Salud

Arriba al territorio un centro ecuestre que une el área urbana con el entorno rural

8942523137.png
Una de sus áreas centrales es la Arena Panaca, similar a un anfiteatro con capacidad para unos 1.500 espectadores sentados y cerca de 4.000 de pie.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Panaca surge como una propuesta en Colombia, pero su gestor, tras ocho años de visitas a República Dominicana, concibió la edificación de un recinto similar allí, donde el público pudiera convivir con fauna y gozar de espectáculos en directo.

“Hijo, en el siglo XXI, lo más vital para el ser humano será disfrutar de lo esencial, pero paradójicamente, será lo menos ofrecido”, le comentó el progenitor de Jorge Ballen Franco cuando él le compartió su plan de erigir un parque que uniera la urbe con el entorno rural.

Con una mezcla de equinos, melodías, oferta culinaria, baile e historia, esa visión cristaliza hoy en Panaca, que cuenta con 26 años de trayectoria en Colombia. No obstante, su impulsor ha trasladado este concepto a suelo dominicano, convirtiéndola en la sede del segundo Panaca.

“La gente, especialmente tras la pandemia, regresa la vista hacia el campo y halla en lo sencillo el poder de desconectarse de la tecnología… La afición del dominicano por el caballo es inmensa, pero hay algo muy valioso que hicimos con el alma, operamos con el corazón y venimos para que República Dominicana entienda, capte y posea en un solo sitio su identidad cultural”, explica el colombiano Ballen Franco.

Según las manifestaciones obtenidas, erigir toda esta infraestructura de 40.000 metros cuadrados demandó unos tres años. Una de sus áreas centrales es la Arena Panaca, similar a un anfiteatro con capacidad para unos 1.500 espectadores sentados y cerca de 4.000 de pie. Este es el escenario del show ‘Travesía’, protagonizado por Sabina y su corcel Lucio, que rememora el vínculo ancestral entre la humanidad y los caballos.

Este montaje, que dura cerca de una hora, involucra a 42 equinos (20 de distintas razas) y un equipo artístico de 70 personas, ofreciendo un entretenimiento poco habitual en la nación. Con una amalgama de coreografía, proezas aéreas, música y acervo local, este espectáculo aspira a ser uno de los mayores atractivos, y Ballen Franco ya lo cataloga como un equivalente a un Broadway ecuestre.

“Travesía es una vivencia imperdible: una presentación impactante que fusiona ritmos, danza, acción, acrobacias y caballos en un despliegue raramente visto en Latinoamérica. Es una invitación a sumergirse en un teatro singular, con fuerza cinematográfica, que abarca aventura, confrontaciones, bailes y géneros autóctonos como la bachata y el merengue. Es una obra concebida para que el público dominicano la acoja como propia y la disfrute como una experiencia inigualable”, afirmó Ballen.

Al finalizar la función, los asistentes pueden deleitarse con una propuesta gastronómica acompañada de interpretaciones musicales en vivo, incluyendo mariachis con una breve exhibición de caballos al compás de los acordes.

Aunque este complejo, levantado en Punta Cana, aún no alcanza el 30% de su proyección futura, ya está abierto al público, quien puede explorar zonas como la Plaza Herencia Dominicana: una exaltación de la tradición, el arte y los sabores locales que incluye interacción con animales y aprendizaje lúdico en las Aulas Vivas.

Estas aulas operan bajo la metodología de “aprender haciendo”, abordando temas como la génesis del color, cuyo objetivo es que los infantes utilicen víveres como auyama, cebolla, cúrcuma o remolacha para extraer pigmentos. Dentro, Yashey Rodríguez, una joven de 23 años que estudia agrimensura, comenta que “ve esta actividad como una forma divertida, ecológica y recreativa para los niños”.

Rodríguez ha laborado en el parque durante tres meses; reside en San Rafael del Yuma, comunidad de La Altagracia, de donde procede el 60% del personal inicial. Actualmente, este parque da empleo a 150 colaboradores.

Otra de las áreas es el taller de queso fresco, donde se detalla el proceso de elaboración de este lácteo, iniciando con la ordeña de las vacas —animales con los que se puede tener contacto— hasta el paso final. Con esto, el complejo busca fomentar el consumo de productos locales, del campo a la mesa.

En el Trapiche San Lorenzo, la caña de azúcar es protagonista, siendo la materia prima para elaborar iguarias patrias como la “canquiña o latigosa”, panela y jugo de caña. En este sitio, Don Luis estira la melaza con energía y permite que los mismos visitantes tomen un trozo y prueben una pequeña porción de este dulce elástico conocido como canquiña.

“Ustedes disponen de más de 200.000 hectáreas de caña, y este es el molino donde los dominicanos empezarán a conocer el proceso artesanal de la caña de azúcar”, subraya Jorge Ballen.

Otro de los atractivos del parque es un tiovivo de ponis que funciona como una especie de carrusel impulsado por ocho caballos de esta raza equina.

Para acceder al carrusel, el menor no debe exceder los 30 kilos. El coste de esta diversión es de 300 pesos. Una vez abonado el pago, se pesa y mide al niño, y este disfruta de unas siete vueltas en el poni.

La visión de Jorge Ballen Franco incluye dotar al Parque de la Cultura Dominicana de un obrador de chocolate, café, un área de procesamiento de ron artesanal, una sala viva de reciclaje y reutilización de papel. En la sección posterior se ubicará un conuco que comenzará su construcción en enero, donde habrá más aulas interactivas. Adicionalmente, se planea edificar un hotel temático agropecuario.

“Habrá un espacio para eventos con capacidad para cinco o 6.000 personas sin necesidad de reacomodar nada. También salones para bodas, eso sí, con un estilo rústico como el que ya tenemos”, comenta Ballen Franco sobre sus aspiraciones futuras para este parque en República Dominicana.

TRA Digital

GRATIS
VER