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Vladimir Guerrero padre (Sr.) está conmovido, a la par que su vástago se halla en la búsqueda del anillo de la promesa (pactado/anhelado/prometido)

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Un nutrido grupo de unos 30 allegados y parientes, muchos con *jerseys* de Guerrero Jr.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Si los Azulejos logran coronarse con su primer campeonato mundial desde el año 1993, el mayor anhelo del gran Vlad sería que su retoño hiciera llegar el anillo a su terruño, Don Gregorio, Nizao, ya que hasta ahora ningún pelotero de esa zona ha conseguido tal distinción.

Acomodado en una suite en el nivel 400, justo al lado de la línea del jardín derecho en el Rogers Centre, Vladimir Guerrero padre tuvo una panorámica inigualable del plato la noche del viernes para presenciar cómo su heredero ingresaba a la caja de bateo durante el tercer *inning* del primer choque de la Serie Mundial.

Cuando el potente batazo de su hijo, tras un cambio a una cuenta de 3-2 del lanzador abridor de los Dodgers, Blake Snell, superó al *shortstop* Mookie Betts y se coló en el jardín izquierdo para convertirse en su primer *hit* en esta *Clásico de Otoño*, los que rodeaban a Guerrero Sr. (un nutrido grupo de unos 30 allegados y parientes, muchos con *jerseys* de Guerrero Jr. y el número 27 de los Azulejos) prorrumpieron en gritos de júbilo y saltaron emocionados.

Guerrero, por su parte, sereno como de costumbre, ataviado con una sudadera con capucha azul marino oscuro y *jeans* azules, permaneció sentado con tranquilidad. En medio de toda esa explosión de alegría, observó detenidamente todo el *estadio*, pareciendo deleitarse con la devoción que los fervientes seguidores de Toronto mostraban por su hijo, antes de sumarse a los aplausos con una inmensa sonrisa dibujada en el rostro.

Hace casi tres lustros, Vladdy Sr. disputó el Juego 1 de su primera y única Serie Mundial en 2010 con los *Rangers*, mientras su *vástago* lo alentaba desde las gradas. Ahora, los papeles se han invertido por completo. Vlad Sr. miraba hacia el diamante maravillado al ver al joven Guerrero participando en su primera *Clase de Otoño*.

“La emoción es muy grande”, comentó el patriarca de los Guerrero a MLB.com, pugnando por disimular su felicidad. “Mi hijo nació en Canadá, y verlo aquí a estas alturas con 26 años… yo fui a la Serie Mundial con 35, así que me alegra que 15 años después mi muchacho la haya alcanzado mucho antes”.

Guerrero Jr., quien contribuyó a que los Azulejos tomaran la delantera de 1-0 en la Serie contra *Los Ángeles* al irse de 4-2 con una base por bolas en el triunfo 11-4, conoce bien la sensación de estar tan cerca de la meta solo para quedarse a las puertas.

Mucho antes de brillar con los Azulejos, Vladdy Jr. presenció cómo el Vladdy original –su padre– y los *Rangers* perdían la Serie Mundial de 2010 frente a los *Gigantes* en solo cinco compromisos, casi al final de una carrera que lo llevaría al Salón de la Fama. Esa profunda desazón posterior llevó a un Vladito de apenas 11 años a comprometerse con su progenitor.

“Mi papá nunca pudo conseguir uno”, recordó Guerrero Jr. “Desde niño, siempre he expresado que si [gano una Serie Mundial], le entregaré el anillo a mi *viejo*. Le diré: ‘Papi, envíame la talla de tu sortija'”.

Guerrero Sr., quien llegó en avión desde *República Dominicana* el jueves por la noche, justo antes del Juego 1, se apresuró a rechazar la idea de aceptar cualquier anillo de su hijo.

Si los Azulejos se alzan con su primer título mundial desde 1993, el mayor deseo del gran Vlad es que Junior lleve el anillo a Don Gregorio, el pequeño asentamiento agrícola dentro del municipio de Nizao, para que sirva de símbolo de orgullo y fuente de inspiración.

“Si él gana la Serie Mundial, es él quien la habrá conquistado”, añadió Guerrero Sr. “Lo más significativo que puede hacer es que, en mi pueblo, Don Gregorio en Nizao, ningún beisbolista de ahí lo ha logrado aún. Sería un enorme honor, llevar un anillo a esa comunidad”.

Gane o pierda, Vladdy Jr., el joven que solía corretear por todo el césped del Estadio Olímpico de Montreal durante los ocho años de su padre con los *Expos*, está escribiendo un nuevo capítulo en el legado de la estirpe Guerrero. Además de su padre, su tío, Wilton, jugó ocho temporadas en las Grandes Ligas. Su hermano menor, Pablo, está en las ligas menores en la organización de los *Rangers*. Su primo Gabriel, también presente la noche del viernes, participó en 14 juegos de las Mayores con los Rojos en 2018 y estuvo nueve campañas en las ligas menores.

Junior ha estado a la altura de las circunstancias hasta el momento. Con un historial de siete años en las Grandes Ligas que incluye cinco convocatorias al *Juego de Estrellas*, un premio de Jugador Más Valioso del Clásico de Mitad de Temporada, dos *Bates de Plata*, un MVP de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, un *Guante de Oro* y un trofeo del *Festival de Jonrones*, el joven Guerrero podría terminar siendo el máximo exponente de la familia cuando la historia se cierre.

“Es algo monumental para toda nuestra gente”, concluyó Guerrero Jr. “Me siento orgulloso y agradecido de tener a mis seres queridos aquí conmigo”.

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