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MADRID, 29 de septiembre (EUROPA PRESS) – Quien lleva gafas sabe lo frustrante que puede ser mantener los lentes perfectamente limpios. Grasa, polvo o huellas dactilares parecen reaparecer una y otra vez, aun cuando se limpian con frecuencia. Muchos optan por los métodos habituales, como los paños de microfibra o los líquidos especiales que venden en ópticas, pero no siempre obtienen los resultados esperados.
En las redes, una empleada de Óptica Ocelo (@optica.ocelo24) de Argentina compartió un consejo inesperado que se ha viralizado: un truco casero muy sencillo que, según ella, deja las gafas como recién compradas y protege mejor los cristales que los productos convencionales.
LO QUE NO DA TANTOS RESULTADOS
Según la profesional, los paños de microfibra no son la mejor opción para la limpieza cotidiana. “Con el tiempo se saturan de suciedad y terminan dejando más grasa en el cristal”, advirtió en su video. Por eso, sugiere usarlos solo para envolver las lentes y guardarlas en su estuche.
Los líquidos especializados tampoco son la solución definitiva. Aunque pueden servir en un apuro puntual, recomienda emplearlos con cautela y nunca frotar con fuerza, ya que la fricción podría dañar la superficie.
EL TRUCO QUE SÍ FUNCIONA
El procedimiento que propone la óptica es tan simple como eficaz: unas gotas de detergente corriente en la yema de los dedos. “Se genera un poco de espuma, se enjuagan los cristales bajo el grifo, se limpian bien y se secan con un pañuelo de papel desechable”, como el que se usa para sonarse la nariz, explicó.
El resultado, asegura, son gafas impecables, sin restos grasos y listas para volver a usarse. Todo con un producto de uso cotidiano y sin necesidad de invertir en limpiadores específicos.
EL PROBLEMA DE LA GRASA EN LOS BORDES
La experta también señaló un inconveniente poco conocido: la grasa que, con el tiempo, se acumula en la montura y en los bordes de los cristales. Esa película invisible provoca que, incluso después de la limpieza, sigan apareciendo marcas. En esos casos, recomienda acudir a la óptica para una limpieza más profunda.
“Retiramos el cristal, limpiamos bien todo el contorno, también la parte interna, eliminamos la grasa y lo volvemos a montar. Así quedan perfectos otra vez”, indicó la trabajadora de Óptica Ocelo.
Algunas ópticas cobran por este servicio y otras lo incluyen dentro de la atención postventa. En cualquier caso, se trata de un mantenimiento sencillo que puede alargar la vida útil de las gafas y mejorar la visión día a día.
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