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Phoenix, Arizona. – Después de 41 jornadas del cese parcial de actividades del gobierno federal, el más extenso de la historia de EE. UU., el Senado dio luz verde este lunes a un acuerdo de financiamiento que permite la reanudación de operaciones gubernamentales, si bien con requerimientos significativos, victorias limitadas y numerosas tensiones políticas internas.
El cierre se originó cuando el Congreso no consiguió validar a tiempo la normativa presupuestaria para el ejercicio fiscal 2026, forzando a numerosas entidades federales a suspender labores no fundamentales.
Los demócratas, bajo la dirección de Chuck Schumer, demandaban que el acuerdo presupuestario incluyera la extensión de las exenciones fiscales del Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA) que expiraban el 1 de enero, además de anular los recortes en Medicaid. La bancada republicana se opuso a incorporar dichas cláusulas en el plan de reapertura, argumentando que primero debía reabrirse el gobierno y después discutir los asuntos sanitarios.
Motivos tras el llamado a la dimisión de Schumer
A pesar de que Schumer votó en contra del acuerdo definitivo, la división dentro de su propio grupo demócrata suscitó fuertes cuestionamientos sobre su aptitud para formular un plan coherente.
Durante el periodo de cierre, el presidente Donald Trump emitió un comunicado en su plataforma Truth Social urgiendo a los controladores aéreos a reintegrarse de forma inmediata a sus puestos. “¡Todos los controladores del tráfico aéreo deben retomar sus labores ahora mismo!”, proclamó en mayúsculas, amenazando con “sanciones” para quienes no cumplieran. Trump también reconoció a los trabajadores que siguieron laborando sin cobrar, calificándolos de “magníficos patriotas”, y prometió proponer un incentivo de $10,000 por su “sobresaliente servicio a la nación”.















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