25 Sep Madrid (EUROPA PRESS) -.
Un calor sin precedentes podría desencadenar una extinción masiva comparable a la de los dinosaurios, con la extinción de casi todos los mamíferos en un plazo de 250 millones de años.
El estudio, publicado en Nature Geoscience y dirigido por la Universidad de Bristol, presenta el primer modelo climático del futuro lejano basado en un superordenador y muestra que, a medida que los continentes del mundo acaben fusionándose para formar un supercontinente caliente, seco y casi inhabitable, los extremos climáticos se se intensificarán drásticamente.
Los resultados predicen cómo estas altas temperaturas aumentarán aún más a medida que el Sol se vuelva más brillante, liberando más energía y calentando la Tierra. Los cambios tectónicos resultantes de la formación de supercontinentes aumentarán la frecuencia de las erupciones volcánicas, liberando grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera y calentando aún más el planeta.
Los mamíferos, incluidos los humanos, han sobrevivido históricamente gracias a su capacidad para adaptarse a condiciones climáticas extremas, en particular gracias a su pelaje, a la hibernación en climas fríos y a breves periodos de hibernación en climas cálidos.
Los mamíferos han evolucionado para reducir sus límites de supervivencia en climas fríos, pero su tolerancia a las altas temperaturas se ha mantenido constante en general. La exposición prolongada a un calor excesivo es, por tanto, mucho más difícil de superar y, si se realizan simulaciones climáticas, acabará resultando insuperable.
El autor principal, el Dr. Alexander Farnsworth, investigador de la Universidad de Bristol, explica que «un nuevo supercontinente crearía una triple amenaza -efectos continentales, un sol más caliente y un aumento del dióxido de carbono atmosférico- que elevaría el calor en amplias zonas del planeta. El resultado sería un entorno duro, con escasas fuentes de alimento o agua para los mamíferos».
Se generalizarían temperaturas de 40-50 grados centígrados, con extremos diarios aún más elevados y mayor humedad. Los humanos, junto con muchas otras especies, morirán porque no podrán deshacerse de este calor sudando y enfriando sus cuerpos».
Aunque es probable que el cambio climático antropogénico y el calentamiento global sean responsables del aumento del estrés térmico y de la mortalidad en algunas zonas, los estudios muestran que el planeta debería seguir siendo en gran medida habitable hasta que se produzca este cambio tectónico sísmico en un futuro profundo. Sin embargo, si se formara un supercontinente, se ha descubierto que sólo entre el 8 y el 16% del planeta podría estar habitado por mamíferos.
La doctora Eunice Law, coautora del estudio e investigadora sobre cambio climático y salud en la Universidad de Bristol, advierte de que «es crucial no perder de vista la actual crisis climática, que es el resultado de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero».
Se prevé que la Tierra será inhabitable dentro de 250 millones de años, pero hoy ya sufrimos olas de calor extremo perjudiciales para la salud humana.
Un equipo internacional de científicos aplicó modelos climáticos para simular las tendencias de temperatura, viento, precipitaciones y humedad en el próximo supercontinente llamado Pangea Ultima, que se espera se forme en los próximos 250 millones de años. Para estimar los futuros niveles de CO2, el equipo trazó un mapa de las entradas y salidas de CO2 utilizando modelos del movimiento de las placas tectónicas, la química de los océanos y la biología. El cálculo del CO2 futuro fue dirigido por el profesor Benjamin Mills, de la Universidad de Leeds. Creemos que el CO2 pasará de las 400 ppm actuales a más de 600 ppm dentro de millones de años», afirma Mills. Por supuesto, esto supone que la humanidad dejará de quemar combustibles fósiles».
El Dr. Farnsworth, que también es profesor visitante en el Tibetan Plateau Earth System, Environment and Resources (TPESER) del Instituto de Estudios de la Meseta Tibetana de la Academia China de Ciencias, admite que «las perspectivas para un futuro lejano son muy sombrías».
Los niveles de dióxido de carbono podrían duplicarse con respecto a los actuales», advierte. Además, se prevé que la radiación solar aumente un 2,5% y que los supercontinentes se sitúen principalmente en los trópicos cálidos y húmedos, por lo que grandes zonas del planeta podrían sufrir temperaturas de 40-70°C.
El estudio también pone de relieve que los mundos situados dentro de la llamada «zona habitable» del sistema solar podrían no ser los más habitables para los seres humanos, dependiendo de si están salpicados de continentes, como ocurre hoy en día, o de grandes supercontinentes.
Además, el estudio demuestra la importancia de la tectónica y la configuración continental a la hora de investigar planetas fuera de nuestro sistema solar, conocidos como exoplanetas.
La Tierra seguirá estando dentro de la zona habitable después de 250 millones de años, pero para los mamíferos, la formación de supercontinentes ricos en dióxido de carbono hará inhabitable la mayor parte del mundo. Los resultados sugieren que la configuración de las masas terrestres de mundos lejanos puede ser un importante factor determinante de la habitabilidad para los humanos.