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¿Quién es Zohran Mamdani, el primer edil musulmán de Nueva York que promete transformar la ciudad?

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Con 34 años, el socialista demócrata y musulmán Mamdani se alzó victorioso en unas elecciones municipales, logrando la mayor afluencia de votantes desde 1969, a pesar de los esfuerzos de última hora del ‘establishment’, liderado por el presidente republicano Donald Trump y por empresarios como Elon Musk, por detener su avance con propaganda y recursos económicos.

De hecho, está por verse si el respaldo de Trump y Musk al aspirante que quedó en segundo lugar, Andrew Cuomo, el exgobernador demócrata que buscaba revitalizar su carrera tras renunciar en 2021 por acusaciones de acoso sexual, le sirvió más para atraer sufragios moderados o para decantar la indecisión hacia Mamdani.

“Si estás satisfecho con las directrices de Donald Trump, si deseas ver más de la estrategia migratoria de Steven Miller, si consideras justo que la persona más rica del mundo domine la esfera política para su propio interés, vota por Andrew Cuomo”, manifestó Mamdani esta mañana en MSNBC, con su característica sonrisa, capitalizando el momento.

Más información: Zohran Mamdani a Donald Trump: “Nueva York continuará siendo un cruce de culturas”

El alcalde más joven de Nueva York desde 1892, constantemente criticado por el veterano Cuomo por su inexperiencia en campañas, destacó también que su juventud ofrecía dos ventajas: “La osadía de una certeza intrínseca de lo posible” y la “modestia por no saberlo todo, lo que obliga a rodearse de pericia”.

Tras la sorpresa de vencer a Cuomo en las primarias demócratas, Mamdani defendió una plataforma de propuestas de vanguardia para mitigar el elevado coste de vida en la Gran Manzana: transporte público sin coste, cuidado infantil universal, viviendas asequibles y supermercados gestionados por la municipalidad con precios reducidos.

El “qué” tuvo amplia acogida, pero el “cómo” generó aprensión en las esferas de poder: un incremento del 2% en impuestos para los residentes con ingresos superiores al millón de dólares, y equiparar la máxima carga fiscal corporativa a la de Nueva Jersey, situándola en el 11,5%, lo que prevé generar unos 9.000 millones de dólares anuales.

Aun así, con una porción menor de los fondos de campaña que su contrincante, con un apoyo tenue del Partido Demócrata, y sorteando etiquetas como ‘comunista’, ‘populista’ e incluso defensor de la ‘yihad’ —como le reprochó el candidato republicano Curtis Sliwa—, Mamdani logró sus objetivos.

Y es que el progresista contó con el as bajo la manga del electorado joven de Nueva York, cuyas propuestas y discursos resonaron profundamente, formando un contingente de voluntarios dispuestos a difundir su mensaje por las calles y plataformas digitales, sumando alrededor de 100.000 personas, según su equipo de campaña.

“Estas son las fuerzas que nos han llevado a un momento histórico en esta urbe. Un momento trascendental para demostrar que, si uno se enfoca y lucha por la gente trabajadora, auténticamente se puede redefinir la política del lugar que uno llama hogar”, les expresó el político la noche del lunes, quien inició su activismo en sus años universitarios.

Otro logro significativo es ser el primer alcalde musulmán, un aspecto que exhibió con orgullo y que, a su vez, fue objeto de señalamientos de extremismo islámico, los cuales él califica como islamofobia, y de antisemitismo, lo cual también niega, debido a sus críticas abiertas al Gobierno de Israel y su apoyo a los palestinos.

Queda por definirse si Mamdani podrá implementar sus iniciativas ante las advertencias de Trump, quien intentó disuadir a sus votantes anunciando que lo detendría y deportaría por ser un inmigrante ugandés naturalizado estadounidense, que obstaculizaría la asignación de fondos federales, e incluso que “tomaría control” de la ciudad.

El ahora alcalde, por su parte, moderó su retórica confrontacional desde sus inicios y, si bien ayer declaró que todo eso “son amagos, no la ley”, afirmó en su primer encuentro electoral que se enfrentaría a Trump, pero estaba dispuesto “no solo a dialogar con él, sino a colaborar si eso implica cumplir (con la promesa de) reducir el coste de vida” para los neoyorquinos.

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