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Sean Charles Dunn, un residente de Washington D. C., arrojó un bocadillo a un oficial de policía el 17 de agosto de 2025 como forma de protesta. Ahora, tras comparecer ante las autoridades, un jurado podría presentarle cargos federales y penales, lo que agrava su situación legal.
A Dunn se le imputa agredir, resistirse, oponerse, obstruir, intimidar e interferir con un funcionario federal, una acción que, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), se ha incrementado durante el segundo periodo de Trump, a raíz de fuertes altercados entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Dunn no negó haber lanzado su sándwich tipo “submarino” contra un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP) afuera de un local nocturno la noche del 10 de agosto.
Dunn está siendo juzgado por un delito menor de agresión, posterior a su acto de protesta que tanto él como su defensa consideran justificado y que, según alegan, no causó daño significativo a los oficiales implicados.
Julia Gatto, abogada del acusado, manifestó ante el tribunal que la acción fue un “signo de exclamación para Dunn, pues exteriorizó su rechazo al aumento del despliegue policial del presidente Donald Trump en la capital.
“Fue un gesto inofensivo como colofón al ejercicio de su derecho a la libre expresión. Es absolutamente inocente”, recalcó Gatto.
Por su parte, el agente del CBP Gregory Lairmore, testigo para el gobierno de Trump, afirmó que “el bocadillo estalló al impactar su pecho con tal fuerza” que lo sintió incluso a través de su chaleco protector.
Según los agentes, Dunn les gritó “fascistas y racistas”. “Estaba ígneo. Furioso. Nos denigraba a mí y a mis compañeros de todas las maneras posibles”, declararon.
La Fiscalía argumentó que “lo que hizo el acusado es inadmisible. Cruzó el límite”. “No importa quién seas, no puedes andar lanzando objetos a la gente porque estés molesto”, señaló Jhon Parron, fiscal a cargo del caso.
La defensa también cuestionó la manera en que la Casa Blanca abordó el caso de Dunn, que trabajaba para el Departamento de Justicia como especialista en asuntos internacionales en su división penal.
Al ser detenido por personal de seguridad, fuertemente armados y equipos antidisturbios, se difundió un video calificado como propaganda que magnificaba el operativo por un asunto menor.
La defensa confía en que el caso sea desestimado por tratarse de “una represalia vengativa y selectiva”.














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