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Estados Unidos, octubre de 2025 – El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) notificó este martes la supresión de las prórrogas automáticas de los permisos de trabajo (EAD), una resolución que podría dejar a miles de extranjeros sin posibilidad de trabajar temporalmente en el país. A partir del día 30 de octubre, aquellos que tramiten la renovación de su documento no podrán seguir empleados legalmente una vez que su permiso actual se venza, a menos que USCIS haya dado el visto bueno a la nueva autorización.
Hasta ahora, los que aplicaban para renovar su EAD obtenían una extensión automática de hasta 180 días, luego extendida a 540, gracias a una regulación final aprobada en diciembre de 2024 por el ejecutivo Biden. Dicha disposición buscaba paliar las demoras en los tiempos de gestión de USCIS, que en ocasiones pasaban de seis meses. Con la nueva modificación, esa flexibilidad desaparece por completo.
El DHS justifica la decisión alegando la necesidad de reforzar los sistemas de cotejo y prevenir el fraude. “El gobierno procura examinar con mayor minuciosidad los antecedentes antes de conceder permisos laborales”, explicó el jurista de inmigración Héctor Quiroga, de Quiroga Law Office, PLLC., quien añadió que la directriz “concuerda con una tendencia hacia fiscalizaciones más rigurosas en todos los ámbitos del sistema migratorio”.
No obstante, la repercusión en la vida cotidiana de los inmigrantes será inmediata. Quienes tengan su permiso caducado antes de recibir la aprobación de su prórroga deberán interrumpir su ocupación, aun cuando hayan enviado el trámite dentro de los lapsos sugeridos. Esto implica merma de ingresos, pérdida de beneficios laborales y, en ciertos casos, riesgo para su estatus migratorio.
Según cálculos, más de medio millón de obreros podrían experimentar suspensiones momentáneas, sobre todo en sectores como servicios, agropecuario, sanidad y construcción, donde una parte considerable de la mano de obra depende de autorizaciones temporales.
“La medida traslada la responsabilidad de las dilaciones burocráticas del Estado directamente al migrante”, manifestó el abogado Quiroga. “Si USCIS no gestiona a tiempo, el asalariado pierde su medio de vida, aunque haya cumplido con todos sus deberes. Es una modificación que genera inestabilidad en grupos familiares ya presionados económicamente”.
Una sugerencia de difícil aplicación y un golpe a la estabilidad laboral
Pese a que el DHS recomienda a los solicitantes ingresar sus renovaciones hasta con 180 días de antelación, desde ya se señala que esa recomendación es poco factible. Muchos trabajadores temporales carecen de la previsibilidad necesaria para anticipar sus vencimientos con medio año de margen, o están a merced de esquemas en constante revisión, como DACA o el Estatus de Protección Temporal (TPS).
La anulación de las prórrogas automáticas también finaliza una disposición respaldada por el ámbito privado, el cual veía en las renovaciones automáticas un instrumento para mantener la continuidad operativa y evitar movimientos innecesarios de personal.
El DHS ha asegurado que las extensiones ya otorgadas antes del día 30 de octubre mantendrán su validez hasta su fecha final. Sin embargo, a partir de ese momento, cada renovación requerirá una confirmación formal previa para permitir la continuación del empleo.
“Esta alteración significa un retroceso en cuanto a certeza y eficacia administrativa. No se trata de un debate ideológico, sino de una disposición que puede acarrear consecuencias humanas y financieras muy tangibles”, advirtió el jurista Quiroga.














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