Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Washington, 19 de julio (Sputnik).- Después de su ruptura dramática con el expresidente Donald Trump, el magnate estadounidense Elon Musk ha quedado en un segundo plano, mientras que Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, parece estar ganando terreno, acercándose al poder, según informa The Wall Street Journal.
Musk y Altman fundaron OpenAI juntos en 2015, inicialmente como una organización sin ánimo de lucro, con la intención de mantener la inteligencia artificial (IA) en un marco ético ante los avances tecnológicos. Sin embargo, en 2018 pasaron de aliados a rivales tras una serie de conflictos públicos. En los últimos años, Musk ha tenido una relación difícil con Altman, llegando incluso a demandarlo a él y a OpenAI, alegando que había abandonado su misión original.
El medio señala que Altman aprovechó el momento oportuno para acercarse a Trump, “maniobrando” sutilmente para “evitar” a Musk y asegurar acuerdos de infraestructura de IA que el entonces presidente apoyaba. Además, habría estado fortaleciendo sus relaciones personales y profesionales con Trump, cenando con él en Mar-a-Lago en marzo y manteniendo algunas conversaciones telefónicas.
De demócrata a ‘apolítico’
Con el cambio de poder en la Casa Blanca, Altman, demócrata de larga data que durante años hizo donaciones principalmente a ese partido y que una vez comparó a Trump con Adolf Hitler, admitió a sus allegados que lamentaba sus críticas duras hacia el líder republicano durante su primer mandato (2017-2021). En este contexto, a principios de julio, el empresario tecnológico reveló en X que ya no se identificaba con los demócratas. “Así que ahora estoy políticamente sin rumbo”, confesó.
Y ahora, la salida inesperada de Musk del círculo íntimo de Trump le ha abierto las puertas a Altman, tanto para obtener el respaldo gubernamental para el desarrollo de la infraestructura global de IA que necesita, como para tener mayor influencia en la regulación de la IA, resalta el WSJ.
No es casualidad que Altman sea el orador principal en una conferencia de la Reserva Federal programada para finales de este mes, donde hablará a los banqueros clave del país sobre el impacto de la IA en la economía. “Esperamos seguir colaborando con [el presidente Trump] para impulsar la economía y garantizar que la IA beneficie a todos”, declaró un portavoz de OpenAI.
¿Un cambio de rumbo?
En 2016, Altman apoyó a la demócrata Hillary Clinton y tachó a Trump de “abusivo y propenso a arrebatos de ira”, prediciendo que su presidencia sería “un desastre para la economía estadounidense”. No obstante, con el paso del tiempo, Altman cambió de opinión y en junio de este año reconoció que “Trump tiene razón en algunos puntos importantes”, como que “la economía no está creciendo lo suficientemente rápido”, según cita el WSJ.
En las semanas posteriores a la victoria de Trump, mientras otros CEO de tecnología podían acudir a Mar-a-Lago para reunirse con el nuevo presidente electo, Altman tuvo que trabajar a través de intermediarios. Tras haber establecido contactos con personas cercanas a Trump y donado un millón de dólares a su investidura, logró tener la oportunidad de forjar una alianza más cercana con el líder republicano.
El 21 de enero, un día después de la toma de posesión de Trump, Altman apareció en el Despacho Oval de la Casa Blanca para el anuncio de una asociación de 500.000 millones de dólares entre OpenAI, Oracle y SoftBank de Japón para construir centros de datos para entrenar modelos de IA. Al ver a su ex socio en la Casa Blanca por televisión, Musk criticó el proyecto de Altman y encontró viejas publicaciones suyas en las que celebró la derrota de Trump en las elecciones de 2020.
En respuesta, Altman se defendió, argumentando que, al observar a Trump “con más detenimiento”, cambió su punto de vista sobre él. “No estaré de acuerdo con él en todo, ¡pero creo que será increíble para el país en muchos aspectos!”, opinó.
Esta discusión pública incluso requirió la mediación de Trump, quien pareció enviarle un mensaje claro a Musk: no permitiría que sus críticas impidieran que Altman y él colaboraran.
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