Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
WASHINGTON (AP) — El pleno del Senado de Estados Unidos el jueves desechó una propuesta legislativa que habría puesto límites a la potestad del presidente Donald Trump para iniciar una acción bélica contra Venezuela, mientras los demócratas instan al Congreso a asumir un rol más proactivo en la ofensiva de Trump contra el líder venezolano Nicolás Maduro.
Legisladores, incluyendo figuras prominentes del Partido Republicano, han exigido al gobierno de Trump más detalles sobre las operaciones de las fuerzas armadas estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental a las que se acusa de narcotráfico. No obstante, la votación de ayer, que básicamente habría impedido una intervención en suelo venezolano sin previa luz verde del Congreso, evidenció hasta dónde están dispuestos a llegar los senadores republicanos para permitir que la administración Trump siga desplegando unidades navales en la zona.
“El presidente Trump ha tomado resoluciones firmes para resguardar a miles de ciudadanos estadounidenses de estupefacientes peligrosos”, aseveró el senador republicano Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
La iniciativa tenía escasas posibilidades de convertirse en ley, en parte porque requeriría la aquiescencia del propio Trump, pero de todas formas brindó a los demócratas una oportunidad para presionar a sus aliados republicanos respecto a las advertencias de Trump hacia Venezuela. La legislación fue rechazada con un conteo de 51 votos en contra y 49 a favor.
“No deberíamos entrar en conflicto sin una votación del Congreso. La vida de nuestros soldados está en juego”, manifestó el senador demócrata Tim Kaine, promotor de la medida, durante su alocución en el hemiciclo.
Las fuerzas marítimas de EE. UU. continúan estableciendo una concentración notablemente importante en el Caribe, incluyendo el estacionamiento de su portaaviones más moderno, lo que lleva a muchos a inferir que las intenciones de Trump van más allá de solo detener navíos con cargamentos de cocaína.
“Es casi un secreto a voces que esto excede la posibilidad de un cambio de régimen”, señaló el senador demócrata Adam Schiff, quien también impulsó la propuesta. “Si esa es la dirección que toma el gobierno, si eso es a lo que nos enfrentamos — involucrarnos en un enfrentamiento bélico — , entonces el Congreso debe ser escuchado en este asunto”.
A medida que la oposición crece en el Capitolio, la gestión de Trump ha intensificado los briefings sobre la campaña en el Caribe, incluyendo la presentación tanto del secretario de Estado, Marco Rubio, como del secretario de Defensa, Pete Hegseth, a una exhaustiva sesión informativa confidencial para líderes del Congreso sobre las intercepciones a embarcaciones. Los funcionarios ofrecieron pormenores sobre la inteligencia usada para atacar las naves y permitieron a los senadores revisar el fundamento legal de las acciones, pero no abordaron si se procedería a un ataque directo contra Venezuela, según refirieron congresistas presentes en la reunión.
Aun así, los demócratas, sumándose al senador republicano Rand Paul, han capitalizado la inquietud dentro del bando republicano forzando una votación sobre la potencialidad de una agresión hacia Venezuela bajo el marco de la Ley de Atribuciones Bélicas de 1973, diseñada para reafirmar la autoridad del Congreso sobre la decisión de ir a la guerra.
Una votación previa sobre el uso de la fuerza ligada a las incursiones contra lanchas en aguas internacionales no prosperó el mes pasado con un marcador de 51-48, pero Kaine expresó confianza en atraer a más republicanos con una resolución que solo concierne a acciones contra Venezuela.
La directiva republicana presionó firmemente el jueves para asegurar que la propuesta legal no avanzara, y numerosos senadores de su partido manifestaron respaldo a la estrategia de Trump, que ha resultado en la pérdida de al menos 66 vidas en 16 incursiones documentadas.
El senador Lindsey Graham, un partidario de Trump, sostuvo en una intervención en el pleno que la Ley de Atribuciones Bélicas otorgaba demasiada prerrogativa a los legisladores sobre las decisiones militares, y que el Congreso disponía de otras vías para fiscalizar las determinaciones presidenciales.
“Me parece bien la postura de nuestro comandante en jefe al advertir a las organizaciones narcoterroristas que no solo son un grupo terrorista foráneo, sino que si se inmiscuyen en amenazas a nuestra nación — como una lancha cargada de estupefacientes con destino a Estados Unidos — , vamos a eliminarlos”, afirmó Graham.
Pero todavía había varios legisladores sopesando detenidamente su voto.
El senador republicano Thom Tillis, quien votó en contra de la resolución, comentó estar dubitativo respecto a la operación. Indicó que implicaba un coste elevado modificar la zona de despliegue de un portaaviones y cuestionó si esos recursos se invertirían mejor en la frontera sur de EE. UU. para frenar el trasiego de fentanilo.
Tillis indicó que si la operación se prolonga varios meses más, “entonces requeriremos una conversación seria sobre si estamos participando en una suerte de contienda híbrida”.
Pese a ello, los demócratas argumentaron que el gobierno de Trump utilizaba un sustento legal débil para una campaña militar que pone en riesgo al personal militar estadounidense y la imagen del país. El senador Jack Reed, el principal demócrata en el Comité de Servicios Armados del Senado, acusó a Trump de incurrir en “hostilidad sin un fin estratégico” mientras obvia acciones que realmente ataquen el contrabando de fentanilo.
No obstante, Kaine también admitió que forzar la votación conllevaba cierto riesgo, pues podría interpretarse como una aprobación tácita para que Trump iniciara una acción bélica frontal.
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Este artículo fue traducido del idioma inglés por un editor de AP con apoyo de un programa de inteligencia artificial generativa.















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