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Jair Bolsonaro, que sigue bajo arresto domiciliario en Brasilia a la espera de que se firme su condena, ha sido ingresado en el hospital en dos oportunidades desde el veredicto del jueves.
Los médicos del exmandatario informaron este miércoles que le diagnosticaron un cáncer cutáneo en fase inicial a partir de lesiones de piel que le fueron extirpadas al presidente de 70 años, tras la sentencia dictada la semana pasada por intento de golpe de Estado.
Bolsonaro, bajo arresto domiciliario en Brasilia hasta que se determine su sentencia, ha sido hospitalizado en dos ocasiones desde el dictamen del jueves. Acudió al Hospital DF Star el domingo para que le retiraran ocho lesiones para su estudio, y volvió el martes por episodios de vómitos y presión arterial baja, antes de ser dado de alta el miércoles.
Los resultados revelaron cáncer de piel en etapa temprana en dos de esas muestras, según indicó el equipo médico en un comunicado el miércoles, añadiendo que el exmandatario requerirá seguimiento clínico y reevaluaciones periódicas.
“Mi padre ya ha librado batallas más duras y las ha superado. Esta no será distinta”, escribió en X su hijo mayor, Flávio.
“Pueden estar seguros de que esto es el fruto de la persecución implacable contra Jair Bolsonaro por atreverse a desafiar frontalmente al sistema y luchar por Brasil”, añadió.
Un colegiado de jueces del Tribunal Supremo halló culpable el jueves al exlíder de intentar un golpe para aferrarse al poder de forma ilegal, pese a su derrota electoral de 2022 frente al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Lo condenaron a 27 años y tres meses de prisión.
La sentencia no implica su ingreso inmediato a prisión. El tribunal dispone de hasta 60 días para publicar el fallo tras la decisión. Una vez publicado, los abogados de Bolsonaro contarán con cinco días para presentar recursos de aclaración.
Bolsonaro ha negado cualquier irregularidad y sostiene ser víctima de una persecución política. El expresidente de EE. UU., Donald Trump, calificó el proceso como una “caza de brujas” y, en julio, impuso aranceles del 50 % a productos brasileños, citando el caso contra Bolsonaro entre otros motivos.
Desde principios de agosto, el exmandatario está bajo arresto domiciliario impuesto por el juez Alexandre de Moraes, encargado del proceso, quien advirtió que Bolsonaro había vulnerado las medidas cautelares establecidas en el marco del juicio.
Bolsonaro ya utilizaba un monitor de tobillo, una medida adoptada después de que la Policía Federal afirmara que él y su hijo, el legislador Eduardo, coincidían con autoridades estadounidenses para conseguir sanciones contra funcionarios brasileños bajo la supuesta persecución.
A finales de agosto, Moraes endureció aún más las restricciones y ordenó inspecciones policiales a todos los vehículos que salieran de la residencia de Bolsonaro, así como vigilancia del perímetro de la casa.
El expresidente ha sido internado en varias ocasiones desde que fue apuñalado durante un acto de campaña antes de las elecciones de 2018. En abril se sometió a una cirugía por una obstrucción intestinal.
Los representantes legales de Bolsonaro probablemente presentarán su delicado estado de salud como argumento para solicitar la continuidad del arresto domiciliario, en lugar de que cumpla la pena en un centro penitenciario.