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WASHINGTON (EFE). — La “marea azul” del partido demócrata, que arrasó en los comicios locales del pasado martes en Estados Unidos, contrarrestó las mayorías conseguidas por Donald Trump en las presidenciales de hace un año, provocando inquietud entre los republicanos y el propio mandatario, quien admitió haber “aprendido mucho” de los resultados de anteanoche.
Tras la contundente victoria de noviembre pasado que devolvió a Trump a la Casa Blanca y consolidó el dominio republicano en ambas cámaras del Congreso, los demócratas lograron recuperar terreno entre el electorado afroamericano y los jóvenes, y achicar las diferencias a su favor en varios condados y estados considerados conservadores.
En una alocución ante senadores de su partido, Trump señaló que no esperaban triunfar ya que varios distritos en liza eran “bastiones demócratas conocidos”, si bien admitió que el desenlace no fue favorable para su bando, “ni para nadie”, y achacó como una razón primordial el cierre parcial del gobierno.
Los demócratas cosecharon triunfos notables por todo el país, incluso en demarcaciones tradicionalmente republicanas de estados que podrían ser decisivos en las elecciones legislativas de 2026 o con miras a las presidenciales de 2028, como Virginia, Pensilvania o Georgia.
Varios distritos que se inclinaron hacia el conservadurismo el año previo regresaron al progresismo, especialmente en partes del estado de Virginia, que brindó un apoyo masivo a la candidata a gobernadora, Abigail Spanberger, y al postulante a fiscal general estatal, Jay Jones, al movilizar a su base joven.
Los despidos masivos de empleados federales y la subsecuente paralización de partidas gubernamentales —que hoy cumple 37 días siendo la más prolongada de la historia— figuraron entre los principales factores de la derrota en ese estado, con una gran proporción de funcionarios públicos.
Los votantes de Nueva Jersey también respaldaron a la aspirante demócrata a gobernadora, Mikie Sherrill, a pesar de las exhortaciones de Trump a confiar en la propuesta republicana, gracias a una alta concurrencia y fuerte apoyo de mujeres e hispanos.
Los neoyorquinos asimismo ignoraron las advertencias de Trump y acudieron a las urnas en cifras no vistas en décadas para asegurar que Zohran Mamdani, del sector más vanguardista del partido ‘azul’, hiciera historia como el primer alcalde musulmán de Nueva York y la figura más joven elegida para el cargo.
En Georgia, la barrida lograda por los demócratas Peter Hubbard y Alicia Johnson en la región metropolitana de Atlanta, al arrebatar dos escaños a los republicanos en la Comisión de Servicios Públicos estatal, evidenció la pujanza de los azules, quienes redujeron además las ventajas de sus adversarios en distritos donde Trump triunfó en 2024 y donde ningún demócrata había ganado en más de veinte años.
A esto se suma el respaldo contundente al plan demócrata para reconfigurar el mapa electoral de California y contrarrestar las nuevas divisiones a favor del Partido Republicano en Texas, o el revés de la campaña trumpista que buscaba destituir a jueces progresistas del Tribunal Supremo estatal en Pensilvania.
Los comicios revelaron que la formación ha recuperado algo del apoyo perdido entre dos grupos fundamentales: los votantes afroamericanos y el electorado joven.
En Nueva Jersey, la ahora gobernadora electa Sherrill lideró la contienda, obteniendo más del 90% del sufragio afroamericano y una ventaja de 30 puntos entre los latinos, según reportó la CNN.
Por otra parte, Mamdani se alzó con al menos dos tercios del voto de los menores de 45 años en Nueva York.
Este renovado ánimo para los azules ha servido de indicio para demostrar que los discursos sobre el elevado coste de la vida, o la merma en los servicios de salud o públicos podrían resultar beneficiosos en una futura campaña.















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