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Bajo el régimen del dictador, esta idea fue vista como una posible vía para suplir la demanda de energía eléctrica.
¿Se podrá solucionar la problemática del sector eléctrico con la edificación de una central nuclear? Al parecer, Trujillo lo consideró así.
Durante el mandato del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina (1930-1961), esta propuesta se planteó como una alternativa factible para satisfacer la necesidad de servicio eléctrico y ofrecer una fuente de energía poco convencional en aquel tiempo.
Para afrontar el déficit energético, el dictador recurrió a especialistas de Estados Unidos, quienes evaluaron las exigencias eléctricas del país y diseñaron un plan maestro con una duración de 10 años (1955-1965) para aportar soluciones.
Así, en 1956 se dio a conocer el “Plan Trujillo de Electrificación Total de la República Dominicana”. Un escrito de 145 páginas con texto y gráficos, elaborado por la firma Stone and Webster Service Corporation.
Los expertos detallaron el método de transporte, generación y distribución de la electricidad, junto con el coste estimado del emprendimiento. También incluyeron sugerencias relativas a los peligros asociados a las emanaciones radiactivas que liberaría la instalación nuclear.
No obstante, mientras se exploraban nuevas alternativas para proveer energía a la población, el plan de la planta nuclear quedó en el olvido, y las razones de su no culminación permanecen inciertas.
La central nuclear fue más que un mero esbozo teórico. Esto se confirma con una nota de Leoncio Pieter en el periódico El Caribe, del miércoles 13 de junio de 1956, titulada “Trujillo anuncia instalación de Planta Nuclear que producirá Energía Eléctrica”. En ese período, el diario usaba el lema ‘Año del Benefactor de la Patria’.
“Por primera vez en América, la República Dominicana empleará la energía atómica con fines fabriles, mediante el establecimiento de una planta nuclear que generará electricidad bastante para cubrir las crecientes necesidades del país”, consigna el periodista en las primeras líneas de su nota.
Otro indicio que confirmaba la viabilidad del proyecto fue que el reportero Leoncio Pieter señaló que la firma de un acuerdo con The Glenn L. Martin Co., de Baltimore, Estados Unidos, formalizaría la puesta en marcha de la central nuclear.
Los ingenieros de Stone and Webster Service Corporation señalaron en el estudio “Plan Trujillo de Electrificación Total” que el propósito de instalar una planta atómica en el sistema eléctrico era lograr independencia frente a posibles cortes momentáneos en el suministro de combustibles de procedencia extranjera.
En palabras de los propios investigadores: “Se debe entender desde el inicio que, si bien es cierto que se puede alcanzar con este medio una autonomía de las fuentes internacionales de petróleo y otros combustóles fósiles, el resultado de tal proyecto sería una total dependencia de los proveedores de combustible nuclear de Estados Unidos”.
El periodista Leoncio Pieter, en su artículo “Trujillo anuncia instalación de Planta Nuclear que producirá energía eléctrica”, profundizó en los detalles operativos de la central nuclear, refiriéndose a un sistema de agua a presión.
“El principio operativo fundamental del reactor atómico industrial Martín se basa en un sistema de agua presurizada. El agua que se bombea a alta presión en un circuito cerrado (bucle principal) atraviesa el reactor, donde absorbe el calor generado por el uranio levemente enriquecido que contiene”, explica el artículo.
La publicación añade que “el agua sobrecalentada de esta forma pasa a un generador de vapor, donde cede su calor a un circuito secundario; el agua enfriada del primer bucle es entonces bombeada y retornada al reactor para reiniciar su ciclo”.
Se especifica que el circuito secundario generalmente constituye un esquema habitual de generación termoeléctrica. El vapor seco y saturado suministrado por el intercambiador de calor se expande a través de turbinas de alta eficacia, las cuales accionan los generadores eléctricos, detalla Pieter en su redacción de 1956.
El concepto de Trujillo para una central nuclear industrial, gestado en 1956, se encontraba en etapa de diseño. El dictador planeaba construirla en la ribera del río Haina, en el poblado que compartía su nombre.
Según los registros, dicha planta elevaría hasta 57,000 kilovatios (kv) la capacidad de generación de las plantas combinadas de vapor, hidroeléctricas y diésel que suministraban a Ciudad Trujillo, aportando 45,000 kilovatios.
El informe calcula que el coste de una planta nuclear de 20,000 kv ascendería a unos RD$8,000,000 a RD$10,000,000, considerando los gastos de edificación de tales instalaciones en República Dominicana. Esto sin incluir el coste de los combustibles.
El estudio de Stone and Webster Service Corporation alertó que el emplazamiento de una planta nuclear representa un peligro tanto para quienes la operan como para los habitantes, sin importar su ubicación. Entre las problemáticas detalladas, mencionaron que estas plantas producen desechos y agua radiactiva que deben ser gestionados, lo cual implicaría su dilución en ríos hasta alcanzar un nivel permitido.
“Sin embargo, la disposición de los residuos, especialmente los de alta radiactividad, es usualmente un desafío aún sin resolver”, advirtieron los expertos en el documento.
Tras investigar documentos que describían la instalación de la planta nuclear y otros pormenores del proyecto de Trujillo, se constató que, hasta ahora, ninguna de las revisiones explica las causas de la paralización.
Para despejar esta duda, Listín Diario conversó con el geólogo dominicano Osiris de León.
Al referirse a la iniciativa que buscaba transformar la obtención de energía eléctrica, reveló que un especialista en radiología advirtió a Trujillo sobre las afecciones que generaría el proyecto.
“Fue desestimado cuando Rafael González Massenet (médico radiólogo) persuadió a Trujillo de que si ocurría una fuga de radiación atómica, el viento, que sopla de este a oeste, llevaría la radiación hacia San Cristóbal, provocando que la gente de allí muriera de cáncer y, como Trujillo residía en San Cristóbal, desechó su propósito de edificar una planta nuclear”, expuso el geólogo durante el diálogo.














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