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“Incluso 24 años después, sigue siendo devastador”, declaró Jennifer Nilsen, que llevaba puesta una remera con la foto de su esposo, Troy Nilsen, mientras asistía al acto conmemorativo en la zona cero del bajo Manhattan. “Se percibe igual cada año”.
Casi un cuarto de siglo ha transcurrido desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, pero para muchos, la carga emocional de aquel día permanece tan fuerte como siempre.
El país rindió tributo este jueves al conmemorar 24 años de los mortales ataques con ceremonias solemnes en Nueva York, en el Pentágono y en Shanksville, Pensilvania, marcadas por momentos de silencio, el repique de campanas y la lectura de los nombres de los casi 3 000 fallecidos.
“Incluso 24 años después, sigue siendo devastador”, manifestó Jennifer Nilsen, que llevaba una camiseta con la imagen de su esposo, Troy Nilsen, mientras asistía a la conmemoración en la zona cero del bajo Manhattan. “Se siente igual cada año”.
Michelle Pizzo, con una camiseta que mostraba a su difunto esposo, Jason DeFazio, comentó que esperaba que más personas tomaran al menos un minuto para reflexionar sobre la fecha.
“Los más jóvenes no comprenden la necesidad de recordar”, añadió.
Emma Williamson, de 20 años, oriunda de Massachusetts, se desplazó desde su universidad en la zona alta de la ciudad para estar cerca de la zona cero, donde dos fuentes conmemorativas rodeadas de cascadas y muros con los nombres de los fallecidos marcan los puntos donde antes se alzaban las Torres Gemelas.
“No había nacido cuando ocurrió, pero fue un día realmente significativo en Estados Unidos”, explicó. “Es como la última vez que todos estuvimos unidos, y eso importa”.
Lectura de nombres y momentos de silencio
El aniversario del 11 de septiembre, a menudo promocionado como un día de unidad nacional, llega en un contexto de crecientes tensiones políticas.
El asesinato del activista conservador Charlie Kirk en una universidad de Utah un día antes provocó medidas de seguridad adicionales alrededor del acto en la zona cero, donde el director del FBI, Kash Patel, estuvo entre los dignatarios presentes.
El vicepresidente JD Vance y su esposa, Usha Vance, tenían previsto asistir, pero optaron por visitar a la familia de Kirk el jueves en Salt Lake City, según una fuente informada de los planes de Vance, pero que no podía hablar públicamente al respecto.
Muchas personas en la multitud de la zona cero mostraron fotos de seres queridos perdidos mientras un momento de silencio marcaba la hora exacta en que el primer avión secuestrado impactó las icónicas torres del World Trade Center.
Los familiares luego leyeron en voz alta los nombres de las víctimas, acompañados de breves reminiscencias, buenos deseos e incluso actualizaciones sobre sus vidas a sus seres queridos ausentes.
Zoe Doyle, hija de Frank Joseph Doyle, informó que su familia creó una ONG en su honor que ha construido escuelas en Sudáfrica y brinda alimentación y educación a miles de niños.
Manuel DaMota Jr. recordó a su padre y tocayo, Manuel DaMota, no solo con dolor, sino con gratitud por el ejemplo que dejó.
“En un mundo plagado de división y conflicto, hago lo posible por honrar a mi padre eligiendo la conexión, la empatía y la esperanza”, expresó.
Melissa Pullis, cuyo esposo Edward Pullis falleció en las torres, comentó que este año es más duro que los anteriores porque dos de los tres hijos de la pareja ya van a contraer matrimonio.
“No puedes llevar a tu princesa al altar”, dijo entre lágrimas. “Te extrañamos cada día. Siempre diremos tu nombre y siempre lucharemos por la justicia”.
Ceremonias en Virginia y Pensilvania para las víctimas
En el Pentágono, en Virginia, los 184 miembros del servicio y civiles asesinados cuando los secuestradores dirigieron un avión contra la sede del Ejército fueron honrados en una ceremonia a la que asistieron el presidente Donald Trump y la primera dama Melania Trump.
En sus palabras, el mandatario recordó momentos de aquel día, incluidos fragmentos de conversaciones de pasajeros a bordo de los aviones secuestrados.
“Hoy, como una sola nación, renovamos nuestro sagrado compromiso de nunca olvidar el 11 de septiembre de 2001”, afirmó Trump durante la conmemoración, que se realizó en un patio interior del edificio en lugar de su ubicación tradicional fuera de los muros, cerca del monumento al 11‑S.
“El enemigo siempre fracasará”, añadió. “Desafiamos el miedo, soportamos las llamas”.
El presidente, que asistirá a un partido de los Yankees en el Bronx el jueves por la noche, también anunció que Kirk recibiría póstumamente la Medalla Presidencial de la Libertad, y lo describió como un “gigante de su generación” y un “defensor de la libertad”.
Y en un campo rural cerca de Shanksville, Pensilvania, una ceremonia a la que acudió el secretario de Asuntos de Veteranos, Doug Collins, honró a las víctimas del vuelo 93, el avión secuestrado que se estrelló después de que la tripulación y los pasajeros intentaran tomar el control de la cabina.
En otros lugares, la gente marcó el aniversario con proyectos de servicio y obras benéficas como parte de un día nacional de servicio. Los voluntarios participaron en colectas de alimentos y ropa, limpiezas de parques y vecindarios, bancos de sangre y otros eventos comunitarios.
Persisten las consecuencias de los ataques
En total, los atentados de la red terrorista Al Qaeda cobraron 2 977 vidas, entre ellos numerosos trabajadores del World Trade Center y bomberos y policías que acudieron a los edificios en llamas para salvar a otros.
Los ataques tuvieron repercusiones a nivel mundial y alteraron el rumbo de la política estadounidense, tanto en el plano interno como externo. Dieron origen a la “Guerra contra el Terrorismo” y a las invasiones lideradas por EE. UU. en Afganistán e Irak, conflictos asociados que causaron la muerte de cientos de miles de militares y civiles.
Desde los atentados, el gobierno ha gastado miles de millones de dólares en atención médica y compensaciones a decenas de miles de personas expuestas al polvo tóxico que se dispersó sobre Manhattan cuando las torres colapsaron.
Aunque los secuestradores murieron en los ataques, el Estado de EE. UU. sigue luchando por concluir su prolongado caso judicial contra el hombre acusado de planear el complot, Khalid Sheikh Mohammed. El exlíder de Al Qaeda fue capturado en 2003, pero aún no ha sido juzgado.
La administración Trump también ha reconocido que está evaluando opciones para tomar control de la plaza conmemorativa de la zona cero y su museo subterráneo, que actualmente son administrados por una entidad benéfica pública.
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