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Washington asestó el primer golpe al solicitar “consultas urgentes” con el encargado de negocios estadounidense en Bogotá, John McNamara, “tras declaraciones reprochables e infundadas de altos funcionarios del gobierno colombiano”.
Los gobiernos de Estados Unidos y Colombia llamaron el jueves a consulta a sus principales representantes diplomáticos, en un nuevo capítulo de tensiones que fragmentan aún más la relación entre ambos países, históricamente aliados.
Washington fue el primero en mover ficha al pedir “consultas urgentes” del encargado de negocios estadounidense en Bogotá, John McNamara, “luego de declaraciones rechazables e infundadas de los más altos cargos del gobierno de Colombia”.
Así lo afirmó en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, sin precisar a qué se refería.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, no tardó en convocar a su embajador en Estados Unidos, Daniel García-Peña.
La relación bilateral atraviesa sus horas más bajas. En los últimos meses el mandatario izquierdista y su homólogo estadounidense, Donald Trump, chocaron por asuntos como la deportación de migrantes y la guerra arancelaria.
El fin de semana se añadió la revelación de un supuesto complot para derrocar a Petro con apoyo de políticos colombianos y estadounidenses. El diario español El País publicó audios que sugieren una trama golpista liderada por el excanciller de Petro, Álvaro Leyva, en un caso que investiga la fiscalía.
“No es más que una conspiración (de Leyva) con el narcotráfico y con la extrema derecha aparentemente colombiana y norteamericana”, declaró Petro el lunes.
Petro había denunciado en junio un supuesto intento golpista orquestado por la “extrema derecha” colombiana y estadounidense. Entonces afirmó que un “líder”, a quien no identificó, había hablado con el senador estadounidense Marco Rubio, pero el lunes señaló que “no estuvo involucrado realmente”.
– Renuncia canciller colombiana –
Aunque por motivos distintos, la canciller colombiana, Laura Sarabia, dimitió ese mismo día alegando “diferencias” con Petro.
La renuncia de la mujer más poderosa del primer gobierno de izquierda de Colombia no está directamente relacionada con la tormenta con Estados Unidos, pero la vacancia del Ministerio de Relaciones Exteriores dificulta aún más los posibles acercamientos que suavicen la tensa relación entre ambos países.
Sarabia se distanció del presidente por varios desacuerdos, el último de ellos sobre la extensión del contrato a la empresa que fabrica y distribuye pasaportes colombianos.
En una carta al mandatario, la ministra aseguró que no comparte “decisiones” que se han tomado “en los últimos días” y que le impiden “acompañar” el proyecto de izquierda.
El gobierno de Petro padece una crisis de gabinete por el que han pasado más de 50 ministros en tres años.
Sarabia, de 31 años y sin experiencia política previa, fue una figura clave en la campaña presidencial de Petro en 2022. Tras su victoria, se convirtió en jefa de gabinete, luego ocupó dos altos cargos en el gobierno y en enero fue nombrada canciller, la más joven en la historia moderna de Colombia.
“Fue vital en la campaña por su orden y disciplina”, dijo Petro en X tras la renuncia, llamándola “hormiguita organizadora”.
Sarabia buscaba que Washington renovara la certificación a Colombia como aliado antidrogas. La decisión se conocerá en los próximos meses, en momentos en los que el país rompe récords mundiales de producción de cocaína.
– Relaciones tensas –
Además de la llamada a consultas a McNamara, Estados Unidos tomará otras medidas “para que quede clara” su “profunda preocupación por el estado actual de la relación bilateral”, dijo la portavoz del Departamento de Estado.
Bruce no detalló qué acciones tomará Washington, pero enfatizó que Colombia sigue siendo “un socio estratégico esencial” más allá de las diferencias con el gobierno de Petro.
El mandatario colombiano dijo que pedirá a su embajador información sobre la “agenda bilateral” relacionada con temas medioambientales, de narcotráfico, migración y salidas “dialogadas a los conflictos de Venezuela, Cuba y Haití”.
El ingreso de Colombia en el megaproyecto chino Nuevas Rutas de la Seda y su búsqueda de nuevos socios comerciales también irritan a Estados Unidos.
Además, el gobierno colombiano rechazó extraditar a Estados Unidos a dos guerrilleros requeridos por delitos de narcotráfico.
Petro discrepa con Washington sobre el enfoque de la lucha antidrogas que considera un “fracaso”. A poco más de un año de dejar el poder, el izquierdista apuesta por atacar el consumo en las grandes potencias y negociar la paz con los grupos armados.
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