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Santo Domingo.- Desde hace semanas, Ana Pérez (nombre ficticio para proteger su identidad) apenas concilia el sueño, pero no se rinde. Con determinación y cariño, arrulla a su bebé de tres meses, quien llora cada dos horas solicitando pecho; aun así, sabe que optar por ese camino es lo mejor para su salud y la de su retoño.
Anualmente, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y sus aliados, junto con otros organismos locales e internacionales, aprovechan la conmemoración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna para recordar que amamantar no es solo una elección personal, sino un derecho de cada niña y niño, y una responsabilidad compartida por familias, comunidades, empleadores y autoridades gubernamentales.
Pérez, sentada en la penumbra de su sala, donde la soledad a veces pesa más que el cansancio, tiene fuerza y valentía, motores que le permiten perseverar.
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“No imaginé que amamantar sería tan difícil”, confiesa con la voz entrecortada.
Su pareja trabaja a tiempo completo, su madre vive lejos de su hogar y en su trabajo nadie le habló de la importancia de un permiso de lactancia o de un espacio adecuado para extraer su leche. Sin embargo, ella sigue adelante, como miles de madres en República Dominicana que, con empeño, enfrentan la lactancia materna como un desafío individual, cuando debería ser un compromiso colectivo.
En este 2025, bajo el lema: “Priorizar la Lactancia Materna: Crear Sistemas de Apoyo Sostenibles”, UNICEF hace un llamado urgente a rodear a madres como Ana de redes de apoyo reales que les permitan sostener la lactancia sin culpa, miedo ni agotamiento extremo.
Madres que, como ella, demuestran cada día una fortaleza inquebrantable, merecen ser respaldadas, no desamparadas.
Del 1 al 7 de agosto se celebra esta simbólica Semana, como una plataforma clave para recordar que la lactancia materna es vital para la supervivencia, el crecimiento y el desarrollo saludable de niñas y niños, instando a gobiernos, donantes y empresas a asegurar que ninguna madre amamante sola.
En la nación dominicana, los retos son evidentes: según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR-MICS 2019), solo el 16% de los bebés menores de seis meses reciben lactancia materna exclusiva; y de acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA 2019), esta cifra desciende aún más a 8%, una de las más bajas de América Latina.
A nivel mundial, el 48% de los bebés menores de seis meses reciben lactancia exclusiva, aún por debajo de la meta del 60% para 2030.
“La lactancia materna salva vidas: Si todos los niños y niñas de 0 a 24 meses fueran amamantados de forma óptima, se podrían salvar casi 600,000 vidas infantiles cada año.
La leche materna contiene anticuerpos esenciales que protegen contra enfermedades, reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil en un 26%, y ofrece protección de por vida contra enfermedades no transmisibles”, expresó Anyoli Sanabria, representante interina de UNICEF en el país.
“La lactancia materna no depende solo de la voluntad de una madre, sino de que la rodeemos de sistemas y políticas que la protejan y la acompañen. Necesitamos familias, comunidades, lugares de trabajo y servicios de salud comprometidos. Cada madre necesita apoyo, no juicios ni barreras”, afirmó Sanabria, como vocera del organismo internacional.
A pesar de los avances globales, la financiación para programas de lactancia materna sigue siendo insuficiente: solo el 4% de los países recibe el mínimo de 5 dólares por nacimiento recomendado para alcanzar los objetivos. Por cada dólar invertido, se generan 35 dólares en beneficios económicos.
* Aumentar la financiación nacional y la cooperación internacional para programas de lactancia materna.
* Proteger la lactancia de la influencia comercial, aplicando el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.
* Fortalecer la atención sanitaria, capacitando al personal de salud en asesoría de lactancia.
* Ampliar el apoyo comunitario, garantizando que cada madre tenga consejería y redes de apoyo cerca de casa.
“Sin apoyo sostenible, millones de bebés seguirán perdiendo la oportunidad de un comienzo de vida más sano”, enfatizó Sanabria.
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