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En su canal de Telegram, el canciller Yván Gil comunicó que el delegado suplente de Venezuela ante la ONU, Joaquín Pérez, entregó al embajador ruso ante dicha entidad, Vasili Nebenzia, un expediente con información sobre la supuesta “incursión ilegal” de EE. UU. del jueves pasado. Gil señaló que este acto “no únicamente constituye una amenaza” a la “soberanía nacional”, sino que también vulnera las disposiciones del derecho internacional y la Convención de Chicago de Aviación Civil Internacional.
“Este serio escenario se incorpora a la intensificación de la militarización del Caribe, lo que representa un evidente hostigamiento contra Venezuela”, añadió Gil, aludiendo al despliegue naval estadounidense en la zona que, de acuerdo a Washington, sirve para combatir el narcotráfico que supuestamente proviene del país sudamericano, aunque la posición de Caracas califica esa acción como una “amenaza” destinada a fomentar un “cambio de régimen”.
Para más información: EE. UU. hunde otra embarcación cerca de Venezuela y deja cuatro víctimas mortales.
El gobierno chavista indicó el jueves que interpondría una queja ante el secretario general de la ONU, António Guterres, el Consejo de Seguridad y la OACI, así como ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), con el propósito, según dijeron, de lograr “la adopción de las medidas necesarias que eviten la repetición de esos actos ilegales y peligrosos”.
Mediante un comunicado, los ministerios de Relaciones Exteriores y Defensa manifestaron que Venezuela “ejercerá de forma completa su derecho a la defensa”, y solicitaron al secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, detener “de forma inmediata” lo que describieron como una “actitud temeraria, aventurera y belicista”.
Antes de difundir esta declaración, el jefe de la Fuerza Armada, Padrino López, había reportado en un informe de operaciones un “acoso militar” ejercido por “aviones de combate” estadounidenses. Gil sostuvo que las autoridades de Venezuela ya estaban al tanto de que aviones “tipo F-35” se encuentran “ubicados en Puerto Rico” y afirmó que dichos hechos no intimidan al país sudamericano.
EE. UU. ha puesto en el Caribe al menos ocho buques de guerra y un submarino de ataque rápido nuclear, junto con más de 4.500 militares.
Adicionalmente, ha trasladado aviones de combate de última generación F‑35B a Puerto Rico.
Padrino López urgió este viernes a EE. UU. a no cometer el “error de cálculo” de “agredir militarmente” a la nación sudamericana.
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