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“Este asalto envía una señal que debe resonar en toda esta sala. No hay refugio para los terroristas, ni en Gaza, ni en Teherán, ni en Doha. No existe impunidad para los terroristas”.
El bombardeo israelí en territorio catarí, destinado a eliminar a dirigentes del grupo islamista Hamás, lleva un mensaje inequívoco: “Quienes intenten aniquilar a Israel no hallarán seguridad en ningún lugar del planeta”.
Lo afirma el capitán Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel para los medios hispanohablantes, desde el kibutz Nir Oz, situado a un kilómetro y medio de la Franja de Gaza, una de las áreas más golpeadas por los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023.
Recorriendo cada vivienda del complejo israelí señalado, y relatando las vivencias de parte de las 417 personas que habitaban allí, Kaplan defiende la inédita medida bélica de Israel en Qatar, denominada “Cumbre de fuego”, el martes pasado.
Ese mismo día estaba programada una reunión entre los negociadores que buscan un alto el fuego en el conflicto, un proceso en el que Doha ha trabajado durante los últimos meses.
“Quienes intentan destruirnos no están a salvo. Sea donde sea. Incluso si se hospedan en los hoteles más lujosos del planeta, en los de Qatar, y poseen miles de millones de dólares, porque son gente con enormes recursos y su pueblo, su gente en Gaza, sufre por culpa suya, por su responsabilidad. No están protegidos, son ellos los que quisieron acabar con Israel y por eso los fuimos a buscar”, declaró Kaplan a periodistas dominicanos.
Un discurso similar pronunció el embajador de Israel, Danny Danon, en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU el jueves.
“Este ataque transmite un mensaje que debe resonar en toda esta sala. No hay refugio para los terroristas, ni en Gaza, ni en Teherán, ni en Doha. No hay inmunidad para los terroristas”, afirmó Danon.
Ese bombardeo del martes marcó un nuevo giro en la escalada de tensiones en la región.
La reacción de la comunidad internacional ha oscilado entre la sorpresa, la incredulidad y la condena.
Canadá, por ejemplo, declaró que está revisando sus relaciones con Israel tras el ataque al territorio catarí. La Unión Europea calificó el bombardeo como una acción intolerable y Qatar sostuvo que Benjamin Netanyahu debe responder ante la justicia.
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos y uno de los principales partidarios de Israel, consideró que la decisión de atacar no fue inteligente.
Ayer, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que condena las acciones de Israel y expresa solidaridad con Qatar por el ataque sufrido.
El argumento principal de Israel para estos ataques es evitar que se repita otro 7 de octubre, la fecha más dolorosa que este pueblo recuerda desde 1982, cuando estalló la guerra con el Líbano.
” luchamos para que no vuelva a ocurrir otro 7 de octubre, y ellos constantemente hablan de provocar otro. Durante años han mencionado la eliminación de Israel”, comentó Kaplan.
Y añadió: “La sangre de nuestros niños y mujeres no se derramó en vano. Continuaremos luchando hasta desmantelar a Hamás tanto militar como gubernamentalmente en Gaza, de manera que no pueda representar una amenaza para nuestra población civil”.
Israel ha estado bajo la lupa de la comunidad internacional desde que inició su respuesta militar a los ataques de octubre hace dos años.
La ONU le ha acusado de provocar hambruna en la población de Gaza al bloquear la entrada de ayuda humanitaria. España, en la misma línea, ha señalado al gobierno liderado por Benjamin Netanyahu por genocidio contra la comunidad gazatí, una fuerte acusación que ha llevado a medidas que impiden el paso de barcos y aviones con armamento hacia su espacio aéreo y territorial para Israel.
Con la mirada crítica de la comunidad internacional sobre sí, Israel insiste en que su lucha no es contra Gaza sino contra la organización Hamás.
“Nuestra guerra no es contra la población civil en Gaza, nuestra guerra es contra Hamás. Y no expulsamos a ninguna entidad internacional de Gaza; al contrario, les pedimos que distribuyan alimentos. La responsabilidad de Israel es permitir la llegada de suficiente comida a la Franja de Gaza y eso es lo que hemos hecho, mucho más de lo que permite el derecho internacional humanitario”, explica Kaplan.
Y ahí radica otro de los choques con la comunidad internacional: la ONU se ha quejado del aumento de muertes por hambre en Gaza, también del empeoramiento de los niveles de desnutrición aguda y la drástica caída del consumo de alimentos en la zona.
En Gaza, la atención ahora se centra en la movilización civil, ante la advertencia del gobierno israelí de que la guerra está entrando en su fase final.
Su plan consiste en una incursión armada en la Ciudad de Gaza para desmantelar, según su discurso, los pocos enclaves de la organización terrorista.
Es un último llamado para que poco más de un millón de personas, según el ejército israelí, se trasladen al sur de la Franja. Hasta el miércoles, y según cifras israelíes, unas cien mil personas ya lo habían hecho.
La fase previa a la incursión armada ha sido la destrucción de 50 edificios altos en la Franja, una medida anunciada por el primer ministro israelí como esencial para garantizar la seguridad de sus tropas durante la operaci´ón.
El premier israelí declaró el jueves que no existe posibilidad alguna de un estado palestino en el territorio de Gaza, al considerar que no generaría seguridad para la existencia de Israel.
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