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Se destinaron más de cien millones de dólares al sector cafetalero para prevenir la merma de competitividad

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Gobierno y PNUD inician iniciativa para que productores cafetaleros obtengan acreditación ecológica válida para vender a la UE

Santo Domingo.- Pese a los estragos y perjuicios causados por la reciente tormenta Melissa en la producción del café nativo, las autoridades, las entidades internacionales y los cultivadores de este grano manifiestan optimismo para sobreponerse a las dificultades y seguir incrementando la cosecha y la exportación.

En este sentido, el Ministerio de Agricultura, el Instituto Dominicano del Café y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentaron hoy un proyecto destinado a obtener la certificación de las plantaciones de café, permitiéndoles continuar vendiendo a las naciones de la Unión Europea, tras la entrada en vigor de la normativa de reforestación, que comenzará a aplicarse hacia el final de este año y el principio del siguiente.

Según el ministro de Agricultura, Limber Cruz, la producción nacional de café muestra un progreso significativo, lo cual ha facilitado reducir las importaciones y elevar las exportaciones del grano.

Comentó que al inicio del actual mandato “de cada tres o cuatro tazas de café que consumíamos, tres provenían de importaciones”. No obstante, especificó que actualmente “de cuatro tazas, solo una es importada”, lo que evidencia el crecimiento constante del sector caficultor.

“Para colocar nuestro producto en los mercados amplios, debemos saber que es necesario certificar la planta. Esto equivale, prácticamente, a un permiso de aceptación en cualquier mercado mundial”, afirmó Cruz, destacando que Japón es uno de los mayores consumidores del café dominicano.

El funcionario admitió que, a pesar de lo logrado, el sector encara retos que serán solventados, aludiendo a las complicaciones surgidas tras el paso de la tormenta Melissa, que impactó una parte de la producción local.

Para cultivar de forma sostenible, en los últimos años se ha invertido 100 millones de dólares para asegurar la sostenibilidad del café producido en República Dominicana, lo que evita un detrimento de 700 millones de pesos, ya sea por falta de competitividad o por factores climáticos, señaló Pierre Candelon, funcionario de Programas de Sostenibilidad del PNUD RD, durante el foro de expertos “El sector cafetero dominicano ante las exigencias del Reglamento de Antideforestación de la Unión Europea”.

Dicha normativa entrará progresivamente en vigor, aplicándose desde el 30 de diciembre de 2025 para las grandes y medianas empresas, y a partir del 30 de junio de 2026 para las empresas micro y pequeñas.

El experto en sostenibilidad indicó que la acreditación de café ecológico potenciará la estabilidad financiera de los cultivadores locales, al promover su ingreso a nuevos mercados y cadenas de valor para ser más competitivos.

El especialista Sandy Susana, asesor del Instituto Dominicano del Café, aclaró que la certificación de las fincas posibilitará a los productores acceder al mercado europeo, el cual exige productos libres de devastación forestal.

Detalló que con la activación de la regla, si un productor establece una plantación después de talar un bosque, su producción no podrá ingresar a la Unión Europea.

Susana hizo estas declaraciones durante la presentación del Programa de Acreditación de Plantaciones de Café Sostenible y la introducción del Sistema Integrado de Información y Servicios Cafetaleros, iniciativas del Instituto Dominicano del Café y el PNUD que buscan reforzar la capacidad de competencia y permanencia del sector cafetalero del país.

El asesor afirmó que el plan de acreditar a los productores grandes, intermedios y pequeños concuerda con el reglamento de la Unión Europea.

Explicó que el reglamento demanda que los productores cumplan con la legalidad y antigüedad de la tenencia de la tierra. “Como bien sabemos, aquí la mayoría de las pequeñas parcelas carecen de títulos, por lo tanto, mediante la certificación podremos solucionar este inconveniente”, apuntó.

También estipula que los productores deben acatar las leyes medioambientales del país, no ubicarse en zonas protegidas, evitar establecer plantaciones a expensas del bosque y minimizar el impacto ambiental del cultivo.

“Las plantaciones de café tienen que respetar los derechos básicos y laborales de los trabajadores”, añadió.

Mencionó además que otro requerimiento de la normativa es el cumplimiento de las obligaciones tributarias. “Cada año los caficultores deben presentar su declaración de impuestos ante la Dirección General de Impuestos Internos”, detalló.

“La aplicación del reglamento tendrá un impacto a escala global”, indicó, señalando que, aunque la regla es comunitaria, los compradores de Estados Unidos que comercien con ese bloque también deberán adherirse a sus exigencias.

Añadió que la normativa brinda una oportunidad para mejorar la perdurabilidad de la cadena de valor.

“Los países también enfrentarán un desafío considerable, porque para poder realizar la comprobación del cumplimiento y adherirse al reglamento se necesita una estructura de información capaz de proveer datos suficientes de los productores y fincas, incluyendo su ubicación geográfica, para efectuar el análisis de no deforestación”, comentó.

Destacó que el reglamento implicará la exclusión de algunos productores, dado que muchos pequeños y medianos aún no satisfacen sus requerimientos.

Resaltó que el Instituto Dominicano del Café, preocupado, lanzó el Programa de Acreditación de Plantaciones de Café Sostenible junto al Sistema Integrado de Información y Servicios Cafetaleros, una plataforma donde se inscriben los actores y fincas del país, con el respaldo del PNUD.

La acreditación evalúa 46 parámetros bajo un enfoque integral de perdurabilidad que abarca los ámbitos económico, social y medioambiental.

Dentro de estos tres ámbitos se incluyen las condiciones esenciales para acceder al mercado europeo una vez se aplique la normativa, las cuales se contemplan como aspectos cruciales dentro de la acreditación, y por ende, deben ser cumplidas por los productores.

“El café dominicano cultivado con respeto a la biodiversidad se erige hoy como un emblema del futuro que deseamos forjar, un futuro donde producir, preservar y prosperar vayan siempre unidos y nadie se quede atrás”.

Con estas palabras, Ana María Díaz, representante residente del PNUD, realzó el compromiso de la República Dominicana con la viabilidad productiva y la transición hacia una economía verde y de bajas emisiones.

La entidad internacional valoró que estas iniciativas se integran en la Meta 2026, enfocada en consolidar un país más adaptable, competitivo, inclusivo y duradero.

Subrayó la colaboración entre el Estado, el sector privado, las comunidades, los aliados locales y las organizaciones de desarrollo, señalando que este esfuerzo conjunto genera un valor compartido a favor del progreso sostenible.

Asimismo, explicó que estas acciones se vinculan con proyectos que el PNUD impulsa en otras naciones.

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