Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
SAN FRANCISCO (AP) — Meta sorteó un escollo crucial para su negocio que pudo haber forzado al gigante tecnológico a deshacerse de Instagram y WhatsApp, luego de que un juez determinara que la firma no ostenta un monopolio en el ámbito de las redes sociales.
El juez James Boasberg emitió su dictamen el martes, tras la conclusión del fundamental juicio antimonopolio a fines de mayo. Su resolución sigue a dos fallos previos que calificaron a Google como detentador de un monopolio ilegal tanto en búsquedas como en publicidad online, asestando otro revés regulatorio a la industria tecnológica que gozó de un crecimiento casi sin trabas por años.
La Comisión Federal de Comercio (FTC) “insiste en que Meta rivaliza con los mismos competidores tradicionales que ha tenido durante la última década, que la compañía domina entre ese círculo reducido, y que sostuvo ese dominio mediante compras contrarias a la competencia”, expuso Boasberg en su decisión. “No obstante, más allá de si Meta gozó de poder monopolístico antes, la agencia debe probar que todavía lo posee ahora. El fallo judicial de hoy establece que la FTC no lo ha logrado”.
Meta Platforms Inc., según alegaba la FTC, ha mantenido su posición dominante siguiendo la táctica del CEO Mark Zuckerberg, “visible en 2008: ‘Es preferible adquirir que competir.’ Fiel a este principio, Facebook ha perseguido sistemáticamente a aspirantes a rivales y adquirió empresas que consideraba amenazas competitivas serias”.
Durante su comparecencia en abril, Zuckerberg negó que Facebook comprara Instagram para anular una amenaza. En su interrogatorio dirigido por el abogado de la FTC, Daniel Matheson, este reiteró correos electrónicos, muchos de ellos con más de una década de antigüedad, redactados por Zuckerberg y sus allegados antes y después de la adquisición de Instagram.
Aunque admitió la existencia de dichos documentos, Zuckerberg frecuentemente buscó minimizar su trascendencia, señalando que fueron escritos en las etapas iniciales de consideración de la compra y que sus escritos de entonces no reflejaban toda la amplitud de su interés en la empresa. Sin embargo, el núcleo del caso no residía en las compras de Instagram y WhatsApp de hace más de diez años, aprobadas por la FTC en su momento, sino en si Meta posee un monopolio actualmente. La FTC, anotó Boasberg en el fallo, solo podría tener éxito si demostraba una “infracción legal presente o inminente”.
La demanda de la FTC sostenía que Facebook también implementó directrices pensadas para dificultar la entrada de competidores más pequeños al mercado y para “neutralizar amenazas percibidas”, justo cuando el enfoque global viraba de los ordenadores de sobremesa a los dispositivos móviles.
Meta comunicó que el fallo del martes “reconoce que Meta se enfrenta a una rivalidad intensa”.
“Nuestros productos benefician tanto a usuarios como a negocios y son un ejemplo de la innovación y el progreso económico de Estados Unidos. Esperamos seguir colaborando con la Administración e invirtiendo en el país”, manifestó la empresa con sede en Menlo Park, California, en un comunicado.
El panorama de las redes sociales ha mutado significativamente desde que la FTC interpuso su demanda en 2020, indicó Boasberg, de tal forma que cada vez que el tribunal examinaba las aplicaciones y la competencia de Meta, estas ya habían evolucionado. Dos propuestas para desestimar el caso, presentadas en 2021 y 2022, ni siquiera mencionaban la hoy popular plataforma de videos sociales TikTok. Hoy, “ocupa un lugar central como el competidor más fuerte de Meta”.
Citando al filósofo griego Heráclito, “nadie se baña dos veces en el mismo río”, Boasberg destacó que lo mismo aplica al mundo de las redes sociales.
“El entorno que existía hace apenas cinco años cuando la Comisión Federal de Comercio presentó esta acusación antimonopolio ha variado notablemente. Aunque en su momento pudo tener sentido separar las aplicaciones en mercados distintos de redes sociales y medios sociales, esa división se ha desvanecido desde entonces”, escribió.
La analista de Emarketer, Minda Smiley, opinó que la victoria de Meta “no resulta necesariamente sorpresiva dadas las acciones emprendidas en los últimos años para competir con TikTok”.
“Pero desde una óptica regulatoria, Meta está lejos de estar fuera de apuros: el próximo año, las principales redes sociales enfrentarán litigios cruciales en Estados Unidos concernientes al bienestar de los niños”, añadió. “A pesar de ello, la resolución de hoy es sin duda un impulso anímico para la empresa mientras lidia con críticas y cuestionamientos sobre cómo su gran inversión en IA redundará en beneficio de Meta a largo plazo”.
Facebook adquirió Instagram, que entonces era una aplicación para compartir fotos sin publicidad y con una base de usuarios modesta, en 2012. El coste de adquisición de mil millones de dólares en efectivo y acciones resultó impactante en ese entonces, aunque el valor del acuerdo se redujo a 750 millones tras la caída del precio de las acciones de Facebook posterior a su salida a bolsa en mayo de 2012.
Instagram fue la primera compañía que Facebook compró y permitió seguir operando como una aplicación independiente. Hasta ese momento, Facebook era conocido por adquisiciones más pequeñas de “talento”, un tipo de pacto común en Silicon Valley donde una empresa compra una *startup* principalmente para incorporar a sus trabajadores cualificados, y luego clausura la adquirida. Dos años después, hizo algo similar con la aplicación de mensajería WhatsApp, que adquirió por 22.000 millones de dólares.
Esta crónica fue adaptada del inglés por un editor de AP con asistencia de una herramienta de inteligencia artificial generativa.














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