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Estados Unidos analiza la posibilidad de nuevas sanciones a Rusia en caso de que Putin no acceda a poner fin al conflicto bélico en Ucrania

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Estas posibles medidas coercitivas que sopesa la Casa Blanca se integrarían en una nueva oleada de presión económica contra la Federación Rusa.

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Washington — La Administración del presidente Donald Trump está considerando imponer nuevas penalizaciones a Rusia si el presidente Vladimir Putin no acelera las conversaciones encaminadas a poner término al conflicto en Ucrania, el cual ya se extiende por más de tres años. De acuerdo con fuentes oficiales estadounidenses citadas por la agencia Reuters, la Casa Blanca dispone de un plan de acción que podría focalizarse en áreas clave de la economía rusa, en caso de que Moscú persista en su actual punto de vista.

Estas posibles medidas coercitivas que sopesa la Casa Blanca se integrarían en una nueva oleada de presión económica contra la Federación Rusa. Si bien todavía no se ha tomado una determinación definitiva, los informantes indican que ya existen mecanismos listos para su activación, especialmente en los ámbitos energético y financiero.

Las penalizaciones más recientes, dispuestas por Trump el miércoles previo, impactaron de forma directa a las corporaciones petroleras Lukoil y Rosneft, dos de los pilares más significativos del entramado energético ruso. Dichas acciones representan el primer conjunto de sanciones de su segundo mandato, iniciado en enero de 2025, y reflejan una postura más firme hacia el Kremlin.

Un asunto de gran relevancia en los diálogos recientes entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) es la utilización de los activos rusos inmovilizados como vía para costear la defensa ucraniana. Funcionarios norteamericanos han manifestado a sus contrapartes europeas su apoyo a que la UE destine esos capitales a la adquisición de armamento estadounidense con destino a Kiev.

De manera paralela, en Washington se llevan a cabo deliberaciones internas sobre la viabilidad de usar fondos rusos retenidos en territorio estadounidense con el mismo fin. Aunque aún no se ha definido si estas gestiones se aplicarán a corto plazo, su estudio demuestra que el Gobierno de Trump mantiene abiertas variadas alternativas de coerción contra Rusia.

El presidente Trump ha manifestado repetidamente su propósito de actuar como mediador global y conseguir un cese de las hostilidades entre Rusia y Ucrania. No obstante, ha reconocido que dar fin al enfrentamiento ha resultado más complejo de lo anticipado, dada la falta de progresos en las negociaciones y las posiciones contrapuestas de ambas partes.

Los socios europeos observan con cautela las acciones de Washington, tras las oscilaciones del líder estadounidense entre intentos conciliatorios y mensajes severos dirigidos a Moscú. A pesar de esto, es previsible que la presión internacional siga creciendo si Putin no exhibe señales inequívocas de encaminarse hacia la paz.

Un alto cargo estadounidense comunicó que Washington aguarda que la próxima acción de peso emane de los aliados europeos, bien sea a través de nuevas penalizaciones o de incrementos arancelarios enfocados a sectores estratégicos rusos. Esta coordinación transatlántica busca preservar la unidad frente al Kremlin y robustecer el apoyo a Ucrania en su defensa territorial.

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