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Santa Pau (Girona) (EFE). – ¿Cuál es la clave de la longevidad? Un estudio científico realizado por María Branyas, la superabuela catalana que falleció en 2024 a los 117 años, analizó su biología y destacó su microbiota, lo que llevó a rememorar su consumo cotidiano de yogures y la marca que ella prefirió: La Fageda.
De ahí nació la fiebre global por adquirir el producto, que hasta hace poco solo se vendía durante décadas en Cataluña y, a partir de 2023, también en Baleares, Valencia y Madrid.
Esther Carreras, responsable de Comunicación de la cooperativa que elabora estos yogures, explicó a EFE que en las dos primeras semanas tras la publicación del estudio, liderado por el Instituto de Investigación Josep Carreras, recibieron la misma cantidad de solicitudes que normalmente se acumulan en todo un año.
El informe, el más exhaustivo elaborado hasta la fecha sobre una persona supercentenaria, señala varios factores, entre ellos “un microbioma predominado por bifidobacterias beneficiosas”.
Carreras subraya que en la investigación también participaron “entidades científicas del Reino Unido y de Estados Unidos” y que la mayor parte de los pedidos provienen de esos países, tras conocer que María Branyas había compartido en 2022, a través del perfil familiar en redes sociales, su consumo diario de los yogures de La Fageda.
“Desde entonces, su nombre y nuestra marca han estado estrechamente vinculados”, recuerda la responsable de Comunicación, aunque aclara que la cooperativa no tiene intención de ampliar ni sus mercados ni su capacidad de producción.
La razón que la lleva a agradecer todo el interés mediático generado es la visibilidad de la labor de una entidad que no es una empresa, sino una fundación sin ánimo de lucro que emplea a personas con discapacidad y en situación de vulnerabilidad, integrándolas al mundo laboral.
Actualmente, alrededor de 650 personas forman parte del equipo de La Fageda, la mayoría con ese perfil, una apuesta que se ha mantenido desde el inicio del proyecto en 1982 bajo la dirección del psicólogo Cristóbal Colón.
La experiencia de Colón en los hospitales psiquiátricos de los años setenta, “entonces llamados manicomios, donde se sobrevivía más que se vivía”, según puntualiza Carreras, le llevó a concebir esta utopía.
“Se fijó el objetivo de mejorar la vida de esas personas, viendo el trabajo como una herramienta con un papel transformador”, añaden, relatando cómo todo comenzó con quince personas en Olot (Girona) para dar el salto en 1987 a la actual masía Els Casals, situada en pleno Parque Natural de la zona volcánica de la Garrotxa.
Al respecto, recalca que Cristóbal Colón siempre tuvo presente que la ubicación de la cooperativa debía estar “en plena naturaleza, considerada uno de sus pilares ideológicos por su enorme aporte al bienestar de la gente”.
Esther Carreras, agradecida por la difusión que el estudio ha dado a María Branyas, insiste en que “La Fageda es un proyecto de economía social que dedica su misión a colectivos vulnerables de la comarca gerundense de la Garrotxa, con el objetivo claro de mejorar sus vidas ofreciendo empleo, formación y servicios asistenciales de calidad”.
“Nuestra intención no es crecer en el mercado; no utilizaremos esto para expandirnos, porque nuestro objetivo es mejorar la vida de estas personas por encima del beneficio económico; toda la actividad productiva sirve para generar puestos de trabajo y la estructura empresarial nunca es un fin, sino un medio”, afirma.
En resumen, La Fageda es “una fundación sin ánimo de lucro, sin propietarios ni accionistas; todos los excedentes que se generan se reinvierten al final del año en el proyecto”. EFE.
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