Mientras se despliegan los submarinos nucleares, EE.UU. promete aumentar la ayuda a Gaza
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, abandonó ayer Oriente Próximo con la única promesa de aumentar significativamente la ayuda humanitaria a Gaza en los próximos días.
A estas costas del Mediterráneo llegaron desde Estados Unidos submarinos de la clase Ohio armados con misiles nucleares para disuadir a los aliados de Irán (véase Hezbolá en Líbano) y reforzar el despliegue naval de los portaaviones Gerald R Ford y Dwight D Eisenhower.
En Turquía, desde el viernes hasta ayer, Blinken ha intentado contener la ira árabe por la muerte de 10.000 palestinos y asegurarse de que el pulso con Irán no se traslade a la situación actual. Lo que no ha conseguido, aparentemente, son concesiones israelíes sobre la guerra. Ni una pausa humanitaria, como propuso el propio presidente Joe Biden, ni una mayor proporcionalidad en el bombardeo de la Franja.
El propio presidente Biden realizó ayer una llamada telefónica al primer ministro Netanyahu, cuyo contenido no se ha hecho público. Tampoco se ha hecho público el contenido de la reunión del director de la CIA, William Burns, con el Gabinete de Guerra de Israel y David Barnea, del Mossad, en Tel Aviv.
Sin embargo, no es ningún secreto que la administración Biden está cada vez más impaciente con el curso de la guerra y frustrada por el número de muertos. Más aún a un año vista de las elecciones presidenciales. Más aún por lo que está dividiendo a los votantes demócratas. El senador demócrata Chris Murphy, miembro del subcomité de Oriente Medio, advirtió de que esta tasa de muertes de civiles es inaceptable e insostenible.
Inaceptable para el presidente Erdogan, el primer ministro Blinken se marcha prometiendo más ayuda humanitaria. Al igual que causa desesperación el ritmo y la dificultad de repatriar a Egipto a palestinos gravemente heridos y a palestinos con doble nacionalidad. Israel acusa a Hamás de intentar introducir milicias en el país. Durante 48 horas, el sábado y el domingo, nadie pudo salir del paso fronterizo de Rafah. Las cifras de ayer tampoco invitan al optimismo: 17 heridos y 80 palestinos con doble nacionalidad desplazados. ¿Ayuda humanitaria? 25 el domingo y 48 ayer.
Con las fuerzas israelíes sitiando por completo la ciudad de Gaza y la Franja de Gaza dividida en dos, el Primer Ministro Netanyahu sólo pronunció palabras de victoria. Ayer, en una reunión con embajadores designados por Israel, llegó a decir que ofrecería al pueblo de Gaza, y a todo el pueblo de Oriente Próximo, un futuro real, un futuro de esperanza, después de la victoria. Esto puede sonar cínico, pero hay una razón para ello. Israel está convencido de que los Estados árabes, a diferencia de Irán, no irán más allá de la retórica en su respuesta.
La visita de la Secretaria de Estado estadounidense también era sensible para países moderados como Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Algunos porque comparten el miedo a lo que significa Hamás, otros porque Irán está detrás de Hamás y otros porque temen que la guerra desencadene otro éxodo palestino hacia sus territorios. O todo a la vez.
Los gobiernos árabes a veces dicen una cosa y piensan otra. No quieren implicarse con Hamás porque lo saben mejor que nadie. Quieren implicarse”, afirma Ruth Wasserman, que fue asesora sobre asuntos árabes del difunto presidente Peres.
Estados Unidos es el único país de la región con capacidad diplomática. Muchos analistas consideran que el eje tácito formado por Teherán, Moscú y Pekín, presentado por Israel como el enemigo al que hay que derrotar en nombre de todos los países, queda complacientemente relegado a un segundo plano.
Si no se les derrota, todo Oriente Próximo estará en peligro. Si Oriente Medio cae en manos del eje terrorista, Europa también caerá. Esta es una batalla global y no hay alternativa a la victoria.
La guerra avanza más rápido que la diplomacia. Ayer, los jefes de 18 organizaciones de la ONU firmaron una declaración conjunta crítica con Israel. Toda la población está sitiada y se le niega el acceso a las cosas que necesita para sobrevivir. Esto es inaceptable. Es necesario un alto el fuego inmediato. Ya basta, dice la declaración.
Israel afirma que la carretera que atraviesa la Franja está abierta para quienes quieran huir hacia el sur. Y como Stalin, que fue criticado por el Papa, tiene la opción de discutir con la ONU.