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Conforme a la entidad, la pandemia impactó su programación de compras y se perdieron acuerdos relacionados con estos fármacos.
“Sin embargo, entendemos la importancia de los anticonceptivos y, como parte de nuestra estrategia continua para mejorar el acceso a medicamentos esenciales, su inclusión está prevista en nuestra planificación, para tenerlos nuevamente en las Farmacias del Pueblo”, precisó la entidad mediante un comunicado firmado por su director general, Rafael Adolfo Pérez de León.
Las Farmacias del Pueblo tienen un alcance de 636 sucursales, ubicadas en distintas regiones y provincias del país, donde se dispensan medicamentos a bajo costo.
A nivel público, los métodos anticonceptivos modernos se pueden adquirir en consulta en hospitales de la red pública nacional, según explica la doctora Ironelys Caridad, incluyendo pastillas anticonceptivas para mujeres en lactancia y las que no, inyecciones trimestrales, DIU de cobre sin hormonas e implante subdérmico.
Sin embargo, no todas las usuarias tienen conocimiento de esta disposición, como “María”, quien tiene 31 años y adquiere tanto los servicios ginecológicos como el DIU, método que ella utiliza, en el sector privado.
Esta realidad choca con otra, que afecta la planificación familiar y a las mujeres, ya que el 46% de las dominicanas no acceden a métodos anticonceptivos modernos, según expone el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en el estudio “8,000 millones de vidas, infinitas posibilidades: argumentos a favor de los derechos y libertades” realizado en 2023, lo que se mantiene como el principal reto para lograr una salud femenina plena, con decisiones informadas en lo relativo a relaciones sexuales.
“La falta de acceso al servicio de los métodos es el gran desafío, no porque en el país no existan. Muchas veces puede ser el costo y muchas veces porque los programas del Estado están limitados por el horario”, declaró la ginecóloga y gerente de servicios de Pro-Bienestar de la Familia (Profamilia), Dolores Rodríguez.
Las mujeres cargan en sus hombros la mayor responsabilidad de planificación familiar en la pareja, según revela la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar) de 2019, donde el 30.7% de las parejas recurre a la esterilización femenina y solo el 0.1% a la esterilización masculina.
La planificación familiar o métodos anticonceptivos, además de reducir la tasa de mortalidad materna, previenen los embarazos en edad temprana, extienden el período entre nacimientos y limitan el número de hijos por hogar, así como otras ventajas adicionales al usar preservativos, previniendo las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).
El Ministerio de Salud Pública cuenta con programas y protocolos orientados a la planificación familiar, así como una plantilla de 1,511 gineco-obstetras en los hospitales, según detalló el Servicio Nacional de Salud (SNS) mediante una solicitud en el Portal Único de Solicitud de Información Pública (SAIP).
No obstante, aun con estos servicios públicos, casi la mitad de dominicanas no acceden a una salud femenina adecuada, quedando el país atrás en la Agenda 2030, que tiene como tercer objetivo salud y bienestar, donde considera garantizar el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar, información y educación.
“Proporción de mujeres en edad de procrear (entre 15 y 49 años) que cubren sus necesidades de planificación familiar con métodos modernos”, precisa la meta 3.7.1 del objetivo y lo que convierte la necesidad de planificación femenina en un tema de salud pública.
Los mitos aunados a barreras de información se consolidan como la causa principal de la permanencia de las estadísticas negativas en cuanto al acceso de las mujeres a los métodos existentes, según afirman las ginecólogas.
Una de las creencias mayormente asociadas al uso constante de métodos anticonceptivos es la infertilidad o problemas luego de suspenderlos para concebir, lo que, según explicó la gineco-obstetra, Ironelys Caridad, es un mito.
“Ese es uno de los mayores mitos, que muchas pacientes entienden y la verdad es que no, siempre y cuando la paciente no tenga problemas de anovulación e infertilidad”, manifestó la doctora al tiempo de explicar que cuando se presenta infertilidad tras la suspensión de los anticonceptivos, se debe a un antecedente médico que no fue detectado de forma oportuna antes de iniciar con la planificación.
“Todo va a depender de cada paciente, hay algunas que ya a los tres meses tienen un embarazo después de suspenderlo, otras que tardan un poco más, hasta un año. Siempre y cuando estén por debajo de los 35 años de edad, es normal que suceda eso, de 12 meses”, aseguró Ironelys Caridad, quien brinda servicios en el Hospital Inmaculada Concepción de Cotuí y en centros médicos privados.
La democratización de información veraz sobre la planificación familiar se suma a la lista de limitaciones para que las mujeres accedan a una salud femenina adecuada.
“Es porque hay una barrera de falta de educación, tanto en las escuelas, universidades, las mismas mujeres. Las madres, si no tuvieron esa información antes, ya se quedan con ese pensamiento y eso es lo que se va a reproducir”, sostuvo Caridad.
Para la doctora Dolores Rodríguez, las mujeres también se convierten en parte de las limitantes para el acceso, con tabúes y el miedo de que se enteren de que utilizan algún método anticonceptivo.
Los efectos secundarios también suponen un freno para no planificarse, considerando entre estos sangrado abundante, náuseas, mareos, dolor de cabeza, sensibilidad en los senos y cambios en el estado de ánimo, que según aclararon las doctoras, están vinculados a las hormonas (estrógeno y progesterona) que contienen estos métodos y suele ser un proceso normal, por inhibir la ovulación, aunque aclararon que esto no se presenta en todas las mujeres y hay otros métodos que no contienen hormonas, recomendados para estos casos.
Existe una variedad de métodos que se adecuan a las necesidades de cada mujer y su historial clínico y familiar, lo cual se determina en consulta con un especialista, quien más que recomendar orienta sobre los métodos de planificación existentes.
“Antes de recomendar el método, lo que hago es comentarle a la paciente sobre todos los métodos que existen y sus pros y contras y, obviamente, su historia clínica, para poder recomendarle uno”, explicó la doctora Ironelys Caridad.
Los métodos se clasifican en los de larga y corta duración, que pueden ser de efecto inmediato o de una eficacia de hasta 10 años.
Entre los de larga duración se considera el DIU, un dispositivo en forma de T que puede ser de cobre con hormonas (estrógeno y progesterona), así como una versión sin hormonas fabricada en cobre y otra en plata. Con un ciclo de aplicación que se extiende entre tres a 10 años.
Anticonceptivos inyectables con contenido hormonal que bloquean la ovulación o generan efectos a nivel de cérvix o endometrio que impiden que los espermatozoides asciendan al útero. El ciclo de aplicación varía según el producto farmacológico, aunque los existentes son de un mes y tres meses.
Los implantes subdérmicos son pequeños tubos delgados y flexibles que se colocan debajo de la piel del brazo de la mujer para evitar embarazos no deseados y protegen por hasta cinco años.
Las pastillas anticonceptivas son ciclos de píldoras que contienen hormonas femeninas que actúan sobre el periodo menstrual impidiendo la ovulación y evitando embarazos no deseados.
Estas pastillas por lo general deben tomarse a una hora determinada y se toman al ritmo del ciclo menstrual. Estas pastillas se clasifican para las mujeres lactantes y las que no.
Entre los métodos de corta duración en cambio se encuentra el condón femenino, una funda plástica, delgada y transparente que se adapta a la vagina.
También está el diafragma, un capuchón de plástico que se coloca en la vagina cubriendo el cérvix; espermaticidas, que son sustancias químicas que se introducen en la vagina y su efecto es inmovilizar los espermatozoides y se usan en cada relación sexual.
Las píldoras anticonceptivas de emergencia, también conocidas como píldora del día después, ayudan a prevenir el embarazo tras las relaciones sexuales no protegidas.
Y en el caso del hombre, el condón masculino, una funda de goma, que se coloca sobre el pene erecto y, además de prevenir embarazos no deseados, evita las Enfermedades de Transmisión Sexual.
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