Economicas

Sustracción de alhajas del Louvre: dos detenidos y varios cómplices continúan fugados

8931524378.png
Fue detenido en el aeropuerto Charles de Gaulle cuando iba a viajar a Argelia sin tiquete de vuelta.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

PARÍS (AP) — Dos sospechosos del hurto de joyas del Louvre han admitido su implicación y se presume que son los individuos que irrumpieron en el museo más concurrido del orbe, informó el miércoles un fiscal parisino.

Laure Beccuau comunicó en una rueda de prensa que los dos imputados enfrentan cargos preliminares por robo perpetrado por una banda organizada y asociación delictiva, previéndose que sigan en detención provisional. Reconocieron parcialmente su participación en el saqueo, agregó.

Al menos otros dos colaboradores siguen huyendo.

Beccuau eludió dar pormenores sobre las declaraciones de los implicados a los investigadores puesto que, según indicó, los demás implicados podrían enterarse.

El 19 de octubre, unos maleantes lograron sustraer las alhajas valoradas en 88 millones de euros (102 millones de dólares) en menos de ocho minutos, causando conmoción global. Los asaltantes forzaron un vano, abrieron las vitrinas con herramientas eléctricas y escaparon con ocho ornamentos de las insignias reales francesas.

Más información: Francia cuestiona la vigilancia del Louvre tras el robo de joyas históricas

Los dos sujetos aprehendidos el sábado por la noche “son sospechosos de ser quienes penetraron la Galería Apolo para sustraer las joyas”, señaló Beccuau.

Uno de los arrestados es un argelino de 34 años radicado en Francia desde 2010, según Beccuau. Fue detenido en el aeropuerto Charles de Gaulle cuando iba a viajar a Argelia sin tiquete de vuelta. Residía en Aubervilliers, una localidad al norte de París, y era conocido por las autoridades principalmente por infracciones viales. Su ADN fue hallado en una de las motocicletas usadas por los atacantes para huir del sitio del suceso, añadió.

El otro sospechoso, de 39 años, fue capturado en su residencia en Aubervilliers. “No hay indicios de que estuviera planeando dejar el país”, manifestó Beccuau. El hombre tenía antecedentes policiales por diversos robos, y su ADN fue encontrado en una de las vitrinas donde se exhibían las piezas y en objetos que los ladrones dejaron atrás, indicó.

Los fiscales contaban con tiempo hasta la noche del miércoles para presentar cargos formales contra los sospechosos, ponerlos en libertad o solicitar una ampliación al juez.

Los monitores de circuito cerrado revelaron que había al menos cuatro delincuentes involucrados, dijo Beccuau.

Los cuatro presuntos ladrones llegaron en un camión con plataforma elevadora que dos de ellos utilizaron para subir hasta la ventana del museo. Los cuatro se marcharon en dos ciclomotores por la orilla del Sena hacia el poniente de París, donde tenían otros vehículos aparcados, pormenorizó.

Beccuau aseveró que nada sugiere que los ladrones contaran con ayuda del personal del museo.

Las joyas no han sido recuperadas, informó Beccuau.

“Estas joyas son ahora, evidentemente, imposibles de vender… Quien las adquiera será culpable de receptación”, advirtió. “Aún hay tiempo para entregarlas”.

La mañana del miércoles, la policía francesa admitió importantes deficiencias en las protecciones del Louvre, transformando el llamativo hurto a plena luz del día en un debate nacional sobre cómo protege Francia sus tesoros.

El prefecto de policía de París, Patrice Faure, compareció ante los senadores indicando que los sistemas anticuados y las lentas reparaciones generaban puntos débiles en el recinto.

“No se ha implementado ninguna mejora tecnológica”, afirmó, resaltando que secciones del circuito de video continúan siendo analógicas, produciendo imágenes de menor calidad que son lentas de compartir en tiempo real.

Una modernización largamente pospuesta —un proyecto de 93 millones de dólares que requiere cerca de 60 kilómetros (37 millas) de cableado nuevo— “no estará lista antes de 2029-2030”, comentó.

Faure también reveló que el permiso del Louvre para operar sus cámaras de seguridad caducó sutilmente en julio y no fue renovado; un descuido administrativo que algunos ven como signo de una desidia más amplia.

El jefe de policía señaló que los agentes “arribaron con extrema rapidez” tras el robo, pero admitió que el retraso en la respuesta ocurrió antes en la cadena comunicativa: desde la primera detección, pasando por la seguridad del museo, hasta la línea de emergencia y el mando policial.

Faure y su equipo manifestaron que el primer aviso a la policía no provino de las alarmas del Louvre, sino de un ciclista que se encontraba fuera y que contactó la línea de emergencia al observar hombres con casco y una cesta elevadora.

El robo también expuso una laguna en el seguro: según las autoridades, las joyas carecían de cobertura privada.

El Estado francés se autosegura sus museos nacionales, dado que las primas para asegurar patrimonio invaluable son astronómicamente altas; esto significa que el Louvre no recibirá ninguna compensación por la pérdida. El impacto financiero, al igual que el cultural, es completo.

Faure instó a los legisladores a autorizar herramientas actualmente vedadas: la detección de patrones anómalos basada en IA y el rastreo de objetos (no el reconocimiento facial) para identificar movimientos sospechosos y seguir patinetes o equipos a través de las cámaras urbanas instantáneamente.

El ex delincuente de bancos David Desclos comentó a la AP que el robo fue ejecutado a la perfección y que las debilidades en la disposición de la galería eran rotundamente evidentes.

La ministra de Cultura, Rachida Dati, bajo presión, desestimó la renuncia del director del Louvre e insistió en que las alarmas sí funcionaron, si bien admitió que “existían fallos de seguridad”.

El museo ya enfrentaba tensiones. En junio, el Louvre cerró a causa de una protesta sorpresiva del personal —incluidos los vigilantes— debido al exceso incontrolable de visitantes, la escasez crónica de personal y las condiciones laborales insostenibles. Los sindicatos sostienen que el turismo masivo y las obras de construcción generan puntos ciegos, una vulnerabilidad que se hizo manifiesta con el hurto de una plataforma elevadora hasta la fachada que da al Sena.

Faure afirmó que la policía ahora supervisará los plazos de los permisos de vigilancia en todas las instituciones para evitar que se repita el desliz de julio. Sin embargo, enfatizó que la solución integral es compleja y lenta: implica desmantelar y reinstalar los sistemas principales mientras el palacio sigue abierto, y modernizar la legislación para que la policía pueda actuar ante movimientos sospechosos en tiempo real.

Expertos temen que las piezas sustraídas ya hayan sido desarmadas y sus piedras talladas de nuevo para anular su procedencia.

TRA Digital

GRATIS
VER