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Trump desafía lo establecido y demanda al Wall Street Journal por un artículo que lo vincula con el pedófilo Epstein

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Crisis en Washington: la carta de cumpleaños a Epstein con supuesta firma de Trump desata una tormenta.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Crisis en Washington: la carta de cumpleaños a Epstein con supuesta firma de Trump desata una tormenta.

Este sábado, 19 de julio de 2025, Donald Trump vuelve a acaparar titulares en Estados Unidos tras presentar una demanda por difamación contra el Wall Street Journal, respondiendo a la publicación de un artículo que afirma que el expresidente envió una carta de cumpleaños de tono sugerente en 2003 al fallecido financiero y delincuente sexual Jeffrey Epstein. El caso irrumpe en medio de una ola de presión política y mediática para que se desclasifiquen todos los documentos relacionados con la investigación federal sobre Epstein, algo que la propia administración Trump ha solicitado ante la corte federal.

La acción legal se convierte así en el último episodio de una tensa relación entre el poder político, los grandes medios estadounidenses y la sombra persistente del caso Epstein. El reportaje del WSJ, publicado el jueves, reavivó el debate sobre las conexiones políticas del escándalo y ha provocado una respuesta fulminante tanto del expresidente como de su equipo legal, que califican el artículo de “falso, malintencionado y difamatorio”.

La demanda, presentada en un tribunal federal de Miami, exige una indemnización de al menos 10.000 millones de dólares. En ella, Trump niega rotundamente haber enviado cualquier tipo de carta a Epstein y acusa al periódico de inventar pruebas. En sus redes sociales calificó el litigio como “una POWERHOUSE Lawsuit”, repitiendo que se trata de “FAKE NEWS” y arremetiendo contra lo que describe como una campaña sistemática de difamación orquestada por algunos medios tradicionales.

La Casa Blanca reaccionó inmediatamente tras la publicación del artículo. La portavoz Karoline Leavitt denunció que el periódico “se negó a mostrar la carta” y admitió no tenerla en su poder cuando se le pidió verificar la existencia del documento. El vicepresidente JD Vance fue aún más contundente en redes sociales, tachando el reportaje de “completa y absoluta basura” y denunciando el tratamiento mediático del asunto.

Este enfrentamiento se suma a una serie de acciones legales recientes iniciadas por Trump contra medios estadounidenses. En diciembre llegó a un acuerdo con ABC News por 15 millones de dólares y este mismo mes cerró otro pacto con Paramount, matriz de CBS News, por 16 millones. También mantiene disputas abiertas con Associated Press por cuestiones relacionadas con su cobertura periodística.

El escándalo vuelve a poner sobre la mesa la exigencia de transparencia respecto a los documentos federales vinculados con Jeffrey Epstein. Tras años de especulación sobre posibles encubrimientos o listas secretas, la administración Trump ha solicitado formalmente ante los tribunales federales que se liberen todos los archivos relacionados con la investigación. Esta petición llega después de que el Departamento de Justicia y el FBI publicaran recientemente un extenso informe descartando tanto el asesinato como la existencia de supuestas “listas de clientes” ligadas a la red criminal del financiero.

Aunque el informe oficial restó crédito a las teorías conspirativas más extendidas, desde algunos sectores políticos -especialmente entre aliados republicanos como Mike Johnson, Marjorie Taylor-Greene o Laura Loomer- se reclama mayor claridad y acceso público a toda la información recopilada durante años por las autoridades federales. La presión se intensifica mientras Trump intenta distanciarse públicamente del escándalo y proyectar una imagen de víctima frente a lo que califica como “persecución mediática”.

El vínculo entre Trump y Epstein ha sido objeto recurrente de escrutinio desde hace décadas. Aunque ambos compartieron círculos sociales durante los años noventa y principios de los 2000, Trump siempre ha negado cualquier implicación en las actividades ilícitas por las que Epstein fue condenado antes de su muerte en prisión en 2019.

La publicación reciente del WSJ reactiva viejos fantasmas e impulsa nuevas demandas políticas para arrojar luz sobre posibles relaciones o favores cruzados entre personalidades influyentes y el entorno del magnate caído en desgracia. La batalla legal abierta ahora puede marcar un precedente relevante para futuras reclamaciones contra grandes medios estadounidenses, especialmente en un contexto donde las acusaciones cruzadas entre política y prensa están a la orden del día.

El caso evidencia cómo la relación entre líderes políticos y medios tradicionales vive uno de sus momentos más tensos. El uso creciente de litigios multimillonarios como instrumento para contrarrestar informaciones incómodas supone un reto añadido para la libertad de prensa en Estados Unidos.

Este escenario plantea preguntas clave sobre los límites éticos del periodismo, la verificación documental en investigaciones sensibles y el papel creciente que juegan las redes sociales como canal directo para rebatir o amplificar narrativas alternativas. El propio Trump ha convertido sus perfiles digitales en plataformas estratégicas para difundir su versión, saltándose los cauces tradicionales e intensificando así la polarización social.

Al mismo tiempo, la exigencia ciudadana para esclarecer casos oscuros como el de Epstein demuestra que sigue habiendo demanda real por transparencia institucional, aunque las formas elegidas -ya sea vía tribunales o filtraciones- puedan alimentar aún más la confusión pública.

El desenlace judicial marcará no solo el futuro inmediato del expresidente sino también nuevas reglas del juego entre política, periodismo e intereses empresariales en uno de los países con mayor tradición democrática del mundo.

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