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Guardacostas da marcha atrás en la política de catalogar crucifijos gamados y cuerdas como “posiblemente polémicas”

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El reglamento más reciente veta también categóricamente mostrar cualquier signo de conflicto o animadversión en todas las instalaciones del Cuerpo de Guardacostas.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

WASHINGTON (AP) — El Cuerpo de Guardacostas de EE. UU. divulgó una normativa revisada y más clara referente a la exhibición de emblemas de odio, como esvásticas y horcas, pocas horas después de que se supiera que pretendían catalogarlos como “posiblemente polarizantes”, un término que generó molestia entre congresistas y activistas.

“Se prohíben los emblemas y estandartes controvertidos o de animadversión”, estipula la política más reciente del Cuerpo de Guardacostas, publicada el jueves por la noche, que añade que este grupo abarca “una horca, una esvástica y cualquier emblema o bandera apropiada o adoptada por colectivos con base en el rencor”.

“Esto no constituye una actualización de la norma, sino una directriz inédita para confrontar cualquier información errónea y ratificar que el Cuerpo de Guardacostas de Estados Unidos prohíbe estos símbolos”, declaró la agencia en un comunicado adjunto.

La modificación anunciada al final del día coincidió con el descubrimiento por parte de medios de comunicación, liderados por The Washington Post, de que el Cuerpo de Guardacostas había elaborado a inicios de mes un documento que calificaba esos mismos signos como “potencialmente generadores de división”. Tal clasificación representaba un cambio respecto a la directriz implementada en 2019, la cual señalaba que emblemas como esvásticas y sogas estaban “ampliamente asociados a la subyugación o el desprecio” y consideraba su exhibición como “una posible situación de animadversión”.

El reglamento más reciente veta también categóricamente mostrar cualquier signo de conflicto o animadversión en todas las instalaciones del Cuerpo de Guardacostas. La versión previa no restringía esos emblemas, sino que indicaba que los mandos podían tomar medidas para retirarlos de la vista pública y que la regla no aplicaba a espacios privados inaccesibles al público, como residencias familiares.

Ambas normativas mantenían la restricción de larga data sobre mostrar públicamente la bandera confederada, excepto en limitadas circunstancias, como contextos educativos o históricos.

Al parecer, las nuevas disposiciones entraron en vigor de inmediato.

Cuando se conoció el cambio inicial, la senadora demócrata por Nevada, Jacky Rosen, manifestó que la decisión “revierte salvaguardas importantes contra el fanatismo y podría permitir la exhibición inexplicable de repulsivos símbolos de aversión como esvásticas y horcas”.

“En un momento donde el antisemitismo está en alza en Estados Unidos y a nivel global, suavizar las regulaciones destinadas a combatir los delitos de odio no solo transmite un mensaje equivocado a los hombres y mujeres de nuestro Cuerpo de Guardacostas, sino que pone en peligro su bienestar”, añadió.

En un comunicado emitido antes el jueves, el almirante Kevin Lunday, comandante en funciones del Cuerpo de Guardacostas, indicó que la iniciativa no anulaba ninguna prohibición y calificó como “rotundamente infundado” afirmar lo contrario.

“Estos emblemas han estado y siguen estando vedados en el Cuerpo de Guardacostas bajo la normativa”, explicó Lunday en la nota, añadiendo que “cualquier manifestación, utilización o fomento de tales signos, como siempre, será examinada con rigor y severamente sancionada”.

La predecesora de Lunday, la almirante Linda Fagan, fue destituida el primer día del segundo periodo presidencial de Donald Trump. Funcionarios del equipo del mandatario señalaron después que su cese se debió en parte a una “obsesión” con los esfuerzos de equidad e inclusión que distraían “recursos y atención de las prioridades operacionales”.

La norma previa, que se implementó a principios de noviembre, también especificaba que “la denominación ‘incidente de animadversión’ ya no figura en la política” y que la conducta que antes se habría gestionado como posible suceso de animadversión se trataría ahora como “una denuncia de acoso en escenarios con un afectado identificado”.

Según ese texto, los comandantes, tras consultar a asesores legales, podían ordenar o dirigir la remoción de emblemas o estandartes “posiblemente polémicos” si se consideraba que mermaban la moral o la disciplina de la unidad.

La nueva política no especifica si el personal del Cuerpo de Guardacostas podrá alegar haber sido víctima de sucesos de hostilidad.

El Cuerpo de Guardacostas depende del Departamento de Seguridad Nacional, si bien se mantiene como parte de las fuerzas armadas, y la nueva directriz se actualizó parcialmente para alinearse con disposiciones similares del Pentágono, según el comunicado de la agencia al anunciar las modificaciones.

Además, históricamente ha tomado como referencia muchas de sus políticas de recursos humanos de las de otras ramas militares.

El cambio ocurrió menos de dos meses después de que el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenara el reexamen de todas las definiciones de trato desigual, intimidación y hostigamiento en el ejército, argumentando que esas pautas eran “excesivamente amplias” y “ponen en riesgo la disposición para el combate, el desempeño de la misión y la confianza en la institución”.

El Pentágono no proporcionó detalles sobre qué se estaba revisando concretamente, si se efectuarían cambios análogos a la política del Cuerpo de Guardacostas o cuándo concluiría la revisión.

Menachem Rosensaft, catedrático de Derecho en la Universidad de Cornell y figura prominente de la comunidad judía, expresó en un comunicado que “la esvástica es el emblema supremo del rencor y la intolerancia virulenta, e incluso que el Cuerpo de Guardacostas considere dejar de clasificarla como tal sería comparable a tratar las cruces en llamas y las vestimentas del Ku Klux Klan como simplemente ‘potencialmente divisivas'”.

El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, tildó la acción de “abominable, y un renovado apoyo republicano al radicalismo”.

Haigh reportó desde Norwich, Connecticut.

Esta narración fue adaptada al español desde su versión original en inglés por un editor de AP con asistencia de tecnología de inteligencia artificial generativa.

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