Salud

Los rostros de la violencia, ninguno de celebración

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Una forma de violencia, quizás considerada cultural, es habitual en la sociedad dominicana.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Una forma de violencia, quizás considerada cultural, es habitual en la sociedad dominicana. Con ella coexistimos en las calles, en las redes sociales, el tránsito vial, los hogares y los centros de ocio.
El insulto, o ataques contra el honor ajeno, ¿es o no violencia? ¿Es o no frecuente entre nosotros?
De la que ahora conmociona a la sociedad, originada en un individuo al parecer en un estado mental alterado, de esa no tenemos información abundante como de la referida en el párrafo anterior, pero ocurre, al parecer. Quizás no es común, o se solapa con la cultural.
Los profesionales de la conducta tal vez podrían arrojar luz sobre esta forma de violencia y su impacto en la población.
Si nos ponemos a buscar, así, en algunos hechos recientes y conocidos por la opinión pública, podemos recordar una pelea registrada a finales de abril de 2022 entre un hombre y una mujer en Ágora Mall, un centro comercial de la Capital, que culminó con la muerte de David de los Santos, coprotagonista del incidente, mientras se encontraba bajo custodia policial en el destacamento Naco. Este caso llegó a los tribunales y recientemente hubo condenas.
También ganó notoriedad la muerte de Johel Raphael Cabrera Espino, quien conducía una yipeta la madrugada del 11 de diciembre de 2022, cuando fue alcanzado por una piedra lanzada desde el paso peatonal de la intersección entre las avenidas Máximo Gómez y 27 de Febrero. El hombre que lanzó la piedra era Newton Pérez Féliz, que presumiblemente sufría algún tipo de problema mental.
¿Y la muerte de Guillermo Silvestre Moncada, ocurrida en noviembre de 2011 en Piantini del Distrito Nacional tras recibir diez disparos de Ramón Emilio González en una discusión por un espacio de estacionamiento? ¿Cómo clasificamos este hecho? ¿Tenía este hombre su salud mental afectada o su comportamiento, su ira, fue una expresión más de la dominicanidad?
En los registros policiales se pueden verificar a diario las consecuencias de la violencia cultural, social si se quiere, que, si han de ser atribuidas a alguna patología, no es precisamente la que encuentra remedio en los consultorios psiquiátricos o en los hospitales especializados en esta rama de la medicina.
La violencia cultural, de la que no escapa la Policía, nos afecta a todos.
Y por cierto, la noche del martes pasado, los agentes de este cuerpo de orden que acudieron a Naco por el caso de Jean Pumarol utilizaron armas no letales para someter al hombre que apuñaló a seis personas, pero esa misma Policía al día siguiente reportaba el abatimiento de dos hombres que habrían enfrentado a una patrulla en la autopista Duarte.
Los intercambios de disparos todavía existen. ¿Podrán estos casos ser tratados algún día con la profesionalidad con la que fue manejada la situación en Naco?
Y aún más, ¿es este hombre, Pumarol, un inimputable? Acaso este es un tecnicismo propio de un tribunal, pero ahí queda la duda.

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