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Estimado y cortés lector, es casi seguro que al usted ver ese título con signo de interrogación llegue a su mente la percepción equivocada de que ponemos en duda la existencia del trastorno conocido como “pie diabético”, lo cual podría ser considerado como una aberración. Y también podría suceder que usted sintiese el deseo de decirme con evidente enojo: “Zapatero a tus zapatos”.
Aprovecharemos para referirnos al origen de ese refrán. El destacado historiador y naturalista romano del siglo I, conocido como Plinio el viejo, escribió “Historia Natural”, una enciclopedia que incluye diferentes temas que reflejaban la vida cultural y social de su tiempo.
En ella expone sobre el refrán que “Apeles fue un pintor griego, famoso en su tiempo, y que vivió en el siglo IV (a.c.). Éste exhibía sus obras de manera pública. En una ocasión pintó una sandalia, y se estaba exhibiendo en el parque -él acostumbraba a mezclarse con la multitud para escuchar las críticas – y así escuchó que un zapatero criticó su pintura, diciendo que esa sandalia era demasiado ancha. Apeles la corrigió, y en la siguiente exhibición, volvió el zapatero a decir que notaba varios defectos técnicos de la pintura, que en realidad no eran ciertos, razón por la cual Apeles lo enfrentó y le dijo: “NE SUTOR ULTRACREPIDAN”, que significa: Zapatero a tus zapatos.
En nuestro caso, consideramos que no se nos podría aplicar el famoso refrán, debido a que no hablaremos del pie diabético con la capacidad y sabiduría que se supone tienen los endocrinólogos, diabetólogos, cirujanos vasculares y otros especialistas, sino que lo haremos con la sencillez y humildad de expresar nuestra inquietud en ese tema, como podría hacerlo cualquier ciudadano de nuestro amado país.
Primero, creemos que la cantidad de elogios que pudieran usarse para resaltar el logro memorable del equipo de científicos cubanos, sería insuficiente. Ese grupo estuvo encabezado por el médico veterinario Jorge Berlanga Acosta, quien se ha desempeñado como jefe de proyectos del Centro de Ingeniería y Biotecnología de Cuba.
Este médico hizo sus estudios en su país, y en la primera mitad de la década de los noventa continuó especializándose -becado- en los mejores laboratorios de cicatrización y cirugía plástica de Canadá. Y en la segunda mitad de los noventa, comenzó a trabajar la farmacología de la inyección del factor de crecimiento epidérmico, lo que le sirvió de base en la fase experimental o hipotética del medicamento que en la actualidad conocemos como Heberprot_p, que le ha dado fama mundial a él y a Cuba, porque está comprobada su eficacia para curar, no solo aliviar, el pie diabético.
En una publicación de la periodista investigadora de temas de salud del periódico Listín Diario, Doris Pantaleón, la cual hizo desde territorio cubano el 24 de mayo de 2013 usó el siguiente título llamativo: “Amputación pie diabético ya no es problema de salud en Cuba”.
Debido a que por la idiosincrasia de nuestro amado país, una gran parte de nuestros compatriotas suelen ser desconfiados de cualquier hecho notable que no tenga su origen en Estados Unidos de Norteamérica, o en Europa, entonces es muy probable que desconfíen de la veracidad que transmite el referido título de esa destacada y reconocida periodista. Ante esa posibilidad, quien esto escribe dará el testimonio de que una de sus hijas hizo su especialidad y subespecialidad médica durante cuatro años en Cuba, y me comentaba entusiasmada que, al igual como ya sabemos que nos informó la periodista Pantaleón, estaba maravillada de que el trastorno del pie diabético no era un problema de salud para nuestros hermanos cubanos.
A lo anterior se agrega la buena noticia de que el tratamiento está disponible en 25 países, entre los cuales estamos nosotros. También el conocido periódico digital Acento, publicó el 29 de septiembre de 2018, bajo la firma de Aldo Rodríguez Villouta, basado en una información del diario de las Américas, que la compañía estatal cubana Heber Biotec y la estadounidense Mercurio Biotec habían firmado un acuerdo mediante el cual podría introducirse en EE.UU. la terapia del Heberprot_p, la cual estaría disponible para los norteamericanos, cuando fuese aprobada por la administración de drogas y alimentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés). Y nos hemos referido a ese importante dato, porque sabemos que una gran parte de nuestros compatriotas son recelosos. Pero si leen o escuchan que de alguna manera se tiene el aval de los norteamericanos, entonces como si fuesen ovejitas mansas, usarían el medicamento aunque este tuviese una gran parte de cianuro, un potente veneno.
Lo anterior podría parecer sumamente cínico y hasta cómico, sin embargo, es lamentablemente cierto.
Veamos ahora la motivación para este artículo. Se debe a que el 24 de junio de 2025, el periódico Listín Diario, nos trajo una entrevista con el distinguido médico Juan Vicente Méndez, actual jefe del departamento de cirugía vascular, endovascular y cirugía del pie diabético del hospital docente Francisco Moscoso Puello. Y en el pie de foto que acompaña la publicación dice: “El doctor Juan Vicente Méndez alerta sobre el incremento del pie diabético. Y en el texto dicho galeno asegura que en República Dominicana se realizan más de 7,000 amputaciones anuales a causa del pié diabético, y agregó: “que más de 7, 000 muertes en el país, están directamente relacionadas con amputaciones, superando incluso las tasas de mortalidad por distintos tipos de cáncer”.
Amable lector, ¿no cree usted que en lugar del distinguido médico estar usando palabras apocalípticas, debió mejor hacer una introspección profunda y sincera, cuestionándose más o menos lo siguiente: ¿A qué se debe que Cuba y prácticamente todos los demás países que usan el tratamiento con Heberprot_p, tengan un buen resultado, mientras que aquí él se muestra “teatralmente alarmado”, como escuchamos en la canción de la Lupe titulada “Puro teatro”.
Es casi seguro que los lectores quisquillosos digan: No tenemos dudas de que como siempre, el culpable es el gobierno. Esa manera trivial de “pensar” es lo que se conoce como “Razonamiento simplista”. Y además, es injusto y errado, debido a que nuestros gobernantes desde el 2009 hasta la actualidad, han hecho el esfuerzo de tener a disposición del pueblo, por medio del programa conocido como de alto costo, el medicamento Heberprot_p, que ya sabemos es el tratamiento usado para curar el pie diabético.
Así que se deben buscar las fallas para que no tengamos un éxito igual o parecido al de otros países, en otro litoral diferente al Gobierno central. Lo cual nos lleva a que el “boomerang” retorne con más fuerza contra el personal de salud, y el administrativo de los centros donde se hace ese tratamiento.
Y si a usted le parece injusta esa afirmación, entonces le invito a que busque y lea con muchísima atención el artículo citado de Doris Pantaleón, donde ella resalta lo siguiente: “Cuando se descubre que un facultativo prefirió amputar, en vez de tratar al paciente, debido a que se requiere de mayor entrega, ese profesional es sacado del servicio”.
Conclusión: En lugar de como dijo Balaguer en su famoso discurso de 1978: “Están llorando como Jeremías en el muro de las lamentaciones”, en lugar de que sigan existiendo quejas teatrales, merecedoras de varios premios Óscar de Hollywood, lo mejor sería que se haga un mayor y verdadero esfuerzo aplicando el referido tratamiento, para que así Doris Pantaleón pueda publicar llena de orgullo y satisfacción, como hizo desde Cuba: “En República Dominicana ya el pie diabético no es un problema de salud”.
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