Los avances tecnológicos han permitido disponer de una serie de herramientas para la detección precoz del cáncer de mama, que puede afectar a una de cada ocho personas y es uno de los más frecuentes en la mujer.
Así lo afirma María Isabel González Cri, radióloga, especialista en mama y jefa del Departamento de Diagnóstico por la Imagen del Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada, Congresos Médicos y Telemedicina (CEDIMAT), quien asegura que a pesar de la variedad de pruebas disponibles, la mamografía es la más utilizada en el estudio de la patología mamaria Asegura que sigue siendo el método de imagen inicial de elección en el estudio de la patología mamaria y continúa siendo la herramienta de elección en pacientes que no presentan síntomas mamarios.
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Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que se celebra el 19 de octubre, González insiste en que las mujeres deben hacerse una mamografía una vez al año, aunque no presenten signos ni síntomas evidentes de la enfermedad.
Los radiólogos insisten en que la edad adecuada para someterse a esta prueba es a partir de los 40 años, pero cada caso debe tratarse de forma individual y las pacientes deben seguir las recomendaciones de su médico.
Los expertos señalan que ésta es la única prueba que ha demostrado reducir de forma consistente la mortalidad relacionada con la enfermedad, ya que puede detectarse entre uno y cuatro años antes de que aparezcan los síntomas clínicos. No obstante, en la actualidad existen otras pruebas diagnósticas para la detección precoz de este cáncer, como la tomosíntesis, la ecografía y la resonancia magnética.
Proceso.
Para realizar esta prueba, se aplica una presión constante sobre la mama mediante un dispositivo especial que ayuda a detectar las lesiones. Este método es sencillo, rápido, indoloro y de eficacia demostrada para el diagnóstico precoz de esta enfermedad.