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Lula ambiciona retornar a la presidencia y así lo ha manifestado este pasado jueves en Indonesia, durante su *tour* por el sudeste asiático.
“Todo el mundo lo sabía ya”, comenta Thomás Zicman, politólogo brasileño del Centro de Investigaciones Políticas de Sciences Po París. “Si las cosas se mantienen en la senda actual, Lula sería el favorito para 2026”.
El mandatario brasileño encabeza las encuestas para las presidenciales de octubre de 2026, a raíz del *choque* con Donald Trump, quien le imputó una “caza de brujas” por el proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro. De forma parecida a lo acontecido con la gobernante mexicana Claudia Sheinbaum, la postura soberanista frente a Trump está *rindiendo frutos* a Lula.
“Las acometidas verbales de Trump benefician a aquellos que él ataca. Y la oposición, que en ocasiones se alinea con Estados Unidos, pierde, dado que estas declaraciones se perciben como atentados a la soberanía nacional”, señala este experto.
La derecha está barajando diversos nombres para proponer un aspirante de cara al *próximo año*, pero de momento parece no hallar a uno tan potente como lo fue en su momento el ultraconservador Bolsonaro.
Entre los posibles postulantes figuran, entre otros, “el gobernador de San Pablo, Tarcísio de Freitas, y el gobernador de Minas Gerais (Romeu Zema), otra extensa región. También están los hijos de Bolsonaro, con posturas más extremas, y la esposa de Bolsonaro. Todos están inmersos en una disputa interna y esto, a fin de cuentas, beneficia a Lula”, recalca Zicman.
Ni siquiera la reciente controversia referente a la exploración de la estatal petrolera Petrobras en la Amazonía parece afectar sustancialmente la imagen de Lula, a un mes de la conferencia climática COP 30, que se celebrará precisamente en territorio brasileño.
“La ecología no es un asunto primordial en los comicios. Es algo *llamativo* y lamentable. Para un gran número de personas en Brasil, lo que más pesa son los temas de índole económica. Hay quienes también piensan en otras cuestiones vinculadas a la democracia, debido a que la extrema derecha amenaza las instituciones. Sin embargo, escasa gente en Brasil votará pensando en el medio ambiente. A pesar de los desastres naturales que padecemos en Brasil, esto aún no es un tema electoral”, concluye.
Entre tanto, el presidente brasileño continúa *afianzando* sus vínculos comerciales con varias naciones asiáticas tras la guerra arancelaria iniciada por Trump. Este año ha visitado Japón, Vietnam, China y ahora Indonesia, *recién incorporado* al grupo económico de los BRICS, con el cual además está gestionando un acuerdo de libre comercio junto al Mercosur.














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