Salud

“Es preciso que la gente se muestre más dispuesta a donar órganos”

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Desde el 2006 hasta hoy se han efectuado 5,865 intervenciones de órganos y tejidos.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Luis Manuel Pérez Méndez, Jiomar Figueroa, José Alfredo Corripio, José Juan Castillo, José Monegro y José del Carmen Caraballo, durante el evento.

En la nación, actualmente 530 individuos están aguardando un trasplante de riñón. Mientras tanto, la cultura de la donación aún tiene poco arraigo y, de hecho, en lo que va del 2025, apenas se han concretado 49 donaciones, cuando el número ideal para considerarse aceptable debería ser de 200. No obstante, cada donación tiene un impacto trascendental, ya que una persona fallecida puede ofrecer hasta ocho órganos: dos pulmones, dos riñones, un corazón, un hígado, además de una cantidad sustancial de tejidos. Las 49 contribuciones de este año han beneficiado a 345 personas. De estas, 10 provinieron de difuntos y 39 de donantes vivos.

Para potenciar la cultura de donación se necesitan divulgación y medios, siendo el principal impedimento para las donaciones póstumas la resistencia familiar; puesto que, si bien una persona en vida se registra como donante, al momento de su deceso, sus allegados deben consentir la extracción. Desde el 2006 hasta hoy se han efectuado 5,865 intervenciones de órganos y tejidos. De estos, 4,271 fueron de córneas, 1,679 de riñones, 87 de médula ósea, 55 de hígado, tres de corazones, tres de páncreas y el resto de tejidos no especificados.

Esta realidad fue expuesta durante el Almuerzo de Medios de Comunicación del Grupo Corripio por los directivos del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplante (Incort), liderados por el director, José Juan Castillo Almonte; Jiomar Figueroa, cirujano de Trasplante Hepático y Renal y titular del Colegio Médico de Cirujanos; Luis Manuel Pérez Méndez, coordinador de Trasplante Hepático y miembro de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología y José del Carmen Caraballo, responsable del Departamento de Coordinación Hospitalaria.

Frenos

Castillo señaló que el 70 % de las causas para no donar órganos de personas fallecidas se atribuyen a la negativa de los parientes. A esto se suman aspectos logísticos y administrativos, ya que en ocasiones, algunos familiares acceden, pero desean que se les devuelva el cuerpo con prontitud, o existen carencias de información o creencias culturales de que el cuerpo se mutilará con alguna extracción. Detalló que las gestiones para lograr un permiso inician cuando el paciente presenta muerte encefálica, o sea, que ha cesado toda actividad cerebral, momento en el cual los coordinadores de trasplante del Incort inician una labor de persuasión que no siempre resulta fructífera. “Requerimos que la ciudadanía acepte más la donación de órganos”, afirmó Castillo.

Una creencia errónea

En relación con la posibilidad de tráfico de órganos en el país, los voceros del Incort calificaron tal idea como un mito, originado por la falta de información. Para desmentir el tema, Castillo aclaró que la certificación de una muerte encefálica no la realiza el equipo médico de trasplante, sino otros doctores. Además, las intervenciones solo se llevan a cabo en centros de máxima especialización, con un proceso que involucra entre 14 y 20 profesionales. Y los especialistas que ejecutan dicha labor no perciben remuneraciones elevadas por esto, dado que no subsisten de esa práctica.

Caraballo mencionó que únicamente el Hospital General Plaza de la Salud, el Centro Cardio-Neuro Oftalmológico y Trasplante (Cecanot) y el Hospital Metropolitano de Santiago, son los tres recintos autorizados para donaciones cadavéricas y de vivos. Para esta última modalidad se suman la Clínica Corazones Unidos y el Centro de Diagnóstico y Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat). “Es casi imposible el comercio ilegal de órganos, lamentablemente muchas personas piensan lo contrario”, manifestó Castillo.

Por otra parte, Pérez Méndez consideró inviable que se presenten casos de secuestro de personas para obtener un hígado en trasplante, el cual, al ser retirado, requiere un proceso de conservación y para su extracción debe intervenir un cirujano experto y ser mantenido en un líquido especial que no se comercializa a instalaciones no aprobadas para estos procedimientos. “Es un mito que aquí se esté raptando gente para extraer sus órganos e implantarlos o venderlos para beneficio propio, y cuando estas ideas erróneas circulan entre la gente, la situación empeora porque a los parientes o tutores de los potenciales donantes se les complica aún más la donación”, expresó Pérez Méndez.

A su vez, Caraballo indicó que esa concepción persiste incluso entre personal sanitario, tras explicar que el Incort maneja protocolos estrictos para donantes que no sean familiares, con el fin de evitar el comercio ilícito de órganos. Los expertos se quejaron de que el caso de la menor Carla Massiel y la cobertura mediática influyeron en la propagación del mito y la consecuente caída de las donaciones. Este caso trataba de una niña ultimada y uno de los acusados de su muerte señaló a médicos, bajo el falso argumento de que el órgano fue extraído para ser implantado a un doctor.

Costo

El único trasplante que recibe cobertura de la seguridad social es el renal, con el 80 % de los gastos amortizados por la ARS y el 20 % a cargo del afiliado, hasta un límite de un salario mínimo cotizable como cuota moderadora. El fondo anual es de 3.5 millones. Al respecto, Figueroa destacó que, además de formación, se necesitan cuantiosos recursos financieros para que los trasplantes alcancen el nivel deseado. Mencionó que todos los trasplantes de hígado realizados han sido costeados por la Plaza de la Salud, sede del programa, dado su elevado coste cercano a los dos millones de pesos. “Imaginen lo que implica para una familia dominicana tener que reunir un millón y medio o dos millones de pesos para un trasplante, eso es inasequible”. Explicó que esa cantidad cubre únicamente el acto quirúrgico, sin incluir el cuidado posterior. El Incort está desarrollando los procedimientos para someterlos al Consejo de Trasplante y posteriormente a la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril), con el fin de que otros procedimientos sean cubiertos. Asimismo, se está preparando un equipo de galenos para trasplantes de pulmón, para los cuales hay muchos pacientes en espera actualmente.

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