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Del Bierzo al cielo: la ponferradina Lorena Baeza y su triunfo en la comunicación nacional

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Lorena Baeza es intrépida por naturaleza. Antes de poner fin a su carrera como periodista, ganó el primer premio NIPHO en la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid. Desde entonces, su vida profesi.

Lorena Baeza es intrépida por naturaleza. Antes de poner fin a su carrera como periodista, ganó el primer premio NIPHO en la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid. Desde entonces, su vida profesional ha sido un torbellino de acontecimientos que han llevado a esta licenciada en Ponferrada al primer plano nacional en el campo de la comunicación.

Gracias al premio concedido por la universidad, Baeza llegó a La Sexta en 2010 para realizar unas prácticas de tres meses. Desde entonces, ha trabajado en las secciones de nacional y economía del Telediario Fin de Semana y del Diario. Ha cubierto grandes momentos televisivos, como las ediciones electorales del 28A y 10N de 2019. Como colaboradora de Al Rojo Vivo, Ana Pastor la fichó en 2018 para el equipo de fact-checking de Neutral y El Objetivo (La Sexta).

Cómo te conocen en El Bierzo?

La verdad es que soy muy tímida, pero a la vez siempre he sido muy expresiva. Me gusta mucho expresarme y contar mi historia, y también me gusta escuchar y observar. Me gusta escuchar cómo hablan los demás y lo he hecho desde que estoy en casa. Me gustaba escuchar tranquilamente a mis padres hablar a la hora de comer o por la noche. Tengo debilidad por los terremotos y también soy perfeccionista. Esto último es algo que heredé de mis estudios y mi ética laboral: es bueno intentar hacer las cosas bien, pero sólo hasta cierto punto. A menudo nos exigimos demasiado, y en mi caso creo que a menudo me he excedido.

¿Cuál es su historia con el periodismo?

Creo que a cada uno le ha influido su propia vida. En mi caso, siempre ha influido el hecho de que veía mi entorno consumiendo información y era algo central en mi día a día y parte de mi rutina. Por ejemplo, en mi casa, no sólo veía las noticias, sino que le daba una importancia especial. En casa de mi abuela, la radio estaba siempre encendida y a menudo veía a mi padre leyendo el periódico. Eso y mi interés por saber lo que pasaba con otras personas además de las que me rodeaban me llevaron hasta aquí. También recuerdo ver las noticias con mi familia, cuando había un reportaje en directo de la periodista de RTVE Almudena Alisa yendo a la zona de guerra. Era impactante verla tan tranquila en una situación así.

Si tuviera que elegir tres momentos profesionales, ¿cuáles serían?

En primer lugar, nunca olvidaré los primeros Premios NIPHO celebrados en la universidad, que me inspiraron para empezar a trabajar en La Sexta.

Tampoco olvidaré nunca el primer día ni la primera vez. Es importante recordar las primeras veces, como el día que hice mi primera emisión en directo en la calle, la primera vez que participé en una campaña electoral o la primera vez que fui al plató de Al Rojo Vivo o El Objetivo.

Porque siempre me ha parecido muy generoso que alguien se abra y hable de hechos tan difíciles. Porque al final, al decirlo en voz alta, deja de formar parte de ti y se lo das al mundo. Por ejemplo, mujeres víctimas de violencia sexual, esfuerzos por hablar para ayudar a otras mujeres, madres y padres que hablan en duelo por el suicidio de un menor, personas mayores que hablan del amor… ¡qué íntimo es eso!

Y en El Bierzo.

Muchos de mis momentos más felices son los olores de la montaña. La naturaleza. Siempre que voy de Madrid a ‘Pompe’ abro las ventanas para que entre un poco de aire fresco. Pero si tuviera que elegir un rincón, me encanta perderme por el Valle del Silencio y, sin duda, el Palacio de Canedo es uno de mis lugares favoritos.

¿Ha cambiado el periodismo desde que se licenció hasta hoy?

Aunque ha evolucionado, lo básico sigue siendo lo mismo. Las nuevas tecnologías y las redes sociales han cambiado la forma en que la gente se comunica y se informa. Tenemos que aprovecharnos de ello. Comunicar las cosas con rigor, empatía y honestidad sigue siendo primordial.

¿Qué ha aprendido de El Bierzo?

Estar en el extranjero me hizo darme cuenta más de la importancia del origen. Creo que me enseñó la importancia de vivir en un entorno donde puedo escaparme a un pueblo donde puedo estar rodeado de naturaleza, rodeado de montañas, donde puedo reconfortarme y sentirme en paz. Es un refugio para mí, un lugar que me recuerda quién soy y de dónde vengo. Sobre todo, me ha ayudado a ampliar mis horizontes, a ampliar mi perspectiva y a recordar que no todo ocurre en Madrid. Es un buen lugar para estar porque te amplía los horizontes, te ensancha la perspectiva, porque conoces otros intereses y otras formas de ver las cosas.

¿Y el periodismo?

El periodismo me ha dado acceso a realidades e historias a las que probablemente no habría tenido acceso si no estuviera haciendo este trabajo. El periodismo me ha hecho más tolerante y más respetuosa. Los ciudadanos necesitan estar informados para participar en una labor esencial. Para poder tomar decisiones, es importante poder ser crítico y formarse sus propias opiniones. Es muy necesario y me siento orgullosa y humilde de formar parte de ello porque me encanta mi trabajo.

¿Hay algo que cambiaría de la profesión?

Más que querer cambiarla, insistiría en la necesidad de ser prudentes. A menudo es mejor esperar y abstenerse a la hora de dar información. Así nos aseguramos de que la información que ofrecemos es de calidad.

¿Desea volver a su país de origen?

Nunca me he sentido lejos de casa. Vuelvo a menudo no sólo en ocasiones especiales, sino también para pasar momentos tranquilos. Me encantan las posibilidades que me ofrece Madrid, pero parte de mi tierra es El Bierzo y no creo que eso cambie nunca. Me encantan las posibilidades que me ofrece Madrid, pero parte de mi tierra es El Bierzo y no creo que eso cambie nunca.

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