotan y destruyen tierras y territorios, con el respaldo de tales adelantos tecnológicos, sin el consentimiento de los pueblos originarios”, comunicó la ONU en su sitio web.
El Alto Comisionado expresó su inquietud por la “impunidad extendida” en estos casos, destacando que los activistas indígenas se enfrentan a amenazas y represalias continuas.
Según datos de su oficina, el 26% de los defensores de derechos humanos asesinados entre 2023 y 2024 eran indígenas, la mayoría de estos crímenes ocurridos en el continente americano.
Türk instó a la comunidad internacional a tomar medidas para desarrollar y aplicar nuevas tecnologías de forma que “reduzcan al mínimo los riesgos y optimicen los posibles beneficios” para la población indígena.
En este contexto, el expresidente Donald Trump republicó en su red social, Truth Social, un artículo de la cadena conservadora Fox News. El artículo expone que Estados Unidos tiene la obligación de guiar la “revolución de la inteligencia artificial” basándose en su capacidad para la producción de combustibles fósiles.
El artículo afirma que la producción de gas natural de Washington abarca una cuarta parte de la producción mundial de este hidrocarburo. Por ende, sugiere que la IA debería enfocarse en edificar centros de datos que se alimenten de dicha fuente.
Al inicio de su nuevo mandato, el republicano anunció, junto a importantes empresas tecnológicas, un ambicioso proyecto llamado “Stargate”. Este plan contempla una inversión privada que podría llegar a los 500 mil millones de dólares, y que Trump definió como el “proyecto de infraestructura de IA más grande de la historia”.
La controversia subraya la creciente tensión entre el avance tecnológico y sus implicaciones éticas y sociales, especialmente en lo concerniente a los derechos de las comunidades más vulnerables.
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