Un sesenta por ciento de los felinos ibéricos residen fuera de áreas naturales protegidas, o sea, en entornos intervenidos por el ser humano, lo cual implica un peligro mayor de decesos no naturales. Por ello, después de haber logrado un éxito sin igual en su recuperación, el desafío actual es fomentar su retorno a parajes no alterados.
Esta es una de las conclusiones presentadas este martes por el responsable del proyecto LIFE LynxConnect, el cuarto ejecutado desde 2002, Javier Salcedo, durante la apertura del congreso internacional ‘Lince ibérico. Visión compartida, acción coordinada’, celebrado esta semana en Sevilla para resaltar los logros de este programa.
El éxito del programa es innegable: se ha pasado de contabilizar menos de un centenar de ejemplares antes de 2002 a superar los 2.400 en 2024, incluyendo más de 500 hembras, un dato crucial para asegurar la procreación y el sustento de la especie.
El propósito ahora, indicó Salcedo a EFE, es alcanzar las 1.100 hembras para asegurar que el estado de preservación se considere “adecuado” y pueda así abandonar las clasificaciones de peligro estipuladas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En la actualidad, se cataloga como “vulnerable”.
“Se partía de una situación cercana a la desaparición; se habría extinguido si no se hubiera intervenido, y el objetivo ahora es alcanzar un estatus de conservación favorable”, rememoró Salcedo.
El técnico apuntó que el siguiente proyecto LIFE debería denominarse “LIFE Resiliencia”, una capacidad de adaptación “ante el cambio climático, la atrofia y los problemas genéticos”.
De hecho, uno de los grandes escollos en la preservación de la especie se relaciona con su limitada herencia genética, un tema del que “no se habla mucho”, pero que resulta complicado de gestionar y se ha transformado en “una amenaza oculta”.
Una de las actividades promovidas por el proyecto aborda esta problemática, y el 85% de la variabilidad genética actual de la especie procede de ella. Una mayor circulación entre diferentes grupos poblacionales también potenciaría esa riqueza genética, añadió.
El hecho de que el 60% de los animales registrados viva en ámbitos antropizados constituye, además, un reto significativo.
“Debemos investigarlo; no sabemos la razón precisa, pero es necesario detenerse, reflexionar o intentar descubrir las causas que originan esta circunstancia”, admitió Javier Salcedo, quien añadió que es natural que al crecer una población, no toda ella se encuentre bajo protección, pero no en una proporción tan elevada.
Especuló que una posible causa podría ser el despoblamiento rural, donde en pocas décadas “se han abandonado prácticas mantenidas por milenios, desde tiempos romanos”, lo cual tiene repercusiones “notables” en los ecosistemas y las especies que los habitan.
En cualquier caso, señaló el coordinador de LIFE, esto implica mayores peligros, aunque la mayor disponibilidad de conejos para su dieta pueda mitigar un poco el impacto, pero “no es una circunstancia deseable”.
Y es que el 6,5% de los linces ibéricos perecieron el último año por ser arrollados por vehículos, mientras que un 4,9% murió debido a ser cazados. Considerando el total de fallecimientos, se estima que cerca de la mitad se debieron a estas dos causas.
Así, detalló Javier Salcedo, el territorio del lince ibérico abarca aproximadamente entre un 4 y un 5 por ciento de la superficie total de Andalucía, y en esa misma área se localiza el 10 por ciento de las carreteras de la comunidad autónoma.
En esta sesión inaugural también intervinieron la consejera de Sostenibilidad Ambiental de la Junta de Andalucía, Catalina García, y su par de la Región de Murcia, Juan María Vázquez, quienes resaltaron la importancia de la colaboración entre administraciones para lograr este “ejemplo de éxito” en la conservación del lince ibérico.
Ambos coincidieron en la necesidad de mantener estos esfuerzos en el futuro, ya que solo así, subrayaron, se lograrán mayores progresos.
García profundizó además en la contribución que, más allá de los expertos y científicos, han realizado otros actores como agricultores, cazadores, empresarios y propietarios de grandes fincas o las universidades, entre otros.
Y, si bien reivindicó el “protagonismo de Andalucía” en todo este proceso, también matizó que no se habría conseguido sin esa labor conjunta y el trabajo de los actores locales y sociales. EFEverde
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.















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