Salud

Si consideras renovar tu dentadura con carillas, no olvides estos apuntes

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Cada vez más individuos acuden a consultas dentales con el fin de perfeccionar su sonrisa: algunos optan por alinear su propia dentadura mediante ortodoncia y otros prefieren fundas o carillas.

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Cada vez más individuos acuden a consultas dentales con el fin de perfeccionar su sonrisa: algunos optan por alinear su propia dentadura mediante ortodoncia y otros prefieren fundas o carillas. En estos últimos casos, la evaluación del especialista es crucial ya que no siempre son una opción viable.

Con las carillas, únicamente se recubre la cara frontal del diente; la parte posterior permanece inalterada. Se utilizan para corregir imperfecciones de tonalidad, tamaño o forma, según explica a EFEsalud el titular del Consejo General de Dentistas de España, Óscar Castro, quien recalca que el proceso completo, desde su inicio hasta su finalización, toma un promedio de quince días para lograr una sonrisa mejorada.

Principalmente, el atractivo de las carillas reside en la estética, y se aplican con frecuencia en incisivos y caninos, pero no tanto en molares y premolares.

El componente principal de las carillas es el composite, una suerte de resina con cierta fluidez que se moldea sobre la pieza dental. “De este modo, se pueden lograr espesores menores”, y es una técnica nada invasiva, donde apenas se requiere un leve desgaste del diente, detalla Castro.

“Son láminas delgadas que pueden tener un grosor aproximado de entre 0,8 y 1,5 mm, y se adhieren a la superficie dental. Si la pieza es muy voluminosa, rebajamos un poquito y es ahí donde se coloca dicha carilla”, indica el presidente del Colegio.

Asevera que los resultados obtenidos con esta técnica para embellecer la sonrisa son “espectaculares”.

Frecuentemente, los pacientes presentan dientes algo torcidos, diastemas o un color de esmalte muy oscuro. Cada caso es único y requiere un enfoque personalizado. Por ello, Castro alerta sobre los peligros del “turismo odontológico” a países como Turquía o Marruecos.

“Hacen un diagnóstico y un plan de tratamiento a distancia basándose en una fotografía, y eso no es admisible. Es imprescindible la visita presencial al dentista para que realicen radiografías, tomen impresiones, elaboren un plan y se lo expliquen, porque no todas las personas son candidatas a llevar carillas para mejorar su aspecto”, subraya.

Ciertamente, existen ciertas condiciones que desaconsejan su implantación, como es el caso de personas con un desgaste severo provocado por el bruxismo.

Tampoco son recomendables si existe un avance significativo de enfermedad periodontal, donde los dientes presentan movilidad. En tales situaciones, no son apropiadas ni las carillas ni, a menudo, las coronas. Es prioritario tratar primero la afección y “después evaluar qué soluciones son factibles”.

“De ahí mi insistencia en que cada situación y cada paciente deben ser evaluados individualmente”, reitera Castro.

Asimismo, están contraindicadas en quienes presentan hábitos orales perjudiciales, derivados, por ejemplo, de la ansiedad, como morderse las uñas o utensilios como bolígrafos.

“Usar los dientes como herramientas para morder objetos inadecuados, como cáscaras de frutos secos, de manera patológica o atípica, lógicamente no solo desaconseja las carillas, sino que a menudo tampoco las coronas, pues estas pueden llegar a fracturarse”, expone el experto, quien también sugiere evitar el consumo de marisco si se llevan carillas.

El éxito del tratamiento con carillas dependerá por un lado de los materiales empleados y la pericia del odontólogo, pero también del cuidado que le dé el paciente.

“Hay muchísimos pacientes contentos con sus carillas, ya que estéticamente son un triunfo y lo que se logra en poco tiempo es asombroso”, afirma Castro.

La higiene bucal con carillas es idéntica a la de una persona sin ellas.

Por otro lado, el presidente del Colegio de Odontólogos constata un incremento en la cantidad de pacientes que acuden a las clínicas para mejorar su imagen dental, ya sea con ortodoncia, carillas o fundas.

“Se percibe que vivimos en una sociedad muy enfocada en los medios, donde la imagen cobra una importancia capital, buscando ideales de personas en forma y con dentaduras blancas. Los dientes funcionan como una carta de presentación clave. Y es cierto que en ocasiones la gente se excede, buscando un blanco más allá del natural”, señala el portavoz de la entidad.

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