Lamentablemente ocurrió otra muerte en el fin de semana en la clínica de Santiago que se promociona como centro de cirugía plástica, sin que ni su dueño, ni ninguno de los médicos que ejercen en ese lugar, estén avalados por la Sociedad Dominicana de Cirujanos Plásticos, ni creemos que hayan realizado la especialidad cuya duración es de un mínimo de cinco años.
Ahora, esto es solo una muestra de la crisis de organización por la que está pasando el sector sanitario dominicano, ya que no solamente es ese centro, en el país son muy pocos los centros de salud privados que poseen una acreditación, y ni hablar de los hospitales públicos, donde este requisito de ley brilla por su ausencia.
Lo normal en un país donde se respete la salud de la gente, es que a un profesional de la salud, muy especialmente a los médicos, se les exija un nivel mínimo de entrenamiento para trabajar en su profesión, y esto incluye estudios de grado y, en caso de que vaya a ejercer una especialidad, estudios de post grado en hospitales docentes reconocidos.
En la República Dominicana esto no es así, aunque los amigos lectores no lo crean, un médico después de haber recibido un diploma que lo acredita como tal y haber realizado una pasantía de ley, esta facultado para abrirle a un paciente desde la coronilla de la cabeza hasta la planta de los pies sin tener que presentar un papel que lo acredite como especialista en un área determinada.
Es decir, a los que practican el intrusismo, que así se les llama a los que incursionan en una especialidad que no han realizado, no pueden ser acusados de ejercicio ilegal, ya que, al no aplicarse la ley en lo que tiene que ver con la certificación y re-certificación, cualquiera, como parece ser este caso, puede agarrar una cánula de liposucción y ganarse la vida instalando una carnicería, solo que en vez de animales trata con seres humanos.
La certificación es la presentación ante el organismo competente de los documentos que acreditan un mínimo de entrenamiento de tres años para las especialidades clínicas y cinco años para las quirúrgicas, en hospitales o clínicas acreditados como docentes tanto aquí como en el extranjero y la re-certificación consiste en el sometimiento a un examen a los especialistas cada cinco años, donde demuestre que se está actualizado en una profesión, que como la medicina, avanza rápidamente.
Es decir, esto no solo sucede con cirugía plástica, también pasa en las demás especialidades médicas porque, hasta ahora, nadie controla el funcionamiento de las miles de clínicas que son contratadas para ofrecer servicios a la seguridad social o a nivel privado en todo el territorio nacional y mucho menos al personal que trabaja dentro de sus cuatro paredes.
¿Y porqué no se hace lo que dice la ley 42-01 y sus reglamentos? ¿porque no existe ningún tipo de supervisión sobre los mal llamados centro de salud?, pues porque no hay recursos para esto en el organismo rector, que es el Ministerio de Salud Pública, el dinero asignado para estas actividades es tan mínimo, que se puede calificar de inexistente.
Ya les habíamos advertido en un artículo anterior, cuando visiten una clínica u hospital, averigüen muy bien la calidad y conocimiento que podría tener quien lo esté tratando en calidad de médico, siempre dude y pregunten por la calificación profesional, ya que si ustedes no lo hacen, nadie lo ha hecho por ustedes y, después de todo, le van a poner sus vidas en sus manos.
yo no creo en este ‘ doctor Salazar, este es un camaleon.