Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
BOISE, Idaho, EE. UU. (AP) — Un magistrado federal ordenó la excarcelación de 16 individuos aprehendidos por personal migratorio durante un operativo dirigido por el FBI en un hipódromo apartado de Idaho el mes pasado.
El juez de distrito de Estados Unidos, B. Lynn Winmill, resolvió el miércoles que mantener a los migrantes en custodia sin posibilidad de fianza vulneraba sus garantías procesales, y dispuso su salida mientras aguardan la resolución de sus procedimientos de inmigración. Muchos residían en el país desde hace décadas y carecen de historial delictivo, señaló el juzgador. Algunos están casados con ciudadanos americanos o tienen prole con dicha nacionalidad, según documentación judicial.
En un comunicado enviado por email a The Associated Press, el Departamento de Seguridad Nacional aseguró que los agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) capturaron legalmente a los arrestados durante la incursión y que “un juez con tendencia a la activismo está ordenando la libertad de infractores de la ley”.
“El ejecutivo del (presidente Donald) Trump está firme en su propósito de restablecer el imperio de la ley y el sentido común en nuestro sistema migratorio, y proseguirá batallando por la detención, reclusión y expulsión de extranjeros que no poseen derecho a permanecer en esta nación”, indicaba el texto.
La incursión del 19 de octubre en la pista al aire libre de gestión particular en Wilder fue liderada por el FBI como parte de una investigación sobre supuestas apuestas clandestinas. Más de 200 efectivos de al menos 14 entidades, incluyendo ICE y la Patrulla Fronteriza, tomaron parte en la acción en la que se retuvo a cerca de 400 personas durante horas, muchas de ellas ciudadanas estadounidenses.
Testigos relataron prácticas coercitivas como el empleo de esposas plásticas para inmovilizar a infantes o separar a los pequeños de sus padres por una hora o más. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, cuyo organismo fiscaliza a la Patrulla Fronteriza y al ICE, negó el uso de inmovilizadores en menores. Inicialmente, la portavoz del FBI, Sandra Barker, afirmó que no se emplearon ataduras ni munición menos letal contra los menores, pero luego rectificó su declaración sustituyendo “menores” por “niños pequeños”.
El operativo culminó con unos pocos arrestos vinculados al juego y 105 por presuntas faltas migratorias. Gran parte de los detenidos firmaron acuerdos espontáneos para abandonar el país antes de poder consultar con abogados de inmigración, comentó Nikki Ramirez-Smith, letrada de inmigración cuyo despacho representa a 15 de los que recuperaron su libertad esta semana.
Conforme a los expedientes judiciales en línea, solo 18 de los retenidos en el suceso reclamaron su liberación ante tribunales federales en Idaho. El requerimiento de una de ellas fue inicialmente desestimado al juzgador considerar que el escrito carecía de detalles suficientes, aunque se le concedió un plazo de 30 días para intentarlo de nuevo. Otra persona busca obtener su libertad a través de un tribunal federal distinto tras haber sido trasladada a un centro de internamiento en otra provincia.
El juez federal en Idaho destacó que casi la totalidad de sus colegas que enfrentaron peticiones similares de retenidos por motivos de inmigración han arribado al mismo entendimiento: que las personas sin ciudadanía aprehendidas en territorio estadounidense gozan de las salvaguardias del debido proceso legal.
“Tratar la privación de libertad de los no ciudadanos en la línea fronteriza o sus cercanías de forma distinta a la de los no ciudadanos que residen en el país no es algo inusual. Al contrario, refleja el discernimiento reconocido desde hace tiempo en nuestras normativas migratorias y en la Constitución de que las salvaguardias del debido proceso son aplicables a los extranjeros que moran en el país, pero no a aquellos retenidos en o junto a la frontera”, escribió Winmill.
Ramirez-Smith indicó que las resoluciones de salida dictadas por Winmill hacen “un gran trabajo al poner en claro cuáles son las cuestiones de fondo”.
“Podrán permanecer en sus hogares con sus familias y presentaremos las mociones de auxilio ante el juzgado de inmigración, y tendrán una audiencia ante el tribunal. Esas fechas para el juicio probablemente se extenderán por años”, añadió, debido a un gran rezago que supera los tres millones de casos en esos juzgados.
Trump ha implementado medidas para mermar ese atraso, instruyendo a los magistrados en su primer período para que desestimaran peticiones de asilo de colectivos enteros, como víctimas de violencia de pandillas o doméstica.
Durante su actual mandato, su administración cesó a docenas de jueces de inmigración y autorizó que cerca de 600 juristas militares sirvieran como jueces migratorios de manera temporal. Adicionalmente, con frecuencia ha transformado lo que habitualmente son trámites migratorios de rutina en trampas de deportación, con fiscales del gobierno retirando velozmente los expedientes de asilo para que los peticionarios puedan ser apresados instantáneamente en los pasillos de los tribunales.
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Esta crónica fue adaptada del inglés por un editor de AP con ayuda de un instrumento de inteligencia artificial generativa.















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