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WASHINGTON (AP) — El Senado aprobó el jueves una disposición que revertiría gran parte de los gravámenes impuestos por el presidente Donald Trump a diversas naciones, siendo esto el último indicio de la disconformidad en Washington con las estrategias mercantiles del mandatario, justo cuando el republicano proclamaba el éxito de sus diálogos con China.
Tras una entrevista con su par chino, Xi Jinping, en Corea del Sur, Trump indicó que rebajaría los derechos de importación sobre el gigante asiático y que este, a cambio, adquiriría anualmente 25 millones de toneladas de soja norteamericana durante los próximos tres ejercicios. El presidente estadounidense sostuvo que sus conversaciones comerciales asegurarían “riqueza y seguridad para millones de compatriotas”.
Pero en Washington, los legisladores del Senado —incluyendo a congresistas del Partido Republicano— han manifestado su rechazo a los métodos arancelarios de Trump, al ratificar esta semana varias mociones que anulan las declaraciones de emergencia nacional emitidas por el ejecutivo para justificar esas tarifas a la importación.
En esta misma semana, el Senado impulsó resoluciones para finalizar los gravámenes puestos sobre Brasil y Canadá. Si bien sus gestiones legislativas están destinadas al fracaso, pusieron en evidencia las fisuras internas del Partido Republicano.
La resolución más reciente, que esencialmente pondría fin a la mayoría de las directrices arancelarias de Trump, fue aprobada con 51 sufragios a favor y 47 en contra; en la votación, cuatro miembros del Partido Republicano se unieron a todos los demócratas.
El senador republicano Rand Paul, quien respaldó a los demócratas en estas resoluciones, reconoció a Trump por la reducción de tarifas a China, pero comentó que el resultado “aún es considerablemente superior a lo que habíamos tenido”.
“Esto seguirá provocando un alza en los costos”, aseveró.
Las votaciones fueron impulsadas por los demócratas recurriendo a una ley establecida hace décadas que permite al Congreso derogar una emergencia presidencial. No obstante, los republicanos en la Cámara de Representantes han implementado un nuevo protocolo que permite a la dirección legislativa impedir que tales disposiciones sean sometidas a escrutinio. Asimismo, es casi seguro que Trump vetaría cualquier intento que limite su potestad sobre la política comercial, lo que implica que la medida no entrará en vigor.
Los demócratas pueden forzar una votación, pero no un resultado
Pese a esto, los demócratas han logrado obligar al Senado a abordar un asunto incómodo para sus colegas republicanos.
“Las familias estadounidenses están sufriendo por la continua escalada de precios”, argumentó el senador demócrata Ron Wyden desde el pleno. Agregó que “en muchos aspectos, las jurisdicciones republicanas en áreas rurales son las más impactadas”, aludiendo a la presión económica sobre agricultores y productores.
El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, manifestó que los ciudadanos no deben dejarse engañar por el anuncio de Trump.
“Donald Trump ha cedido, dejando a las familias de EE. UU., a los granjeros y a las pequeñas empresas para que hagan frente a los estragos de sus errores, de sus volátiles y erráticas políticas de aranceles”, sentenció el demócrata.
La visión republicana sobre la estrategia comercial de Trump
En general, ha habido escasa disposición entre los republicanos para oponerse abiertamente a los aranceles de Trump. Una moción notablemente parecida fue rechazada en abril por empate ante la ausencia del republicano Mitch McConnell. El jueves, McConnell y Paul, además de las senadoras Lisa Murkowski y Susan Collins, votaron con los demócratas para sacar adelante la disposición.
Los cuatro congresistas republicanos contribuyeron al avance de resoluciones similares esta semana para terminar con los aranceles sobre Brasil y Canadá. El senador republicano Thom Tillis también apoyó la resolución aplicable a Brasil, pero aparte de esto, los senadores del Partido Republicano han mantenido su respaldo a las directrices comerciales del presidente.
“Coincido con mis pares en que los gravámenes deberían ser más focalizados para evitar perjudicar a los ciudadanos”, expuso el senador Mike Crapo, titular de la Comisión de Finanzas del Senado, en un discurso ante el pleno. Sin embargo, añadió que las negociaciones de Trump “están dando frutos” y aplaudió el anuncio de que Beijing permitiría la exportación de elementos de tierras raras y reanudaría las compras de soja de Estados Unidos.
Los legisladores republicanos que representan estados agrarios se mostraron especialmente complacidos por el anuncio de que China compraría 25 millones de toneladas de soja anualmente, empezando con 10 millones de toneladas para el resto de este año.
El senador republicano Roger Marshall sostuvo que el acuerdo con China “sin duda” justifica el uso de amenazas arancelarias por parte de Trump para negociar políticas comerciales con otros países. Describió el anuncio como “una gran noticia” para los productores de Kansas, si bien admitió que probablemente seguirán requiriendo asistencia financiera mientras manejan la tensión de perder a su principal adquirente de soja y sorgo.
“No es como si se pudiera chasquear los dedos y mover 15.000 millones de dólares en sorgo y soja de la noche a la mañana”, comentó.
China había sido el mayor comprador de soja estadounidense hasta este año. Adquirió casi 27 millones de toneladas en 2024, por lo que el pacto negociado por Trump solo asegura que las exportaciones de soja a China regresen a un nivel inferior al previo.
El senador republicano Kevin Cramer calificó el convenio de adquisición como un “inicio”.
Al ser consultado si compartía la valoración de Trump de que su encuentro con Xi había sido un triunfo rotundo, Cramer sonrió y comentó que el presidente “es optimista”.
Esta crónica fue adaptada del idioma inglés por un editor de AP con el apoyo de un sistema de inteligencia artificial generativa.















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