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En tiempos de crisis global e incertidumbre sobre los conflictos bélicos y la situación internacional en general, es normal que la oposición, que ha sido vencida de manera mayoritaria por el partido gobernante en las últimas dos elecciones, genere críticas para sembrar dudas sobre los avances del país. No obstante, el gobierno dominicano ha demostrado que su actual gestión se fundamenta en los hechos, en la capacidad de acción y en la impronta de nuestro pueblo para sobreponerse a la adversidad.
La historia reciente es un fiel testimonio de resiliencia, trabajo arduo y resultados concretos que desafían la narrativa de los partidos de oposición. Estos últimos intentan generar una percepción de incumplimiento de lo prometido, desplegando una campaña para ganar puntos en el electorado nacional, debido al rechazo masivo por el despilfarro del erario público a través de la corrupción y el robo desmedido de los dineros del pueblo. La devolución de miles de millones de pesos por parte de los acusados es una prueba de ello.
Desde el inicio de la gestión que lidera el presidente Luis Abinader, se asumieron retos para enfrentar los grandes desafíos. La crisis económica producto de la pandemia y los conflictos internacionales, como la guerra entre Ucrania y Rusia, pusieron a prueba nuestra capacidad de respuesta. Pero en lugar de caer en la desesperanza, el gobierno tomó decisiones firmes y transparentes, invirtiendo en infraestructura, salud, educación y programas sociales. La inversión de más de RD$600 mil millones en obras públicas no solo representa cifras irrefutables en construcción y remozamiento de carreteras, hospitales y escuelas, sino que también reflejan un compromiso real con el bienestar de la población, superando las promesas incumplidas.
Es importante destacar que la transparencia ha sido un pilar fundamental en este proceso de desarrollo integral. La ejecución de las obras bajo la Ley de Compras y Contrataciones Públicas asegura que los recursos se utilicen de manera ética y eficiente. Este enfoque no solo garantiza la calidad y legitimidad de los proyectos, sino que también demuestra que el desarrollo del país es alcanzable sin comprometer los valores y principios que sostienen nuestra democracia.
La comunidad internacional reconoce estos esfuerzos. Esta validación es un reflejo de que las políticas implementadas están dando frutos. Organismos como el FMI, el Banco Mundial y la CEPAL, entre otros, nos sitúan como un ejemplo de crecimiento sostenible y de una economía que, pese a los desafíos, sigue mostrando eficacia y potencial para continuar con el desarrollo.
Es menester señalar que el crecimiento económico no solo se mide en infraestructura, sino en las mejoras en la calidad de vida de la gente. La labor del Gabinete de Política Social, por ejemplo, ha sido crucial para brindar soluciones directas a quienes más lo necesitan. Programas como “Oportunidad 14-24”, CediMujer y las Jornadas de Inclusión Social que lleva a cabo esta institución, diseñados para reducir la pobreza y promover la inclusión socioeconómica de jóvenes desvinculados del sistema educativo y/o del mercado laboral, además de brindar atención integral a mujeres, garantizan que los servicios esenciales del Gobierno lleguen a comunidades vulnerables en todo el territorio nacional. Son una muestra de que este es el gobierno más social de la República Dominicana.
Sin embargo, es natural que las críticas de la oposición pongan en duda estos logros. Pero los hechos hablan por sí mismos. La República Dominicana está transitando un camino de transformación que va más allá de los ataques y se manifiesta en la calidad de vida de la gente.
En conclusión, a pesar de las críticas y el ruido político, marcados por la mentira y la tergiversación de la realidad, el desarrollo sostenido del país se traduce en hechos reales. El gobierno del presidente Luis Abinader y del PRM ha realizado una gestión que ha contribuido significativamente al desarrollo socioeconómico y social, a construir un futuro promisorio y a demostrar que, con trabajo arduo, transparencia y deseos de cambio, es posible lograr una mejor República Dominicana.
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