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Terremoto en Rusia de magnitud 8,8, en vivo: última hora de la alerta de tsunami en Estados Unidos y Japón
Este miércoles, un sismo de magnitud 8,8 sacudió con fuerza la península rusa de Kamchatka, en el extremo oriental del país.
El temblor, con epicentro a unos 130 kilómetros de Petropavlovsk-Kamchatsky y a solo 20 km de profundidad, ha sido catalogado como uno de los más fuertes registrados en el planeta desde 2004.
Su energía fue suficiente para activar una alerta de tsunami en toda la cuenca del Pacífico, con olas de hasta cuatro metros reportadas en zonas del extremo oriente ruso.
Japón emitió una alerta general para gran parte de su costa noreste, incluyendo las prefecturas de Hokkaido, Iwate y Miyagi. En algunas áreas, como Ofunato, se registraron olas superiores a un metro y medio, lo que provocó la evacuación de más de 1,9 millones de personas.
En Hawái, también se activaron órdenes de evacuación preventiva en zonas costeras de Honolulu y otras islas, y se reportaron olas de hasta 1,8 metros.
Si bien en la costa oeste de Estados Unidos y Canadá las olas fueron menores, las autoridades instaron a mantenerse alejados de las playas por el riesgo de corrientes peligrosas.
Aunque los científicos descartan cualquier conexión con fenómenos sobrenaturales, lo cierto es que el terremoto ha revivido teorías relacionadas con las profecías de Nostradamus.
Según algunos intérpretes, el adivino francés habría escrito sobre un “gran terremoto” en el oriente y un mar que “subirá con furia” en torno a estas fechas.
Más específica fue una supuesta profecía de la japonesa Ryo Tatsuki. En 1999, Tatsuki afirmó que en julio de 2025 “el mar herviría cerca del sur de Japón”.
Aunque la fecha mencionada era el 5 de julio, el terremoto del día 30 ha sido considerado por algunos como un cumplimiento simbólico. Esta afirmación ha circulado ampliamente en redes sociales y medios asiáticos.
Expertos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y del Instituto de Sismología de Rusia insisten en que no es posible predecir terremotos con precisión, ni a corto ni a largo plazo.
Las profecías, por muy virales que se hagan, no tienen base científica. Lo que sí se puede hacer es monitorear los movimientos tectónicos en tiempo real y activar sistemas de alerta rápida como los que funcionaron esta vez en Japón, Hawái, Rusia y otras regiones.
La situación en las zonas afectadas sigue siendo de constante vigilancia. Aunque las alertas de tsunami ya han sido retiradas en gran parte del Pacífico, se mantiene el seguimiento ante posibles réplicas.
Las autoridades rusas reportan daños en infraestructuras costeras, pero sin víctimas fatales confirmadas hasta el momento. Japón ha reportado algunas personas heridas leves durante las evacuaciones. La normalidad está empezando a restablecerse, aunque las costas del Pacífico seguirán bajo observación en los próximos días.
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