Entretenimiento Primera Plana

Cristóbal Colón: ¿un navegante visionario o un tergiversador de la verdad?

8905217564.png
Cuando el 3 de agosto de 1492 Cristóbal Colón zarpó desde la villa de Palos, en Huelva, y se internó en el Atlántico, tenía muy claro su objetivo: alcanzar un continente desconocido.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Los monarcas católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón.

Cuando el 3 de agosto de 1492 Cristóbal Colón zarpó desde la villa de Palos, en Huelva, y se internó en el Atlántico, tenía muy claro su objetivo: alcanzar un continente desconocido. El navegante contaba con información privilegiada sobre la existencia de ese territorio, pues había tenido acceso a mapas y cartas náuticas conservados en los archivos de su suegro, Bartolomeu Perestrello, un noble portugués y experimentado marino. Perestrello conocía bien la navegación atlántica, la colonización de islas y las rutas hacia África.

Con esos datos reunidos y sus contactos dentro del círculo de exploradores portugueses, Colón estaba convencido de que, al dirigir sus barcos hacia el oeste, desembarcaría en islas ricas en oro y plata, habitadas por pueblos que podrían servir como esclavos. No buscaba especias ni una ruta marítima más corta para llegar a Oriente, Asia, que era la propuesta que había presentado a los Reyes Católicos, un matrimonio que, al unirse en 1469, consolidó dinásticamente sus reinos y marcó el comienzo de la formación de España.

Las especias, que llegaban a la península a través de complejas vías terrestres y marítimas cruzando Oriente Medio, se habían vuelto más difíciles de obtener tras la toma otomana de Constantinopla, lo que obligó a los reinos ibéricos a buscar nuevas rutas hacia Asia. En el siglo XV, Castilla (aún compuesta por Castilla y Aragón) y Portugal competían por el control de los caminos marítimos, la expansión territorial y la obtención de nuevas fuentes de riqueza, sobre todo en el Atlántico y África, lo que generó una rivalidad directa por la colonización y la supremacía económica en Europa.

El objetivo portugués consistía en desviar el comercio de especias al Atlántico, rodeando la costa africana, mientras que Castilla encargó a Colón la búsqueda de rutas alternativas hacia Asia. Ambas potencias pretendían obtener una ventaja comercial y monopolizar los caminos hacia el lejano Oriente. Portugal ya había cartografiado gran parte de la costa africana, mientras que España, impulsada por el patrocinio del viaje columbino, aspiraba a consolidarse en otras áreas.

Esta competencia también giraba en torno al dominio de nuevas tierras y la adquisición de poder político y económico en Europa. Los portugueses ya poseían una experiencia notable en la exploración del Atlántico, habiendo colonizado Madeira y las Azores, y avanzado hasta el Cabo de Buena Esperanza.

Colón, un negociador hábil, exageró y ocultó información para convencer a los Reyes Católicos de aprobar su proyecto. Con gran osadía, presentó un itinerario más corto y factible de lo que realmente era, usando cifras equivocadas pero persuasivas para ganar su apoyo. En sus memoriales dirigidos a los monarcas, y en las Capitulaciones de Santa Fe, firmadas en 1492, ofreció a los soberanos acceso directo a las Indias y a sus riquezas –especias, oro y esclavos.

Según numerosos historiadores, Colón era consciente de que mentía, pero lo hizo estratégicamente para que aceptaran su empresa. Varios estudios modernos sostienen que el navegante falseó o manipuló sus cálculos deliberadamente para convencer a los Reyes Católicos. Entre ellos se encuentra el historiador naval estadounidense Samuel Eliot Morison, autor del libro *The Admiral of the Ocean Sea* (1942), quien señala que Colón redujo a propósito la medida de la circunferencia terrestre y la distancia a Asia para hacer viable su propuesta. También la historiadora española especializada en Colón afirma que el explorador ocultó y ajustó los datos para hacer atractiva su idea.

Por su parte, el catedrático e historiador español Juan Manzano y Manzano, autor de *Colón y su secreto* (1976), escribió que Colón sabía perfectamente que no llegaría a Asia y encubría un misterio sobre la existencia de tierras intermedias, inspirado en rumores o mapas. En términos históricos, se puede afirmar que Colón no fue totalmente honesto con los Reyes Católicos, pues les maquilló la información para que aprobasen su empresa; y algunos enfoques más radicales sostienen que operaba como agente del rey de Portugal, Juan II, con la misión de desviar la atención de los monarcas y propiciar una ruta más cercana hacia Asia.

TRA Digital

GRATIS
VER