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Un cubano de cada cinco labora sin protección social

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

MIAMI, Estados Unidos. – El mercado laboral cubano afronta una crisis estructural, marcada por la informalidad, la desprotección social y el envejecimiento de su fuerza de trabajo, según datos oficiales analizados por el economista cubano Pedro Monreal.

La Encuesta Nacional de Ocupación 2024, presentada por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), revela que un 20,1% de los trabajadores en Cuba se encuentra en situación de informalidad, lo que implica que laboran “sin vínculo con la Seguridad Social”.

“El mercado laboral cubano tiene hoy un nivel alto de desprotección social”, alertó Monreal en una serie de publicaciones en X. El economista señaló que “con uno de cada cinco empleados en situación de ocupación informal — sin garantía de pensión — en un contexto de envejecimiento poblacional y con pensiones que ya son notoriamente insuficientes”, el país encara una precarización creciente de las condiciones laborales.

La situación es particularmente grave en el sector no estatal, donde “el 58,5% de los ocupados informales se asocia a las categorías de trabajadores por cuenta propia”, según explicó Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la ONEI. Si se incluyen los contratados por otros actores privados o por hogares, “siete de cada diez trabajadores en este sector se encuentran en situación de informalidad”.

Para Monreal, esta elevada concentración de la informalidad (90,1%) en el ámbito no estatal “evidencia que no solamente esta funciona como un apéndice de baja productividad del sector estatal, sino también como una fuente de exclusión social”.

La Habana encabeza la lista de provincias con mayor porcentaje de ocupación informal, con un 19,6%, seguida de Santiago de Cuba (10,1%), Holguín (8,9%) y Camagüey (8,7%), de acuerdo con los datos oficiales. La actividad agropecuaria y de pesca es particularmente vulnerable: “concentra casi la cuarta parte de la ocupación informal total del país”, lo cual, a juicio de Monreal, “indica lo problemático que resulta promover seguridad alimentaria basada en un alto porcentaje de trabajadores socialmente desprotegidos”.

A pesar del contexto desfavorable, la tasa general de desocupación es baja: 1,7%, de las más reducidas de la región, aunque con “mayores valores en poblaciones jóvenes” y una “ligera preponderancia femenina”, según el informe de la ONEI. Sin embargo, el propio Monreal advierte que el problema no se limita al número de desempleados (69.333 personas), sino a la calidad del empleo disponible.

Las provincias con mayores tasas de desempleo son Guantánamo (3,8%), La Habana (2,7%) y Artemisa (2,2%). Por otro lado, las gestiones para conseguir empleo se concentran principalmente en negocios privados (29,6%), seguidos por las oficinas de trabajo (23,0%), redes familiares y de amistad (20,6%) y empresas u otras entidades estatales (13,7%).

El economista lamenta la falta de respuesta institucional ante este panorama. “Palabrería aparte, el Ministerio de Trabajo y el Instituto Nacional de Actores No Estatales no han dado muestras de tener como una prioridad real garantizar un mercado laboral no estatal con la adecuada protección social”, escribió. A su juicio, estos organismos “contribuyen a crear más exclusión y pobreza”.

La estructura del empleo también refleja un predominio masculino y una alta participación de trabajadores del sector de los servicios, profesionales, científicos e intelectuales. No obstante, “se observa un descenso en el sector estatal y un incremento en el sector no estatal o privado”, según Alfonso Fraga.

“La depauperación del mercado laboral” es, según Pedro Monreal, “el mayor naufragio del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y del Instituto Nacional de Actores Económicos No Estatales”. Más allá de la ineficacia en la gestión de la “vulnerabilidad” o la “atrofia” del sector no estatal, advierte que “la elevada informalidad y la falta de protección social” configuran un sistema laboral que excluye en lugar de integrar.

La encuesta también indica que el 52,1% de la población ocupada se encuentra en proceso de envejecimiento. Al respecto, Joel Granda Dihigo, subdirector del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la ONEI, reiteró que la estructura laboral del país debe adaptarse a “la transición demográfica que vive Cuba”.

Mientras tanto, el número de personas fuera de la fuerza de trabajo sigue siendo elevado: aproximadamente el 50% de la población de 15 años y más, que permanece inactiva por razones como estudios, jubilación, discapacidad u otras condiciones.

Frente a este escenario, Monreal insiste: “La informalidad laboral no es solo un problema económico, sino también social”.

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