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Cámaras motorizadas en smartphones: de ejemplo de innovación a

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Este salto tecnológico y estético obligó a reconsiderar la ubicación de la cámara frontal, con propuestas que pretendían conservar la amplitud de la pantalla sin sacrificarla.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

MADRID, 1 de octubre (Portaltic/EP) – Antes de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, los fabricantes de teléfonos inteligentes comenzaron a ampliar sus pantallas y a eliminar los marcos oscuros para aprovechar al máximo el espacio disponible. Este salto tecnológico y estético obligó a reconsiderar la ubicación de la cámara frontal, con propuestas que pretendían conservar la amplitud de la pantalla sin sacrificarla.

En 2018 y 2019 aparecieron las cámaras motorizadas, con versiones retráctiles, giratorias e inclusive desmontables, pensadas como solución tanto para la cámara frontal como, en algunos casos, para la principal situada en la parte trasera.

Un ejemplo temprano fue el Vivo NEX (2018), que incorporó un pequeño módulo retráctil para la cámara frontal que solo emergía en la zona superior del dispositivo cuando el usuario la necesitaba.

Ese concepto se reutilizó en otros modelos con ligeras variantes: el OPPO Reno (2019) mostró una cámara frontal que se deslizaba hacia arriba como una aleta; el OPPO Find X (2018) llegó con un módulo extraíble que surgía de la parte superior para revelar tanto la cámara trasera como la frontal.

Samsung probó la versión giratoria en el Galaxy A80 (2018), donde un módulo se elevaba y giraba sobre sí mismo para funcionar como cámara selfie. Motorola también se sumó a la corriente con un sistema periscópico para la cámara frontal del Motorola One Hyper (2019).

Asus, por su parte, ofreció en el Zenfone 6 (2019), Zenfone 7 (2020) y Zenfone 8 Flip (2021) un bloque abatible motorizado que permanecía como cámara trasera hasta que se deseaba utilizar como selfie, momento en el que se levantaba para convertirse en la lente principal.

Vivo, más arriesgado, presentó en 2020 una solución híbrida que combinaba un módulo retráctil con la posibilidad de desmontarlo para emplearlo de forma independiente e incluso controlarlo mediante comandos de voz.

Con la llegada de las cámaras bajo la pantalla, esas soluciones motorizadas empezaron a quedar en segundo plano. Los diseños actuales aprovechan al máximo la superficie visible, dejando únicamente un diminuto hueco para la lente.

Según Antonio Torregrosa, responsable de Technical PR & Phone en Asus, quienes optaron por cámaras motorizadas ofrecían a los usuarios “la capacidad de capturar selfies con la misma calidad y prestaciones que la cámara trasera”, pues “permitían acceder a ópticas avanzadas como gran angular o zoom, características normalmente reservadas a la parte posterior del móvil”.

Asus fue una de las marcas más comprometidas con esta tecnología, al igual que OPPO, que prefirió no participar en esta entrevista, al igual que Samsung. Torregrosa explica que la compañía taiwanesa se animó a incluir estos mecanismos en sus Zenfone porque “brindaban una experiencia visual de pantalla completa” y aportaban gran versatilidad fotográfica.

En su percepción, la acogida fue “muy positiva”. “Muchos usuarios vieron la cámara giratoria como un acierto en términos de innovación y diseño distintivo, sobre todo entre los entusiastas de la fotografía móvil y los usuarios activos en redes sociales”, añadió.

No obstante, la solución parecía no estar pensada para persistir, principalmente por el coste de producción y las limitaciones de diseño. Las cámaras motorizadas también afectaban la robustez del dispositivo, pues “aunque el mecanismo es resistente, cualquier pieza mecánica sometida a movimientos continuos sufre un mayor desgaste que un sistema estático”, puntualiza.

Además, no ofrecían la inmediatez que brinda una cámara fija: poner en marcha el módulo requería más tiempo que simplemente abrir la aplicación de cámara. Al final, el propio mercado decidió prescindir de ellas: “las tendencias del mercado evolucionaron hacia soluciones menos complejas, lo que dejó a esta propuesta de cámara fuera de juego en favor de otras prioridades de diseño e innovación”, concluye Torregrosa.

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