Copenhague, 31 ago (EFE) – El Gobierno islandés ha anunciado que la caza de ballenas, suspendida en junio, se permitirá de nuevo a partir del 1 de septiembre, aunque en condiciones más estrictas.
El inicio de la caza de ballenas se había pospuesto debido a un informe crítico sobre su compatibilidad con la legislación sobre bienestar animal, y la cuestión ha sido objeto de un intenso debate en Islandia, uno de los pocos países donde se capturan ballenas con fines comerciales.
El Ministerio de Alimentación y Pesca ha anunciado hoy que ha analizado los resultados de un grupo de trabajo creado al efecto y ha llegado a la conclusión de que los métodos de caza pueden mejorarse desde el punto de vista del bienestar animal.
Por ello, ha promulgado una nueva normativa con “requisitos más detallados y estrictos y una supervisión más rigurosa de los equipos de caza y los métodos de caza”, que estará en vigor hasta finales de año.
En una entrevista concedida hoy, la Primera Ministra finlandesa, Katrin Jakobsdottir (Verdes), declaró que era importante volver a evaluar la situación una vez finalizada la temporada, y reiteró su oposición y la de su partido a la caza de ballenas.
La organización internacional de conservación marina Oceancare lamenta la decisión de Islandia de reanudar la caza de ballenas.
Estamos profundamente decepcionados por esta decisión, que es totalmente contraria a los hechos probados de que disponen el Gobierno y el pueblo islandeses”, declaró en un comunicado el Director de Relaciones Internacionales de Oceancare, Nicolas Entrup.
Según la organización, los dos buques balleneros islandeses ya zarparon el miércoles para reanudar sus actividades, a pesar de que el día anterior estaba previsto que la ministra islandesa de Alimentación, Agricultura y Pesca, Svandis Svavarsdottir, anunciara la reanudación.
La suspensión de la caza de ballenas en Islandia se había anunciado el 20 de junio. Fue después de que una inspección de la Autoridad Alimentaria y Veterinaria islandesa revelara que algo más del 40% de las 58 ballenas examinadas no habían sido sacrificadas en el acto.
Ocean Care recordó que “hubo que disparar cuatro veces a dos ejemplares: se tardó casi una hora en matar a uno y dos horas en matar al otro” y señaló que estas inspecciones concluían que la caza de ballenas no cumplía la Ley de Bienestar Animal de Islandia.
La moratoria sobre la caza de ballenas quedó supeditada a la imposición de normas más estrictas al respecto, pero según Entrup, es “casi seguro que los balleneros islandeses no cumplirán los nuevos requisitos impuestos”.
Hay que poner fin a esta práctica cruel, innecesaria y obsoleta”, concluyó el responsable de relaciones internacionales de la ONG.
La caza de esta especie en Islandia se limita actualmente al rorcual común. El rorcual común es la segunda especie de ballena más grande del planeta después de la ballena azul, pesa 80 toneladas, mide 26 metros de longitud y tiene una esperanza de vida de hasta 90 años.
La especie está catalogada como vulnerable en la lista de especies en peligro de extinción de la UICN, pero Islandia, al igual que Japón, sigue capturándolas bajo el argumento de que lo hacen con fines de la llamada “investigación”.
Entre 2019 y 2021 no hubo caza de ballenas en los países nórdicos, pero se reanudó en 2022, cuando los balleneros locales mataron 148 rorcuales comunes. Encuestas recientes muestran que alrededor de la mitad de la población apoya la abolición de la caza de ballenas, mientras que un tercio quiere que continúe.
El actor estadounidense Leonardo Di Caprio también se ha pronunciado al respecto, pidiendo este martes en Instagram al Gobierno islandés que apoye la “voluntad de la mayoría de los islandeses que quieren detener la caza de ballenas para siempre” EFEverde
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