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EE. UU. retira la certificación de Colombia como aliado antidrogas, pese a ser el principal productor de cocaína

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Anuló la certificación de aliado en la lucha contra las drogas a Colombia, el mayor productor mundial de cocaína, confirmando el estancamiento diplomático entre ambos gobiernos.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

“Estados Unidos ha retirado nuestra certificación después de decenas de fallecidos, policías, militares y ciudadanos comunes que intentaban impedir que la cocaína les llegue”, declaró el presidente.

El mandatario colombiano, Gustavo Petro, comunicó este lunes que EE. UU. anuló la certificación de aliado en la lucha contra las drogas a Colombia, el mayor productor mundial de cocaína, confirmando el estancamiento diplomático entre ambos gobiernos.

Dicha certificación es una valoración que, desde 1986, realiza anualmente Washington sobre los esfuerzos antinarcóticos de una veintena de países productores y distribuidores a cambio de recursos. En el caso colombiano, equivale a una ayuda aproximada de 380 millones de dólares al año.

“Estados Unidos nos descertifica después de decenas de muertos, de policías, de soldados de gente del común, tratando de impedir que les llegue la cocaína”, reiteró el presidente de tendencia izquierdista en una reunión del consejo de ministros.

Poco después, en Washington, se emitió el comunicado oficial que coloca a Colombia junto a Bolivia, Birmania y Venezuela como naciones que “han fallado de manera demostrable durante los últimos 12 meses tanto en cumplir con sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales de lucha contra el narcotráfico como en adoptar las medidas requeridas”, según la legislación estadounidense.

Para Colombia es la primera vez que Washington retira la certificación antinarcóticos desde 1996, mientras que Bolivia, Birmania y Venezuela llevan años señalados por gobiernos demócratas y republicanos.

“El cultivo de coca y la producción de cocaína han alcanzado niveles récord bajo la presidencia de Gustavo Petro, y sus intentos fallidos de negociar con grupos narcoterroristas sólo han agravado la crisis”, afirmó la determinación presidencial firmada por Trump.

“El incumplimiento de Colombia de sus obligaciones de control de drogas durante el último año recae exclusivamente en su liderazgo político. Consideraré cambiar esta designación si el gobierno colombiano adopta medidas más enérgicas”, añadió el texto.

La revocación de la certificación por parte de Washington afecta la cooperación para que la fuerza pública colombiana combata a cárteles como el Clan del Golfo y a guerrillas dedicadas al tráfico como el ELN, así como a las disidencias de las FARC que se separaron del acuerdo de paz de 2016.

Bogotá sostiene que sigue haciendo lo suficiente. En lo que lleva de 2025, Colombia ha decomisado 700 toneladas de cocaína y ha destruido una cifra récord de 4 570 laboratorios clandestinos, según datos del Ministerio de Defensa.

En aquel año gobernaba Ernesto Samper, quien enfrentó un escándalo por la supuesta financiación de su campaña por parte del Cártel de Cali, nunca comprobada.

Entre 2000 y 2018, Estados Unidos entregó a Colombia más de 10 mil millones de dólares, según el Congreso estadounidense, para fines militares, sociales y de erradicación de narcocultivos. EE. UU. es el principal socio comercial y militar de Colombia.

Desde su llegada al poder en 2022, el presidente Gustavo Petro impulsa un cambio de enfoque en la guerra contra las drogas, considerándola un fracaso y suspendiendo la erradicación forzada de la hoja de coca, principal materia prima de la cocaína.

Año tras año, el país supera sus propios récords de superficie sembrada con esa planta y de producción del polvo blanco.

En su territorio existen unas 253 000 hectáreas de narcocultivos y se elaboran al menos 2 600 toneladas anuales de cocaína, de acuerdo con el último balance de 2023 de la ONU.

Las relaciones diplomáticas entre Trump y Petro son tensas, sobre todo por las críticas del presidente colombiano a la política estadounidense de deportación de migrantes.

El aumento de la capacidad de los cárteles para producir cocaína en Colombia coincide con la peor crisis de seguridad del país desde la desmovilización del grueso de las FARC.

Guerrilleros que también se financian mediante la minería ilegal realizan constantes ataques y atentados con explosivos contra la fuerza pública y la población civil.

El gobierno asegura que se trata de actos desesperados frente a los operativos contra estos cárteles, orientados a decomisar cocaína y arrebatarles por la fuerza los territorios que controlan.

Para el presidente Petro, el despliegue de buques estadounidenses en el Caribe, que ha derivado hasta ahora en la destrucción de dos lanchas supuestamente provenientes de Venezuela con droga a bordo, representa una afrenta.

Catorce presuntos narcotraficantes perdieron la vida en esos ataques.

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